Yo entiendo que la coyuntura provoca ligazones temporales. El miedo, el hambre, la necesidad de sobrevivir, todas ellas generan esa necesidad de mantenerse juntos... ¡Hasta que pasa la emergencia!
Tal vez el ser humano descubrió la cooperación por calamidad y no por virtud.
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Pero salir del socialismo y hacer sostenible una transición, que será turbulenta y exigente, exige mucho, pero mucho más. Basta pasearse por el episodio del Éxodo para caer en cuenta cuán exigente puede ser, en términos de poder, liderazgo, paciencia e instituciones.
Todo esto lo digo para no perder foco en lo esencial. Es fácil la confusión ante la necesidad urgente de sobrevivir. Pero así como un plato de comida no te da la libertad, tampoco el sortear esta urgencia nos va a liberar del socialismo.
Entonces, no solamente debemos mantener el foco en lo que a corto plazo es esencial, sino que tenemos que mantener la vista puesta en lo trascendente. No es fácil, pero hay que intentarlo.
Tener un plan, tener un equipo sólido, tener talante de estadista, saber desprenderse del lastre, y por supuesto, entender que la urgencia no transforma en buenos a los malos, ni en útiles a los que son fallos, ni en parte del equipo a los que son mercenarios.
Vivimos el escándalo de la ética del Titanic. Todos se creen titulares del derecho a salvarse, por encima de cualquier consideración, y sabiendo que no hay ni salvavidas ni botes para todos el mundo. El clientelismo, el compadrazgo y la corrupción se abrazan en el oprobio.
Esos mismos que invocan ser de la primera clase de un barco condenado a hundirse, niegan el país, reniegan de la República que podríamos llegar a ser, y reafirman todo lo malo que nos ha traído hasta aquí. Ojalá no ganen. Ojalá no les sirva el camuflaje.
Yo sigo esperando una opción diferenciada y pudorosa, que comprenda que el país merece una ruptura con el mal, un cambio radical de dirección y un nuevo proyecto de país. ¿Donde comienza? Ahora, con lo que se dice, hace, y con los compañeros de ruta que se eligen.
Ensuciarse de connivencia, caer de rodillas ante el altar de los números, creer que lo valioso tiene que ver con llenar páginas de apoyos cínicos, que hoy respaldan lo contrario de lo que van a respaldar mañana, y algo diferente a lo que postularon ayer... es patinar sobre hielo.
Patinar sobre hielo e irse de boca. El país responde como es tratado. Si creen que el país es ignorante y pueril, pendejo y fácil de engañar, te devolverá la misma moneda. El que hable al país con seriedad y con verdad, construirá con él una nueva época.
Seguiremos predicando en el desierto. Pero por lo menos, con la pulcritud de una conciencia tranquila.
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#ccs453
Caracas huele a silencio, miedo, angustia, violencia, basura, enfermedad, hambre y muerte. Huele a despedidas que nadie desea. Apesta a abandono.
Sus calles, las de la capital de un país sometido, amanecen con testimonios de una búsqueda ansiosa de restos, que cada vez son más escasos.
Una ciudad abatida por la improductividad ni siquiera produce basura. Es la ciudad de las alucinaciones espurias, esas que transforman un río de detritos en una supuesta mina donde se puede encontrar ese recurso que puede salvar el día.
Hoy, en la sesión de la @AsambleaVE, presidida por @jguaido se aprobó en segunda discusión la ley de “recuperación” de activos de la República.
¿Por qué ha resultado tan escandalosa esa decisión? ¿Por qué tanto interés en aprobarla?
Veamos:
Primero debemos señalar que ese tema no aparecía en agenda. Pero que igual se trajo y se aprobó. Eso, ya lo dijimos alguna vez, es práctica común, porque la agenda a la vista pareciera hecha por y para imbéciles, pero las “cuentas” son trama perversa.
¿Por qué?
Antes de responder hay que decir que hace rato no tenemos parlamento. Esa “ley” es espuria como todas, y como dice @estebangerbasi todas ellas generan responsabilidad política y penal. También la que les permitió asignarse un presupuesto, sueldos estrafalarios y cero control.
Él familismo amoral es confuso y conduce siempre a la complicidad. El G4+ es responsable de un interinato errático, irresponsable y desviado hacia unos negocios que son impresentables. Son esos partidos los que han malogrado nuestra liberación. Son sus líderes los responsables.
Pero la corrección política parece que obliga a todos a preservarlos, a condolerse con ellos cuando las jugarretas les salen mal, cuando el coqueteo con el régimen les cuesta algo. Para mí siguen siendo parte del problema. No me conduelo. Ellos deben hacerse a un lado.
Ellos deberían ceder ese ilegítimo espacio que esgrimen. Ellos deberían dejar de tener la oportunidad de saquear el país y de ocasionar nuestra perdición. Pero nadie se atreve a plantear una ruptura radical, tajante, explícita, unívoca y a la luz de todos para que todos la vean.
1.Nuestro activo empresarial es fundamentalmente de comercios y empresas de servicios. Son los comerciantes nuestros héroes discretos, que salen todos los días a crear riqueza y prosperidad. Sus voceros han tenido episodios luminosos y otros no tanto.
2.En Agosto de 2008 @Consecomercio siendo presidente Nelson Maldonado publicó un comunicado que decía entre otras cosas: el gobierno ha derrocado al imperio de la ley y lo ha sustituido por la dictadura de la arbitrariedad, la obstinación, la trampa y la mentira.
3.Esa época de denuncias valiente posibilitó al país tener una referencia apropiada de lo que estaba ocurriendo y de lo que iba a ocurrir. Porque solo con diagnósticos apropiados se puede asumir el desafío de salir del mal.
Sistemas perversos.
Hay un principio universal: toda persona es responsable de las consecuencias de sus propios actos. Si lo hizo bien, tendrá a favor el reconocimiento y la confianza de los que lo rodean. Si lo hizo mal, deberá pagar.
Lo bueno y lo malo forma parte de los acuerdos sociales y de la herencia civilizacional. No matarás es un mandato atávico, pero hay otros asociados a tabus universales. El incesto, por ejemplo. Hay daños obvios, y los hay que son censurados porque afectan el orden social.
Frente al mal supuesto siempre sorprende lo inesperado y sorprendente que resulta el actor del mal. Los criminales, incluso los peores, tienen relaciones sociales en las que son aceptados. Por aquello de que "ojos vemos, corazones no sabemos", siempre podríamos salir defraudados.
En Venezuela hemos sido víctimas, y seguimos siendo víctimas de un tipo muy particular de falacia naturalista que sostiene que las reglas y comportamientos de los grupos dirigentes son moralmente debidas porque son las reglas y comportamientos de las élites.
Dicho de otra forma, toda práctica de las clases dirigentes es modélica. Ellos, su pensar y su conducta, son el modelo inapelable para todos los demás. Ellos se plantean y se convencen a si mismos de que lo que hacen y la forma como lo hacen es buena y moralmente aceptable.
Obviamente eso nos ha traído hasta aquí. Al rentismo contumaz, por ejemplo; al compadrazgo y el amiguismo como la medida de todas las relaciones. Al "todo vale" que caracteriza cualquier gestión, y por supuesto, a la amoralidad más rancia. Nadie rinde cuentas.