Unas pocas consideraciones para quien esté haciendo la tesis y se sienta agobiado, abrumado y/o perdido:
1. La tesis no es definitiva. Es tu presentación para la investigación de alto nivel. Y ya. Si fuera el trabajo definitivo, tu vida académica futura sería bastante aburrida.
2. Tu tesis va a tener fallos. Es normal. En el futuro verás que quizás la conclusión que sacaste en la página 146 no es la más acertada, o que tu análisis de alguna cuestión es erróneo. No pasa nada. Lo interesante es eso: actualizar tus puntos de vista.
Eso no quita que, en el momento, intentes hacer el mejor trabajo posible. Y lo harás. Pero no te empeñes de más en que sea un trabajo absolutamente incontestable. Lo interesante es que aporte argumentos al debate académico. Y el debate académico es justo eso, un debate.
3. No intentes demostrar que lo sabes todo de todo. Es fácil que una tesis se vaya de las manos y se convierta en una especie de monstruo con cientos de tentáculos. Deja algo para futuras investigaciones; el material ya lo tienes.
4. Ten siempre en cuenta que, a la hora de defenderla, alguien del tribunal va a encontrar fallos. Algún miembro siempre dirá "he echado en falta una mayor profundización en..." o "le ha faltado citar el trabajo de...". No pasa nada, aprovecha esos comentarios para el futuro.
5. Apóyate en tu director/a. Su función es guiarte por un proceso tan largo y complejo como el de una tesis doctoral. Claro que es fundamental tener suerte con quien te la dirija. Pero, si la tienes, aprovéchala. Seguramente te darán los mejores consejos de tu vida académica.
6. No dudes en buscar también ayuda profesional. El apoyo psicológico es clave. Hay profesionales especializados en estas cuestiones que te ayudarán muchísimo. Es curioso que aún sobreviva cierto tabú sobre el tratamiento psicológico. Pero, de verdad, es algo realmente sano.
Y poco más. No te voy a decir que es fácil, ni siempre bonito. Hay momentos en los que tienes ganas de abandonar, momentos que te superan. Pero, al final, merece la pena. Te das cuenta de lo apasionante que puede llegar a ser.
Ya, quizás no sea yo el más indicado para dar consejos. Quizás he tardado más de la cuenta en espabilarme. Pero, ahora que estoy acabando la tesis, puedo hablar con conocimiento de causa. Estos comentarios me han ayudado mucho a ver las cosas en perspectiva. Quizás a ti también.
Ten paciencia. Trabaja, redacta, lee, habla con compañeros y directores. Dale caña. Al final, vas a hacer un gran trabajo.
Y vas a ver que merece la pena.
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Ese manuscrito, que casi nadie conoce, contiene una obra capital en la historia de la geografía. Y él lo sabe.
Así que lo copia y regresa con él a su monasterio de Chora.
Y todo cambia.
HILO⬇️
Ese monje se llamaba Máximo Planudes. También era gramático y traductor de obras clásicas. Un personaje fundamental.
Esta historia nos va a llevar a varios sitios: a la Alejandría del siglo I, a la Constantinopla del XIV y a la Italia del XV.
Pónganse cómodos, que empezamos.
Bueno, como decía, Máximo Planudes tenía ante él una obra que nadie conocía. Una obra que había permanecido en la sombra, casi desconocida, casi perdida.
Una obra escrita allá por el siglo II.
Hagamos la primera parada. Viajemos en el tiempo hasta ese momento.
En 1572, un canónigo alemán de nombre Georg Braun editó una obra que sería uno de los compendios cartográficos más influyentes y exitosos de la Historia.
Casi cinco siglos después, @TASCHEN nos lo trae en una preciosa edición.
En la segunda mitad del s. XVI, el negocio de los atlas se estaba poniendo muy de moda. ¿Por qué? Pues por el éxito que estaba teniendo una obra, editada en 1570, que dio comienzo a una era: "Theatrum Orbis Terrarum" del flamenco Abraham Ortelius.
La importancia de esta obra es innegable. Ortelius, que había sido comerciante de antigüedades y de mapas, se dedicó a compilar mapas realizados por diferentes cartógrafos y grabadores (y por él mismo) para ofrecerlos en un volumen que mostrara todo el mundo conocido en la época.
En el norte de Colombia, a unos 50 kms. de Cartagena de Indias, se encuentra San Basilio de Palenque.
Una población que encierra una historia de libertad, esperanza e identidad. Una historia en la que los mapas tienen un papel fundamental e inesperado.
¿Me acompañas a verlo? ⬇️
Para entender esta historia debemos remontarnos al siglo XVI, en un contexto de tráfico de esclavos africanos a las plantaciones de la América colonial.
El comercio esclavista fue un elemento de gran importancia en el desarrollo del Nuevo Mundo.
Por diversos motivos (grandes terrenos y escasez de mano de obra, entre otros), durante siglos el comercio de esclavos africanos fue un gran negocio.
Se estima que, solo en el s. XVI, llegaron a América 2.176.000 esclavos africanos.*
8 de junio de 2005. Biblioteca Beinecke de Libros Raros y Manuscritos, Universidad de Yale.
Una bibliotecaria encuentra un objeto en el suelo.
Algo que daría lugar a una de las noticias sobre mapas más mediáticas de las últimas décadas.
¿Qué objeto era ese? Sigue leyendo ⬇️
Esta tremenda historia tiene varios personajes. Pero se centra en uno de ellos: Edward Forbes Smiley III.
¿Quién es ese señor con un nombre tan elegante? Pues uno de los marchantes de mapas más importantes del mercado. Una autoridad en el comercio y el estudio de mapas antiguos.
Nacido en New Haven y graduado por el Hampshire College, Forbes Smiley ya apuntaba maneras desde su época de estudiante. Tenía una gran cultura, y, según los que le conocieron, sobresalía por su carisma.
Aquí lo vemos construyendo una enorme casa de muñecas victoriana en 1977.