No sé cuántas veces leí aquello de "no teníamos a un lateral (inserte adjetivo) desde Alves" hablando sobre Sergiño Dest.
Afirmaciones obscenas sobre un chaval con un año de bagaje en el fútbol profesional. Tenemos demasiadas ganas de quemar futbolistas antes de que nazcan.
Afirmaciones obscenas sobre un chaval con un año de bagaje en el fútbol profesional. Tenemos demasiadas ganas de quemar futbolistas antes de que nazcan.
Apenas unos meses después Dest ha pasado de algo parecido a Dani Alves a un jugador que "psé". Ni fu ni fa. El cortoplacismo en el fútbol es una enfermedad solo comparable con la del intento absurdo de poner etiquetas. No aceptamos aquello que no se ciñe con nuestro marco mental.
La gente se sorprende de que un futbolista de 20 años que apenas lleva un año en la élite no juegue como si fuese Dani Alves. "Es que no me dice nada".
Normalizamos el halago excesivo sin haberlo visto jugar y hacemos oídos sordos ante la crítica desproporcionada.
Normalizamos el halago excesivo sin haberlo visto jugar y hacemos oídos sordos ante la crítica desproporcionada.
El fútbol no interesa. Nos apetece rellenar con nombres varios los huecos que otros han dejado, una rueda demente que se retroalimenta. Cuando se va X y llega Y, queremos que sea X. El fútbol, el contexto, todo, da igual.
Solo nos importa nuestra opinión.
Solo nos importa nuestra opinión.
Luego nos sorprendemos con el cese de Lampard. "Es que no hay paciencia en el fútbol". Y exigimos que Dest sea ya una realidad. El problemón de basar nuestro juicio en base a unos vídeos de Highlights y vivir en marcos tan estrechos donde todo es blanco o negro. Paradojas.
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