Es bonito celebrar, y es muy bueno dar gracias.
Y si se pueden ambas cosas al mismo tiempo, mejor aún.
A la gratitud suele otorgársele un valor moral, que sin duda merece, pero tiene otro, racional, igualmente valioso.
Y si se pueden ambas cosas al mismo tiempo, mejor aún.
A la gratitud suele otorgársele un valor moral, que sin duda merece, pero tiene otro, racional, igualmente valioso.
Quien agradece, ENTIENDE.
La gratitud siempre es consecuencia, y saber reconocer su causa y las condiciones en que nace, es propio de individuos capaces de entender. Externarla es el remate, la poesía...
La gratitud siempre es consecuencia, y saber reconocer su causa y las condiciones en que nace, es propio de individuos capaces de entender. Externarla es el remate, la poesía...
La gratitud y su expresión son, pues, re-conocimiento: de circunstancias, de poderes, de ritmos y roles. La gratitud es comunidad.
Quien esté demasiado ocupado como para dar gracias, está tomando un rumbo errático, y tarde o temprano se va a perder.
Quien esté demasiado ocupado como para dar gracias, está tomando un rumbo errático, y tarde o temprano se va a perder.
Yo agradezco todos los días, todo el día: desde una frase a la primera mesa, hasta las últimas palabras antes de dormir. Es un ejercicio grato que desbasta esto que soy, que me enfoca y me sostiene.
Sin importar la forma y circunstancia, yo suelo agradecer esencialmente dos cosas: la salud y la compañía; buena parte del bienestar de cada quien descansan en esos dos pilares.
La salud, porque permite ser y estar en esta tierra sin agobios mayores.
La compañía, porque mejora ese tránsito.
Todo lo demás, puede resolverse a partir de esas dos cosas. Todo.
La compañía, porque mejora ese tránsito.
Todo lo demás, puede resolverse a partir de esas dos cosas. Todo.
La salud, permite. La compañía, potencia.
Cuando te va bien, nada es más grato que un testigo cercano que celebre contigo; cuando te va mal, nada es más bendecido que una mano que comparta tu carga.
Demos gracias por la compañía. Sugiero.
Cuando te va bien, nada es más grato que un testigo cercano que celebre contigo; cuando te va mal, nada es más bendecido que una mano que comparta tu carga.
Demos gracias por la compañía. Sugiero.
Si hoy es una fecha especialmente señalada para agradecer, y mañana se trata de otra cosa, procuremos hacerlo por igual.
La reflexión puede anudarse a una efeméride, pero el ejercicio debería ser cotidiano. Sirve practicarlo así. Verbalizarlo. De corazón.
La reflexión puede anudarse a una efeméride, pero el ejercicio debería ser cotidiano. Sirve practicarlo así. Verbalizarlo. De corazón.
Den gracias y sepan aceptar el agradecimiento de otros: en cada plano, cualquiera de ustedes tiene algo qué agradecer hoy, como lo tuvo ayer, y seguramente también mañana.
Y si hay forma de celebrar, dense a dos manos: es una muy bonita combinación.
Y si hay forma de celebrar, dense a dos manos: es una muy bonita combinación.
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