Campaña para que vuelva la Libertad de Oudiné a las emisiones monetarias. De amplio uso como efigie de la República, estuvo presente en todas las series monetarias entre 1881-1942 y 1957-1991, en sellos fiscales y en los logos de Gas del Estado, la Policía Federal y el BCRA.
Mención aparte para el logo de Gas del Estado por falopa hermosa: ¿cómo representar visualmente al Estado? Con la Libertad de Oudiné como alegoría de la República. Le sumamos una llama de gas en colores patrios y tenemos el concepto GAS DEL ESTADO. Genio el que lo pensó.
Hoy queda la idea de que algo oficial representa –sigue estando en los sellos fiscales de los cigarrillos, por ejemplo–, pero antes el uso de la Libertad de Oudiné era amplísimo como emblema oficial. Acá en guirnaldas luminosas sobre la Avenida de Mayo, Día de la Raza de 1929.
La Libertad de Oudiné fue diseñada especialmente para las emisiones monetarias argentinas. Se usó durante un siglo, es un diseño hermoso, no sé por qué en cambio tenemos monedas con prolapso anal. Siempre se puede recuperar.
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Breve historia de la identidad institucional del subte, el hilo que no necesitabas. ¿Qué empresa lo operaba en 1913? ¿Había un logo? ¿Cuándo se empezó a llamar "subte"? ¿Por qué otros metros tienen logos distintivos y nosotros no? ¿Qué carajo es BA Subte? Veamos.
La actual línea A fue construida por la Compañía de Tranvías Anglo Argentina (CTAA), un cuasimonopolio de los tranvías porteños que en realidad era belga. La lógica fue poner bajo tierra su principal línea tranviaria: se lo llamó tranvía subterráneo. De allí viene "subterráneo".
La Anglo usaba como emblema un monograma con las letras CTAA entrelazadas que podía verse en el lateral de los coches (aquí en dos tranvías), en los boletos que se usaban por esa época y que incluso subsistió hasta los últimos años en los paneles de dos coches La Brugeoise.
¿Vieron el mito de que el subte iba a llegar a Avellaneda? Es real. Esta era la red proyectada en el Plan Cóndor de 1957/64. Una red de 180 km y 13 líneas, contra 56 km y 6 líneas actuales. Ahora, por primera vez en 50 años, el GCBA abandonó por completo la extensión del subte.
El Plan preveía que las actuales líneas llegaran a la General Paz, la C hasta Avellaneda, y sumar las siguientes: Retiro-Avellaneda, P. Patricios-F. de Derecho, P. Italia-Barracas, Retiro-Núñez por Libertador, Retiro-Villa Real, Once-Devoto, Boca-Barrancas y Palermo-Pte. Alsina.
También se planteaban extensiones en una segunda etapa para llegar hasta Olivos con la línea D (previsiblemente a la estación Bartolomé Mitre, histórica terminal tranviaria) y hasta Haedo con la A, así como extender la traza de Avellaneda o Sarandí hasta Villa Domínico.
Hasta 1958 el suministro eléctrico en Buenos Aires estuvo controlado por dos empresas privadas, la Cía. Ítalo-Argentina de Electricidad (CIAE), que era suiza, y la Cía. Hispano-Argentina de Electricidad (CHADE), belga. Pero hablemos brevemente de su guerra de carteles luminosos.
Desde la década de 1920 la CHADE tenía carteles luminosos con vista a Plaza de Mayo montados sobre su sede de Balcarce 184, hoy incorporada al Palacio de Hacienda. En esta vista aérea de 1925 se puede ver que ya existe una estructura con alguna inscripción que no se llega a leer.
En estas vistas vemos el cartel que había hacia 1933-1934, dirigido a los clientes domiciliarios: "Electrifique y aumentará su confort". Al poco tiempo la CHADE se mudó a su nueva sede, el Edificio Volta sobre Diagonal Norte, aunque mantuvo el cartel luminoso en Plaza de Mayo.
Si pensamos en la línea C de subtes seguramente nos vengan imágenes de sudor, mugre y unas ganas de salir de ahí cuanto antes. Eso a pesar de la decoración y mayólicas de sus estaciones, muy reconocidas. ¿Cómo era originalmente? ¿Qué perdió en el camino? Veamos.
La actual línea C fue la primera de las tres construidas por la Compañía Hispano Argentina de Obras Públicas y Finanzas (CHADOPyF), que en resumidas cuentas a pesar del nombre ibérico en realidad era nazi. Pero hizo honor a sus "orígenes" y decoró la línea con motivos españoles.
La estética de la línea recibió un cuidado exquisito. Si el Anglo y el Lacroze (actuales líneas A y B) habían decorado sus estaciones con azulejos y guardas de colores, la CHADOPyF dobló la apuesta: mayólicas con diseños específicos por estación, herrería ornamental, mármol.
¿Nunca se preguntaron por qué la boca de subte de Primera Junta tiene ese techito, tan inusual en Buenos Aires? Porque originalmente era parada de tranvías: es la última que queda en pie en la ciudad. El GCBA planea demolerla, así que está en peligro. Veamos un poco su historia.
La Plaza Primera Junta fue creada formalmente en 1908, aunque el espacio en sí existía desde hacía décadas. Desde 1889 funcionaba además el Mercado del Progreso. En 1914 llegó el subte: fue la terminal de la línea A hasta que en 2008 se inauguró la extensión a Puan y Carabobo.
La terminal del tranvía subterráneo (la actual línea A) se llamó Caballito hasta 1923 –por eso los carteles antiguos decían "a Caballito"–, año en que se pasó a llamar Primera Junta. Hasta 1926 los trenes luego salían a la superficie y continuaban hasta Rivadavia y Lacarra.
¿Por qué Buenos Aires tiene dos escudos? En los clásicos carteles verdes y en la papelería oficial vemos uno, el de los barcos, pero la bandera de la CABA tiene otro, el águila con la cruz. ¿De dónde viene cada uno? Veamos.
El primer escudo de Buenos Aires fue creado por Juan de Garay en 1580: "Un águila negra [...] con una corona en la cabeza, con cuatro hijos debajo, [...] con una cruz colorada sangrienta [...] que semeje la cruz de la Calatrava". Es el que aparece en la bandera de la CABA.
La cruz y la corona representaban para Garay "haber venido a este puerto con fin y propósito firme de ensalzar la fe católica y servir a la corona de Castilla y León". Los cuatro aguiluchos representarían las cuatro ciudades que la expedición de Garay estaba obligada a fundar.