Ahora que muchas feministas (entre las que me incluyo) miran a Afganistán y ponen énfasis en la situación de injusticia de mujeres y niñas, quizá quepa también una reflexión sobre cómo en tiempos de conflicto real, nadie discute sobre pronombres de género y microagresiones.
Favorecer la cultura del victimismo es, sin duda, un gran privilegio. Un movimiento social que trata de hacerse popular a través del victimismo está condenado al fracaso. Sí, muestra una expresión anecdótica de poder y superioridad moral, pero ¿ mejora la vida de las mujeres?
Convertir la victimización en una seña de identidad de las mujeres no hará que las vidas de estas mejoren. Suscribir el feminismo a la cultura del victimismo resta valor al sentido de responsabilidad individual de las mujeres.
El desarrollo de una identidad de víctima dentro del feminismo, atribuyendo esa identidad de víctima al común de las mujeres, resta valor a aspectos más urgentes, serios y constructivos.
La cultura de la victimización que promueve el feminismo moderno es una muestra de su desgaste en la acción comunitaria. Esto no significa que las víctimas reales de discriminaciones, injusticias y delitos no merezcan todo nuestro apoyo y empatía.
Como feminista, creo que no es incompatible asumir la responsabilidad personal, pedir ayuda si la necesitamos ante una experiencia concreta y prestar ayuda a los demás cuando es necesario. Todo esto también habla de cómo entendemos el feminismo al margen de sus dictados.
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Varias personas me habéis preguntado mi opinión sobre esta foto. Creo que deberíamos superar el conflicto entre el erotismo y la presunción de machismo. Todos los seres humanos somos objeto y sujeto de deseo. Las mujeres que aparecen en la imagen pueden elegir lo que desean ser.
Los valores patriarcales, los cuales están presentes en nuestra sociedad y contribuyen al proceso de socialización de mujeres y hombres, definen un desequilibrio valorativo entre los sexos, incluido en lo que respecta a su sexualidad y su expresión erótica.
El principio de la inferioridad del sexo femenino constituye uno de esos valores patriarcales. Si bien, me parece equivocado que en pleno siglo XXI, haya quien 'vacíe' a las mujeres libres de su poder y significado como sujeto por aparecer en bikini, posando, junto a un varón.
Tengo la cuenta de @EunoiaSexologia plagada de radfem diciendo que el sexo anal duele y no dejo de preguntarme por qué han probado algo que 'duele' y por qué realizan prácticas eróticas que personalmente rechazan 🤦🏽♀️
Y para más inri están absolutamente convencidas de que
Imponer sus gustos eróticos a los demás es hacer educación sexual 🤦🏽♀️🤦🏽♀️ y que las intervenciones sobre educación sexual deben basarse en tratar al común de los varones como violadores y al de mujeres como víctimas 🤦🏽♀️🤦🏽♀️🤦🏽♀️
Son incapaces de salir del marco de pensamiento opresores versus oprimidas. Más que hacer de la educación sexual una herramienta para el conocimiento, la aceptación y la prevención de riesgos pretenden convertir la educación sexual en un panfleto anticientífico, rabioso, puritano
Y esto te lo dice una mujer joven que fue violada con 19 años, pero que no quiere vivir como una eterna víctima, que ha aprendido que sufrir violencia no es algo que tenga que definirla o condicionarla de por vida. Soy mucho más que mi violación. Soy una mujer libre💜
Pero no solo soy una mujer libre, soy una persona comprometida políticamente con el feminismo (y no con las neurosis y obsesiones de algunas de sus simpatizantes), apasionada de la ciencia y la filosofía, amiga de sus amigos, familiar, curiosa, una buena profesional...
A todos los que hablan de 'violencia vicaria' y aluden a ella para 'cambiar las leyes' de violencia de género, no les iría mal conocer que es una expresión acientífica y que los menores son víctimas en sí mismas y no sólo un instrumento para dañar a un progenitor/a.
Tan acientífico es el término 'violencia vicaria' que como bien señala @PsyForensic no forma parte de los manuales de diagnóstico. Es un término inventado por la psicóloga Sonia Vacarro en 2012. Cuya investigación sigue siendo desconocida y no concluyente como recoge @elmundoes
Es un término que se ha popularizado a través del documental 'Rocío, contar la verdad para seguir viva', por varias 'expertas'. Los medios compran el término sin verificar en qué se fundamenta y despreciando el trabajo científico ya existente.
¿Alguien sabe cuántos profesionales de la criminología, la psicología criminal o la psicología forense tiene @IreneMontero, Ministra de Igualdad, en su equipo? Ahora se rasga las vestiduras, pero lo mismo es que no está bien asesorada para prevenir la violencia contra las mujeres
No puede ser que la única autocrítica que haga, con respecto al repunte de asesinatos de mujeres, sea 'no he llegado a tiempo'. Lo mismo es que no se puede llegar a tiempo si das la espalda a la investigación y basas un crimen en 'machismo' y ya está.
El Ministerio de Igualdad debe ser ejemplar en este sentido y transmitir esa confianza en la investigación y la ciencia a las CC.AA. Si la figura de referencia se comporta como una fanática, ¿en quién podemos confiar?
Necesitamos que la prevención y la intervención en la violencia contra las mujeres se base en la evidencia y no eslóganes vacíos. La criminología y la psicología forense no tienen tanto tirón en los medios y las leyes como la opinión pública. Es demencial.
El aumento de la respuesta penal no siempre va acompañado de una disminución de los crímenes o de los delitos en las estadísticas. Es decir, mayor condena no se traduce mágicamente en menos crímenes, asesinatos, homicidios...
Pedir un aumento de las penas puede ser bastante tramposo. No disuade la acción criminal y no aporta nada cuando el asesino planea su propio suicidio. La ira ante las noticias terribles anima a mucha gente a proclamar 'mano dura', pero no tiene ni idea de conducta criminal...