Ernesto Castro recoge tres acepciones históricas -o modulaciones- del nombre "estética": 1) estética como gnoseología inferior (Baumbarten, Kant); 2) estética como teoría de los valores estéticos (lo bello, lo sublime, lo feo, lo agradable…); 3) estética como teoría de las artes
(filosofía de las artes). Castro asimismo rechaza la disciplina relativa a la primera acepción como incompatible con el materialismo. Así, se podría plantear la relación de atribución que da lugar a cada una de las acepciones desde la primera, y estrictamente distinguir la
segunda de la tercera nominalmente como "estética" (segunda) y "filosofía de las artes" (tercera).
En este artículo, Íñigo Ongay aplica la noción de "conceptos conjugados" a la distinción innato/aprendido. Encuentra teorías concordes a los esquemas (metaméricos) de reducción, yuxtaposición y fusión, y propone una distinción diamérica. nodulo.org/ec/2011/n110p0…
Interpreta la polémica entre etólogos y conductistas como una polémica entre un innatismo de cuño kantiano (Lorenz), vs. un ambientalismo (que Pinker filia al cartesianismo y al asociacionismo empirista: Watson, Lehrman).
Ongay interpreta a Lorenz no tanto desde la perspectiva del darwinismo como desde la perspectiva del idealismo trascendental. Así, lo que habría hecho Lorenz es construir una doctrina del a-priori biológico de la conducta animal.
Remedo de tergiversaciones sobre la tesis de la implantación política de la conciencia filosófica original (no necesariamente verdadera o ajustada) de Bueno:
1. No es una implantación "de la filosofía" (explícitamente Bueno dice que no es una "república de los filósofos" lo que se trata de "implantar") sino un reconocimiento de la inevitabilidad de la implantación "de la conciencia filosófica" en cuanto históricamente constituida.
2. "La conciencia filosófica se sitúa regresivamente a cierta distancia de los movimientos empíricos políticos". La distinción entre el filósofo académico y el político se mantiene en el interior de la implantación política de la conciencia. No hay que afiliarse a ningún partido.
Cuando Greta Thunberg dice "no se trata de cambiar el clima (realidad) sino las mentes (conciencia)" (idealismo), lo que quiere significar con esto es: no conocemos soluciones tecnológicas a los problemas del presente en marcha, pero, si "concienciamos", alguien, en algún
momento, obtendrá esas soluciones. ¿Qué peligro hay en esta inocente declaración de intenciones idealista por definición (cambiar la conciencia, no la realidad: fijar ideales)? Que la "concienciación" no concluye con una solución a los problemas tecnológicas que pretende
solventar. Muy por el contrario, la "concienciación" de los "males del capitalismo" (anti-capitalismo), cuando no hay una alternativa real al modo de producción capitalista, no es una "sociedad más justa", sino un capitalismo degenerado (Venezuela).
Vale, creo que mañana merece la pena que comente este capítulo final del primer ensayo de los "Ensayos materialistas" de Bueno de 1972.
Bueno comienza por tratar de establecer la "naturaleza de la conciencia filosófica", y para ello plantea la contraposición entre una implantación gnóstica y una implantación política (de la conciencia) filosófica.
Bueno entiende por "naturaleza" la esencia (esse: qué es X). "Conciencia filosófica" es una idea característica de sus primeros escritos de madurez, relativa a una subjetividad -no hipostatizada- históricamente constituida y dialéctico-constructiva (racional).
Partimos del factum de las leyes humanas en regressus hacia la Idea de ley (y de derecho). Entonces, Santo Tomás define la ley (positiva, la que puede señalar con el dedo), así: "dictamen de la razón práctica (no teórica o especulativa) existente en el príncipe que gobierna
una comunidad perfecta". Es decir, el derecho (humano, primeramente) es el mandato del Estado, en tanto que las funciones de gobierno recaen -en el contexto político de Santo Tomás- sobre un príncipe.