Cuando pensamos en arquitectura en la Antártida, solemos pensar en cabañas bastante chuscas y no muy confortables, ocupadas por tipos rudos (y probablemente por alienígenas multiformes asesinos).
Y, bueno, la sin llegar a tales extremos, pero sí que es cierto que la arquitectura antártica ha sido bastante...digamos...poco delicada con su estética, como se ve en estas dos fotos de la base soviética Leningradskaya y la estadounidense McMurdo.
Sin embargo, ya desde los años 70, se intentaron algunos avances tanto estéticos como, y bastante más importantes, en comodidad de las instalaciones. Quizá el más chulo fue la cúpula geodésica de la Base Amundsen-Scott, construida en 1975 en el mismísimo Polo Sur.
Lo más alucinante de la cúpula geodésica de la Amundsen-Scott es que debajo de la cúpula ESTÁN LOS EDIFICIOS. (al menos algunos)
Por cierto, si queréis saber más del hombre que inventó las cúpulas geodésicas, conté su historia hace unos cuantos capítulos.
El caso es que, ya desde hace unos años, se han dado cuenta de que el principal problema de las bases antárticas es que la nieve y el hielo las iba colonizando desde abajo. Por eso, las últimos edificios que se están construyendo allí se hacen siempre sobre pilotes.
Lo de separar el edificio del suelo está guay porque no solo previene de acumulaciones de nieve sino que evita el contacto directo con una superficie TAN fría, lo cual viene muy bien al confort interior del edificio.
Pero es que las nuevos edificios construidos en la Antártida no solo son más eficaces y más funcionales y más confortables, es que además, son mucho más molones.
Esta es la estación brasileña Comandante Ferraz.
Esta es la estación Princesa Elizabeth, que además es el primer edificio antártico cero emisiones y que parece bastante de una peli de ciencia ficción.
Esta otra es la base surcoreana Jang Bogo, que parece INCLUSO MÁS de una peli de ciencia ficción.
Y llegamos ya la flipación absoluta. El ciempiés del futuro. El tardígrado sobre patines. La acojonación antártica.
La Base Halley VI.
Como indica su nombre, la Halley VI es la sexta iteración de las bases de investigación Halley del British Antarctic Survey.
Las cuatro primeras sucumbieron al hielo y la quinta, aunque ya se construyó sobre pilotes, también acabó resultando obsoleta.
Construida en 2012 y obra del del arquitecto británico Hugh Broughton, lo más curioso es que el diseño se parece bastante al proyecto utópico de la Walking City de Archigram de 1964.
Sin embargo, mientras que lo de Archigram no dejaba de ser una cosa hippie, el diseño de la base Halley VI es estrictamente funcional.
Para empezar, el sistema de trenecito permite la construcción y ocupación modular del edificio, algo esencial en condiciones tan extremas.
Además, los pilotes no son fijos sino que, mediante un sistema hidráulico, pueden elevarse para sortear la acumulación de nieve...
...o bajar hasta casi el punto de contacto con el hielo, Y digo casi porque los pilotes no tocan la superficie: SON ESQUÍES.
¿Y por qué la base Halley VI está montada sobre esquíes? ¿Por qué un edificio instalado en el lugar más remoto del globo y en las condiciones más extremas, literalmente no tiene cimentación?
Pues porque, como la plataforma de hielo donde está colocado se desliza hacia el oceáno a ritmo de unos 400 metros por años, la estación se remolca cada poco tiempo hasta llevarla a su posición original.
Vamos, que EL BICHO SE MUEVE.
De hecho, el trenecito siempre está colocado perpendicular al viento dominante para que no vuelque y para ofrecer menos resistencia pero, aún así, el viento lo desplazaría sobre los esquíes y, por eso, está atadito como un perrete a un poste fijo.
Mira que el edificio tiene una pinta muy de ciencia ficción pero es que los diseños iniciales eran ya la hostia venida del futuro.
Atentos.
Eso sí, también desde el principio, Hugh Broughton tuvo claro que la Halley VI iba a ser el lugar más confortable posible.
Fijaos en los planos y los diagramas.
Y ya lo creo que lo consiguió porque, claro, si te vas a pasar 100 días de invierno sin ver el sol, al menos que estés a gusto.
En el interior de la Halley VI, aparte de unas habitaciones bien apañás, tienen un bar-cafetería, un gimnasio, una sala de juegos...
...dos biliotecas, comedor, cocina y hasta una pequeña sala de cine...
...y una escalera donde llegar a quizá el mejor lugar de la Halley VI: El puente de mando.
Por cierto, desde la web del British Antarctic Survey se puede hacer una visita virtual 360º por toda la estación.
Y os lo recomiendo porque, quizá en ese ratito que estéis visitando los corredores, el gimnasio, el cine o el bar, tal vez os pase como a mí y, durante en una fracción de segundo, creáis mirar por la ventana para ver una aurora austral desde el edificio más remoto del planeta.
Y con estas cuatro fotos que resumen muy bien el episodio de hoy, vamos a despedirnos del ciempiés, de la Base Halley VI, de la Antártida y de #LaBrasaTorrijos de esta semana.
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(Es la hora de pasar la gorra!)
Nos vemos en un nuevo capítulo el próximo jueves a la misma hora.
Si queréis conocer más territorios improbables, todos los episodios de #LaBrasaTorrijos están archivados en mi tuit fijado, que es este hilo de hilos de hilos:
Michal Krzystofostowicz/BAS, Ant Dubber, James Morris, Sam Burrell, Jens Bludau, Dennis Foster, Divulgação Marinha do Brasil, Hugh Broughton Architects, MOMA, NSA, y Universal Pictures.
(Fin del HILO ❄️❄️🎿🐛🏠)
(Y en el episodio del próximo jueves vamos a conocer la misteriosa historia de los edificios a los que les faltan plantas)
Vamos con las codas, la fe de errores y los saludos al respetable.
1. La Halley VI no está colocada perpendicular sino PARALELA al viento, para que, efectivamente, minimizar la resistencia. (También confundo izquierda con derecha y este con oeste 🤦♂️).
2. Junto a los cables que unen la base con el poste para hacer de arriostramiento y que la base no se vaya a vivir su vida, van también los cables de alimentación eléctrica, que vienen de una caja fija donde está el generador principal.
Esta es la caja, que también tiene esquíes para cuando haya que mover todo el complejo pero que permanece anclada en situaciones "normales". El generador, por cierto, es como la turbina de un reactor, pero en pequeño.
La turbina es tan potente y todos los sistemas están tan automatizados que la Halley VI puede operar de forma totalmente autónoma. De hecho, en 2017, debido a un movimiento inesperado del hielo, evacuaron las instalaciones y la base estuvo funcionando por si sola durante meses.
3. La Halley VI puede albergar una tripulación de hasta 32 personas, aunque en el invierno suelen ser bastantes menos (8 ó 9).
4. Si habéis visto "¿Dónde estás, Bernadette?", la Halley aparece al final de la peli como proyecto de la protagonista, una arquitecta a quien interpreta Cate Blanchett.
(La peli de Richard Linklater a mí me ha gustado bastante, pero por su exploración del personaje, no por su representación de lo que es el mundo de la arquitectura, que está, a mi juicio lejísimos de la realidad).
5. Hugh Broughton es también el arquitecto que diseñó la base antártica española "Juan Carlos I".
Y 6 y última: Aprovecho para dar las gracias a Miguel Barahona por haberme hecho llegar su estupendo artículo sobre arquitecturas extremas que escribió hace unos años.
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En una esquina de Roma hay una pequeña iglesia. Es San Carlo Alle Quattro Fontante y la construyó Borromini hace casi 400 años.
Tal y donde está, apenas hay manera de tenerla de frente; se confía todo a una mirada en escorzo.
Pero ese escorzo es perfecto, porque es mejor modo de entender las curvas, los relieves y los meandros del mármol de la portada.
San Carlo —San Carlino— es una iglesia pequeña, sí, pero es una obra maestra del Barroco, de la arquitectura, del urbanismo, de hacer ciudad, de entender el tiempo y, si fuese una tienda de churros, seguro que sería la mejor tienda de churros del mundo.
Hay algo fascinante (y un poco escalofriante) en las arquitecturas que no están ni pensadas ni ejecutadas para el ser humano.
Este es el detector de neutrinos Super-Kamiokande, en Hida Japón.
Además, y por si nos parecía poco marciano por sí solo, el Super-K está construido A UN KILÓMETRO de profundidad bajo tierra.
Ah, y no se puede pisar. El interior del Super-K solo se puede transitar en un bote porque está lleno de agua hasta un cierto nivel para posibilitar la detección de neutrinos.
En el lugar más tenso del mundo hay dos pueblos en guerra. En uno hay 5G pero está prohibido entrar. El otro es una ciudad de mentira, un decorado colosal.
Ah, y la guerra la hacen con altavoces como castillos.
Como ya hemos visto muchas veces, el urbanismo es algo fundamental en la construcción del ser humano. Quizá la segunda cosa más importante (después del lenguaje).
Decidir cómo vivir juntos y dónde vivir juntos nos define como sociedad.
Por eso, lo de vivir en una zona jodida es algo tan difícil de explicar. Lo que pasa es que lo de asentarse en una zona jodida no suele funcionar así (salvo que los "asentantes") estén un poco cucú.
Lo normal es que exista el pueblo ANTES de que la zona se vuelva chunga.
Estoy viendo una ficción romántica turca llamada "Love is in the Air" que va de arquitectos y ya os digo que está generando unas espectativas MUY irreales respecto al aspecto físico de los arquitectos en general.
Hay una mujer en el estudio que va vestida como si fuese a recibir un Óscar, pero están hablando de "cumplir los requisitos para la licitación".
El prota parece una mezcla entre Michael Fassbender y Tom Hiddleston y es INCREÍBLEMENTE GILIPOLLAS.
*en eso sí que está muy lograda la representación del mundo de la arquitectura.
En Chicago hay un rascacielos con cien ventanas. Pero no es un edificio de oficinas ni de apartamentos: es una prisión. Una cárcel vertical de hormigón, sin rejas y prácticamente inexpugnable. (Y con un patio en la azotea).
En la confluencia de la calle Van Buren con Clark, en el distrito histórico del Loop de Chicago, hay un rascacielos de casi 100 metros. Una máquina arquitectónica brillantísima, pero que, no figura en las guías de la ciudad.
Es el Metropolitan Correctional Center.
Claro, no está en las guías y apenas hay documentación interior porque claro, como dije en la presentación, no es un edificio que se pueda visitar: es una prisión federal. De mínima seguridad, sí, pero prisión federal.