Thread by @Navegaciones

𝗗𝗲 𝗰𝘂𝗮𝗻𝗱𝗼 𝗳𝘂𝗶 𝗳𝗶𝗻𝗮𝗻𝗰𝗶𝗮𝗱𝗼
𝗽𝗼𝗿 𝗲𝗹 𝗴𝗼𝗯𝗶𝗲𝗿𝗻𝗼 𝗱𝗲 𝗘𝗨

Hace seis o siete años recibí una muy amable invitación de una organización para participar como ponente en un encuentro de periodismo en un país centroamericano.

Era una oportunidad inmejorable para exponer puntos de vista y para encontrarme con compañeras y compañeros muy queridos.

Por si fuera poco, me ofrecían un vuelo redondo en business class, hospedaje por cinco días en un hotel de alto pedorraje y como mil 500 dólares de retribución, una paga más que buena para mis estándares, que son de cero pesos por conferencia.

Tanta prodigalidad me hizo preguntar por el origen del financiamiento de aquel encuentro. Y sí: había un par de agencias gringas que abrían el grifo. Me pareció que estaba mal recibir dinero de cualquiera de ellas, así que hice una contrapropuesta: “Invítenme, pero no me paguen”.

Me explicaron que no se podía porque tenían que justificar un presupuesto asignado, así que si yo no aceptaba, tendrían que buscar a alguien que cobrara. Menudo lío. No quería desaprovechar la ocasión pero, al mismo tiempo, no tenía ninguna gana de recibir dólares de Washington.

Ya en una ocasión, dos décadas antes, había aceptado una invitación de la embajada de EU a periodistas para conocer el sistema penal de Estados Unidos con todos los gastos pagados. Pero esta vez era distinto: tenía, para entonces, una participación activa en Morena.

Después de mucho pensarlo, urdí un plan y acepté. El encuentro fue muy provechoso e hice un viaje genial que alargué unos días para otras reuniones en las que intercambié experiencias políticas con compañeras y compañeros de allá.

Unas tres semanas después de mi regreso, apareció en mi cuenta de banco el depósito correspondiente, convertido en pesos. En el cambio perdí algo de dinero, y perdí más cuando volví a convertirlo en dólares. Creo que el chistecito me costó más de dos mil pesos.

Ese mismo día compré una orden de pago por la cantidad exacta que me fue depositada en dólares y la envié a la cuenta de Sunshine Press, que maneja las donaciones a WikiLeaks, con un mensaje: “Ahí les manda Obama unos dolaritos”.

Consciente de que el asunto podría ser del interés de alguno de esos “centros de periodismo de investigación” dedicados a la fabricación de lodo para aventarlo sobre la gente decente, guardé los documentos probatorios de la operación para ahorrarles la búsqueda.

F I N

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