El problema de la astrología no es que sea falsa, es que NO PUEDE SER FALSA.
WAT.
Hoy este servidor y @valearvejita les traemos un nuevo episodio de #Epistemología101 de la mano de Popper y una mágica ayuda de Página/12.
Una hipótesis es falsable cuando EXISTE LA POSIBILIDAD de que se pruebe que es falsa.
Para el filósofo K. Popper, la FALSABILIDAD o REFUTABILIDAD es una virtud. Pero, ¿por qué la refutabilidad es algo bueno?
Predeciblemente no queremos que nuestras hipótesis resulten FALSAS: cuando se prueba que una lo es −por ejemplo, la hipótesis de que la Tierra es el centro del universo−, nos ponemos tristes, tratamos de emparcharla y, si no se puede arreglar, la cambiamos por una mejor
Entonces, ¿por qué usar, como requisito de que una hipótesis sea científica, la POSIBILIDAD de que ella se pruebe falsa?
Lo que nos dicen Popper y, comentándolo, el filósofo D. Chalmers, es que una hipótesis que EN NINGUNA CIRCUNSTANCIA pudiera resultar falsa… no diría NADA.
Distingamos tres grupos de enunciados: 1) los que son FALSABLES pero aún no se probaron falsos, así que los podemos aceptar como conocimiento científico; 2) los que NO SON FALSABLES y por tanto no dicen nada sobre el mundo; 3) los que son FALSABLES y ADEMÁS se probaron FALSOS.
Pensemos un ejemplo de (1): la hipótesis “Los objetos en caída libre en la Tierra tienen una aceleración de 9,8 m/s2” no es FALSA, pero es FALSABLE porque dice ALGO ESPECÍFICO sobre cómo se “comporta” el mundo. Es por eso que SERÍA falsa si la atracción fuera de, digamos, 5 m/s2.
En otras palabras: nos dice que la aceleración es de 9,8 m/s2, NO de 5, NO de 20; nos dice algo bien preciso acerca del mundo en el cual vivimos. Y la idea clave entonces es: justamente cuanto más informativa ella resulta, cuanto más dice, más “riesgos” corre de resultar refutada
El “mérito” de una hipótesis genuinamente científica es que no haya resultado falsada pero pueda, EN PRINCIPIO, serlo: que “corra riesgos” pero “sobreviva”, como Rambo.
Un enunciado QUE NO DIGA NADA no podría ser refutado nunca… pero justamente porque no nos informaría nada.
Comparemos este enunciado científico con la siguiente frase, que es un ejemplo de (2): “astrológicamente, 2021 es […] más tranquilo que 2020 […] porque en 2020 tuvimos muchos movimientos muy potentes. Este año no hay tanto. […] No significa que no vayan a pasar cosas”
La pregunta obvia es: ¿cuál es la información específica que nos da sobre este mundo decir “van a PASAR COSAS”? Para ser informativo sobre el mundo, un enunciado tiene que decir de qué manera los eventos del mundo real SE DIFERENCIAN de otros eventos que NO esperamos que pasen.
En cambio, “van a PASAR COSAS” es un caso límite de no-informatividad: un enunciado así NUNCA PODRÍA MOSTRARSE FALSO, pero precisamente porque… NO DICE NADA. Si la pandemia se recrudece, o si la superamos, en AMBOS casos habrán… “pasado cosas”. Hurra por la astrología.
Sin duda, podemos decir que la falsabilidad no es a todo o nada: admite grados. Decir que los objetos caen con una aceleración de 9,8 m/s2 es más informativo que decir “caen con una aceleración mayor a 5 m/s2“. Ambos enunciados serían informativos, pero el segundo lo sería menos.
¿Podemos decir que el enunciado sobre que “pasarán cosas” tiene al menos ALGÚN GRADO de informatividad? En rigor, nos dice que “pasarán cosas MÁS TRANQUILAS que las que pasaron en 2020”. Se supone, entonces, que puede haber ALGÚN evento tal que la “predicción” resulte falsa.
Por ejemplo, podemos imaginar que “el 2021 es más tranquilo que el 2020” sería FALSO si, digamos, la pandemia de coronavirus recrudece. En ese caso, la “predicción” astrológica sería falsable y, por tanto, científica. Pero esto es meramente una apariencia. Veamos por qué.
El motivo por el cual “van a pasar cosas, pero más tranquilas” sigue sin ser falsable −y, por tanto, potencialmente informativo − es que no está especificado QUÉ QUIERE DECIR “tranquilo”. ¿Qué clase de “cosas más tranquilas” podemos esperar que pasen, y cuáles no? No sabemos.
Comparemos este enunciado no falsable −o sea, del tipo (2)− con un enunciado científico FALSO −tipo (3)−: el enunciado “El Sistema Solar tiene siete planetas”. De ese enunciado, en conjunción con las leyes de Kepler, se seguían ciertas predicciones PRECISAS.
“SI el Sistema Solar tiene siete planetas”, argumentaba la comunidad científica, “ENTONCES vamos a observar a Urano en tal y cual posición”. Y el cabrón de Urano se negaba a aparecer ahí.
Eso permitió a la ciencia algo que la pseudociencia no puede hacer: APRENDER de sus errores
Si la ciencia puede aprender del descubrimiento de sus errores, es porque NO nos dice “pasan cosas” o “Urano va a estar en ALGÚN LADO”. Urano tenía que estar en cierta posición específica, no lo estuvo, y eso llevó a postular la influencia gravitatoria de un 8vo planeta: Neptuno.
Por eso “El Sistema Solar tiene siete planetas” es un enunciado falsable (científico) Y FALSO. ¿Podría nuestro/a astrólogo/a de cabecera decir “oh, al final en el 2021 no ‘pasaron cosas’ ‘más tranquilas’ que en el 2020, ME EQUIVOQUÉ, TENGO QUE CAMBIAR MIS HIPÓTESIS”?
No, porque −como adelantábamos− “más tranquilo” es una caracterización demasiado imprecisa para que podamos hablar de predicciones exitosas Y TAMBIÉN DE PREDICCIONES FALLIDAS. En un sentido importante el problema de la pseudociencia, para Popper, es que no puede equivocarse.
Como adelantábamos, quien practica ciencia no siempre va a salir corriendo a considerar refutada una hipótesis: puede tratar de “emparcharla”. De hecho, la postulación de Urano fue un “parche” para no abandonar hipótesis más centrales de la teoría astronómica.
Pero el hecho mismo de que los “parches” puedan resultar NECESARIOS depende de que las hipótesis sean, para Popper, “falsables EN SENTIDO LÓGICO”: tienen que ser tales que algún enunciado de observación PUEDA entrar en contradicción con ellas; que puedan chocar con la experiencia
Por eso resulta irónico encontrar personas que critican a la ciencia “porque no es infalible”.
POR SUPUESTO que no es infalible: ella misma detecta sus errores Y ESO la distingue de las pseudociencias como la astrología, de cuya “infalibilidad” tenemos que desconfiar.
¡Y algo más! Antes de volver a decir que la ciencia es patriarcal y la astrología es feminista, recuerden que los cálculos informáticos que nos llevaron a la Luna los hizo Margaret Hamilton y que Cecilia Payne fue quien dilucidó de qué está hecho el universo, entre otros ejemplos
Compartimos las historias de cuatro mujeres que miraron al cielo y nos contaron sus maravillas:
Probablemente podamos estar de acuerdo en que “tengo derecho” a sostener cualquier opinión si lo que estamos pensando como alternativa a eso es, por ejemplo, la clase de persecución doctrinaria cometida por la Iglesia Católica durante la Inquisición, o por los nazis.
Cuando lo que tenemos enfrente son instituciones que queman libros o que directamente queman personas que no comparten sus ideas, seguramente estaremos inclinados a sostener el derecho de cada cual a sostener la opinión que le plazca.
De pronto Juan se despertó. Estaba en un hospital.
Palpó su cuerpo y sintió dos sondas.
Giró la cabeza y vio que estaban conectadas a un hombre inconsciente que yacía en la misma cama.
En la mesa de luz, una nota. Lo primero que leyó: “…no se preocupe. Solo serán 9 meses”.
“Después del agravamiento de la enfermedad renal del señor Schmitt, quien como usted sabrá es el mejor violinista del mundo, la Sociedad de Amantes de la Música indagó en los registros médicos y descubrió que solo usted posee el tipo de sangre necesario para ayudarlo”.
“Es así que decidimos conectarlo a usted, cuyos riñones funcionan perfectamente, con el Sr. Schmitt, de manera que puedan filtrar la sangre de ambos. Solo eso le permitirá a él seguir viviendo. Será un sacrificio para usted, es verdad, pero no se preocupe. Solo serán 9 meses”.
Decir que 𝘭𝘢 𝘷𝘦𝘳𝘥𝘢𝘥 es la meta de la ciencia 𝘦𝘴 𝘶𝘯𝘢 𝘱é𝘴𝘪𝘮𝘢 𝘪𝘥𝘦𝘢
¿No lo creen? Acompáñenme a ver cómo, si decimos que esa es la meta, tendremos que darle la razón a Phoebe en su posición anti-teoría de la evolución.
En la segunda temporada de Friends, Phoebe le dice a Ross que “no compra” el evolucionismo.
Podríamos decir que la “Posición de Phoebe” (PP) es: La teoría de la evolución tiene un carácter dudoso y debe ser rechazada.
Aunque nos parezca obvio que está equivocada, Phoebe 𝘳𝘦𝘢𝘭𝘮𝘦𝘯𝘵𝘦 tiene un punto en su argumento y nos conduce a un problema que se conoce en filosofía como “inducción pesimista”
A veces se nos hace responsables de lo que creemos o no, como si creer fuera algo que hacemos a nuestro antojo. Pero, ¿lo es realmente? ¿Podemos “elegir creer” como quiere Mulder?
Créanme (o no) que vamos a resolverlo en esta nueva entrega de #ArgumentosEnUnaBaldosa
SPOILER ALERT: este hilo presupone que ya vieron Memento. Si todavía no lo hicieron, vayan a verla y dejen de perder tiempo leyendo sobre epistemología, que la vida es corta😜
*A partir de este momento, avanzan bajo su propio riesgo de spoilers*
¿Podemos generarnos voluntariamente una creencia? Bernard Williams, un reconocido filósofo del siglo XX, nos ofrece un argumento contra esa posibilidad.
Lisa: - Hice este experimento para demostrar que mi hermano es más tonto que un hámster. No hay dudas.
Hume: - Hold my beer…
¿Hume y Los Simpsons en un mismo hilo? ¿Es esto un sueño?
Pues no, mi ciela.
Esto es #ArgumentosEnUnaBaldosa
Como es sabido, se le ha reconocido a Los Simpson su capacidad para hacer predicciones exitosas. Pero vamos a ver que también pueden dialogar con la obra de un autor del siglo XVIII. Y para eso analizaremos lo que Hume tiene para decirnos sobre el experimento “Bart vs. hámster”.
En el episodio “La promesa” (temporada 4), Lisa intenta probar que Bart es más tonto que un hámster con un experimento en el que conecta electricidad a la comida del roedor. Esto le da una descarga que lo hace desistir. Bart, en cambio, intenta una y otra vez comer su panquecito
Dice en Mysterium cosmographicum: “A [la Tierra] la circunscribe un dodecaedro; la esfera que lo comprenda será la de Marte. La órbita de Marte está circunscrita por un tetraedro; la esfera que lo comprenda será la de Júpiter. La órbita de Júpiter está circunscrita por un cubo”.
El Mysterium, de 1596, sostenía que las distancias que separan a los planetas podían determinarse a partir de los sólidos regulares (es decir, los cuerpos compuestos por figuras geométricas regulares idénticas): el tetraedro, el cubo, el o octaedro, el dodecaedro y el icosaedro
Retomaba una idea presente en Pitágoras y en Platón: los planetas están separados por distancias definidas por fórmulas matemáticas simples. Estaban convencidos de que el universo tenía una estructura matemática, que existía algo así como un universo “armonioso”.