1. Hoy 21 de septiembre se cumplen 150 años de la Ley 463.
Pese a su importancia, es poco conocida.
A partir de ella pasó de todo en la educación argentina. Y en el federalismo fiscal también.
Producto de la desesperación, tuvo un alcance de más de 100 años.
(Va hilo)
2. Con ustedes, la Ley de Subvenciones escolares.
Estamos en 1871. La situación es crítica: casi 80% de la población es analfabeta.
Las provincias, para variar, invierten poco.
El Estado nacional no puede actuar: la Constitución dice que el nivel primario no es asunto suyo.
3. Como no se puede meter, daba subsidios para crear escuelas. Pero no eran regulares.
Tampoco se jugaba gran cosa: Vedoya cuenta que con Mitre se dieron solo $F56.739, contra 30 millones que costó la guerra del Paraguay y 3,5 la represión de las montoneras del interior.
4. En 1869, ya Sarmiento presidente, promueve una ley que dispone que si una provincia acredita 10% de su población en las escuelas, recibirá 10 mil pesos fuertes anuales.
No le va bien. Se dio solo cuatro veces a San Juan y tres veces a Mendoza y San Luis.
5. Ante el fracaso y el desinterés provincial por invertir en algo que solo preocupa al poder central, el Estado nacional impulsa una nueva ley: la de subvenciones escolares.
Darán recursos para edificios escolares, mobiliario, libros, útiles y salarios docentes.
6. Pero hubo requisitos:
Las provincias deberían invertir también, contar con leyes de educación, generar estadísticas y tener comisiones para administrar los recursos.
Además, la ley mencionó a los inspectores “que para vigilancia de sus escuelas establezca cada provincia”.
7. Las provincias se las ingeniaron para convertir las subvenciones en una fuente adicional de recursos.
Por ejemplo, informaban salarios más altos que los pagados para recibir más dinero.
Incluso llegaron a inventar escuelas en el papel.
8. Las más sofisticadas pagaban los salarios docentes con bonos provinciales depreciados. Luego, al recibir las subvenciones nacionales de mayor valor, se quedaban con la diferencia.
Ya en el Congreso Pedagógico en 1882 Paul Groussac se había quejado diciendo:
9. “... en lugar de distribuir subvenciones escolares cuyo empleo no la satisface siempre, funde escuelas nacionales adquiriendo el terreno, construyendo por su cuenta el edificio y poniendo en él un empleado nacional”.
En 1905 esto se hizo realidad.
10. Ese año el senador Láinez presentó el proyecto de la ley que se haría famosa por su nombre.
Esta autorizó a construir escuelas en las provincias que lo solicitaran.
Unas décadas después, la matrícula de las escuelas nacionales en las provincias sería más del 40% del total.
11. Algunas provincias aprovecharon y transfirieron sus propias escuelas al Estado nacional.
En 1920, siete de las catorce provincias tenían menos establecimientos propios que quince años antes.
Al menos en esto no hubo el “avasallamiento” central que se mitificó después.
12. La Ley Láinez se derogó en 1970.
En 1978 se transfirieron las escuelas nacionales del nivel primario a las provincias. Pero sin recursos para sostenerlas.
Los gobernadores, prácticamente subalternos del Ministerio del Interior en la dictadura, apenas pudieron decir algo.
13. Cálculos de la época estimaron que el costo de esa movida equivalía a 8,16% de los recursos coparticipables.
Ya en democracia las provincias los reclamaron. Y los obtuvieron.
Lograron aumentar su parte de la Coparticipación de Impuestos respecto de la anterior ley de 1973.
14. En aquella su porción de la torta impositiva era 48,5%. Si sumamos los 8,16 puntos llegamos al 56,66% de la ley actual (de 1988).
Con esto concluyó un ciclo del largo derrotero iniciado por la ley sancionada, hoy, hace 150 años.
Nuestro desarrollo educativo le debe mucho.
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¿Quién dijo "La instrucción es y seguirá siendo en cualquier época un hecho político”?
No, no fue Paulo Freire. Tampoco alguien de izquierda. Frío…
¿Ayuda? Fue hace más de dos siglos.
¿Más? En la Viena imperial.
¿Más? Bueno, no me queda otra que un hilo. Ahí va.
2. Con ustedes, María Teresa de Austria: Emperatriz del Sacro Imperio Romano Germánico, Archiduquesa de Austria, Reina de Hungría y Bohemia y Duquesa de Milán, entre otras tantas cosas.
Fue fiel exponente del Despotismo ilustrado. Vivió entre 1717 y 1780.
3. Hizo de todo, sin duda. Pero su historia está a un click de Google. La pueden buscar ahí.
Más disperso y menos conocido es su vínculo con la educación. Centrémonos en esto, entonces.
Tenía mil títulos, aunque por debajo su imperio estaba agarrado con alambre.
2. El Instituto de Estadística de la UNESCO (UIS) es el repositorio de la ONU de estadísticas sobre educación, ciencia y tecnología, cultura y comunicación.
Tiene bases de datos y provee información para diversos reportes globales.
3. El SITEAL (Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina) del IIPE-UNESCO tiene estadísticas y documentos de análisis sobre la situación educativa de niños, adolescentes, jóvenes y adultos en la región.
1. México: en el país de la televisión educativa, para ver lo que pasa en educación, el canal que hay que mirar es otro.
El presupuesto para la niñez y adolescencia en educación habrá crecido poco entre 2019 y 2021.
Pero, detrás de eso, hay unos cuantos cambios.
(Va hilo)
2. En 2021 ya no estarán 15 programas que existían en 2019, antes del inicio de esta gestión. En total representaban US$2,650.9 millones.
Pero hay 11 nuevos que se introdujeron en estos años. En total son US$3,818.5 millones. Así, lo nuevo supera en un 44% a lo que se elimina.
3. De los programas eliminados, el más importante es Prospera: tenía un presupuesto de US$2,082.6 millones en 2019. Es decir, un 78% de lo que se elimina.
De los nuevos, destacan tres: las Becas Benito Juárez (para Básica y para Media Superior) y La Escuela es Nuestra.