Thread by @esttoper

Mi opinión sobre el proceso de construcción del Chelsea de Thomas Tuchel:

A su llegada, Tuchel rompió con el rígido 4-3-3 de Lampard e instauró desde el inicio una estructura levantada sobre una base de 3 centrales + 2 pivotes. Todo lo que le rodeaba sería susceptible de modificarse, entre partidos y dentro de los mismos partidos.

Los componentes de esta base serían titulares fijos, a la espera del lesionado Kanté. Atacantes y carrileros se verían sometidos a rotaciones, donde todos tendrían su oportunidad y serían combinados de distintas formas buscando encontrar las mejores sociedades en ataque.

Para que un cambio tan brusco de modelo de juego no llevara largo tiempo de adaptación que costara puntos e hipotecara las posibilidades de entrar en UCL, Tuchel tiró de especialistas en su sistema, que le hicieran equipo sólo con ubicarlos.

La respuesta estaba en las cenizas de las obras de Conte y Sarri, fieles como Tuchel del juego de posición. Revivían Azpilicueta, Rüdiger y Alonso de la defensa de cinco de Antonio y resurgía el Jorginho de Maurizio, cuya carrera clamaba por volver al único fútbol que entiende.

En defensa no había margen: Thiago Silva de jefe, escoltado por Azpilicueta y Rüdiger, con Christensen alternativa (también hombre de Conte) y quedando muy tocado el gran perdedor hasta ahora con el cambio de técnico: Kurt Zouma. Mediocampo: Jorginho – Kovacic, pero llega Kanté.

La visión que Tuchel tuviera de Kanté era clave para saber hacia qué evolucionaría el equipo, y pronto se desmarcaría de la idea de Lampard (pivote único): “Kanté es más fuerte en un ‘doble 6’. Ahí podemos usar su volumen de juego y su capacidad de recuperar balones arriba”.

La apuesta por el doble pivote deja 2 puestos para 3 jugadores + Gilmour (Tuchel: “Es ahora mismo el nº4 en mi cabeza”). Las rotaciones parecían claras: Jorginho encaja perfecto en el juego posicional y Kovacic es agitación en ataque cuando todo se vuelve plano.

Pero lo de KOVACIC ha ido más allá. El modelo de juego ha dado sentido a su torrente de capacidades. Y su desborde y conducción y su inquietud patológica (paredes interiores, robos tras pérdida,..) han dado a ese modelo un atajo para salir de presiones y abrir defensas cerradas.

Kovacic es hiperactividad en busca de producir, sin pausa ni marcha atrás. Tuchel lo ha protegido para que ese riesgo penalice menos de lo que suele (tres defensas y un pivote cerca de balón a cada pérdida) y le ha dado espacio para que goce. Y el croata se sale del mapa.

En ataque posicional, Tuchel se suma a esa tendencia actual de sumar muchos efectivos a la altura de la línea defensiva rival (el 2-3-5 de Pep suele ser un 3-2-5 en Tuchel). Las virtudes de Kovacic explotan todo lo que le ofrece esta disposición y sus compañeros lo saben.

El rendimiento Kovacic unido al de Jorginho, al que el modelo le pide hacer lo que mejor sabe, los ha hecho imprescindibles al punto de ralentizar la integración de KANTÉ (minutos en Premier desde Tuchel: 0-16-15-20) e innovar con un trivote en el medio cuando entra el francés.

En punta formarían 3 hombres en el carril central dispuestos en 2 alturas (2+1 o 1+2), dejando las bandas a los carrileros. Eran 3 huecos para 8 tipos. Tuchel los tenía claros, pero lo iba a enmascarar con rotaciones e inventando un Hudson-Odoi carrilero que liberaba otro hueco.

Tuchel borraba la idea de Lampard también en cuanto a nombres. El foco en el último tercio dejaba de ser Ziyech para confiar en 3 hombres, uno por carril, con distintos y complementarios roles: Mount en el centro, Werner izquierda y Hudson-Odoi derecha.

Tuchel iba a reprimir la tendencia de MOUNT a acercarse a balón, para pasar de ser ese faro en la elaboración que era con Lampard a enfocarlo a la finalización. Esta disciplina posicional hace lucir sus virtudes, que son las de un mediapunta con mayúsculas.

Jugando en esa 3ª altura del campo, el fútbol de Mount no tardará en reflejarse en sus cifras ofensivas: Su enorme reverso de espaldas lo pone ahora de cara en la frontal (tiro y último pase), es conductor de transiciones, llegador y receptor tras cada salida de presión exitosa.

Con Mount de mediapunta, Werner jugando de 9,5 (como lo definió Tuchel) y Hudson-Odoi alternando banda y posiciones interiores, el puesto libre que queda cuando ellos tres y James no coinciden en el campo se reparte entre Ziyech, Havertz, Pulisic, Abraham y Giroud.

Con la incógnita del lesionado Havertz, los ‘9’ puros han salido ganando en esta pelea. Ziyech tiene perdida la batalla con Mount y no parece que el sistema pida congeniarlos (0 minutos en los 3 últimos partidos de PL). Y Pulisic sólo asoma como revulsivo (0 titularidades en PL).

Desde que llegó Tuchel, el Chelsea ha jugado la mayor parte del tiempo ante repliegues. Para enfrentarlos trabaja alternativas en los 3 carriles para progresar de forma distinta, priorizando llevar el balón a la banda y a partir de ahí trabajar situaciones de 3c3, 3c2, 2c2 y 2c1.

Cuando el balón llega a banda, Mount acude a juntarse para generar superioridad y trabajar esos triángulos, que ganan mayor dinamismo cuando se dan en izquierda con Werner o cuando son Hudson-Odoi o Pulisic el delantero en derecha. Giroud es el que más limita en este aspecto.

Frente al Burnley, con sólo una semana al cargo, Tuchel fijó a Hudson-Odoi como carrilero alto en derecha y acumuló gente en izquierda para con el cambio de orientación buscar su 1c1 sin ayudas defensivas, seguramente su carta ganadora más simple.

Ante el Tottenham, Mourinho colapsó el carril central, pero la falta de implicación defensiva para cerrar el pase a banda y la falta de respuesta cuando esto sucedía facilitó el plan del Chelsea de incidir por derecha, aunque luego le faltara contundencia en los últimos metros.

El Sheffield era el rival que por sistema, más se parecería al Atlético. El 5-3-2 ahogó a un Chelsea que, con Giroud y sin Hudson-Odoi se mostró previsible. La capacidad de Kovacic para crear el caos en el rival y los movimientos de Werner, únicos argumentos.

Y por último, el nuevo rol de WERNER. Partiendo de ‘9’ escorado a la izquierda, el alemán cumple función de salir al apoyo para la progresión por su carril. Si no le siguen, genera superioridad o puede encarar. Si le siguen, crea un espacio que ataca él mismo o sus compañeros.

Asistencias, penaltis provocados y sobre todo sus movimientos, que generan y generan de forma directa e indirecta [el jugadón de la foto es imposible sin él]. Werner necesita ahora goles importantes que le hagan reconocerse en la jerarquía que todos ven en él, menos él mismo.

El Chelsea de Tuchel aún no ha sido exigido y de golpe le viene el Atlético. Controla partidos con balón, apenas recibe ocasiones, pero le cuesta ser contundente y a sus individualidades parece faltarles un partido consagratorio. En cómo llegue el Atlético estará la eliminatoria.

Si alguien quiere profundizar más, dejo el enlace al Chelsea de Lampard donde se podrá comparar más a fondo la evolución de cada jugador a lo largo de la temporada.

https://twitter.com/esttoper/status/1345090450651308032?s=20