Thread by @BereanoNuevo

𝐂𝐫𝐢𝐬𝐭𝐨 𝐞𝐬 𝐑𝐞𝐲

Ayer vimos cómo la elección de una palabra por parte de Mateo en el Evangelio nos llevaba a muchas conexiones con el Antiguo Testamento.

Hoy no nos vamos a centrar en una palabra, sino en un patrón, para comprender más qué significa que Cristo sea Rey.

Porque Dios se expresa en la Escritura a través de patrones, y la repetición de los mismos en la vida de Cristo nos ayuda a comprobar cómo el Antiguo Testamento apuntaba a su vida durante su ministerio.

¿Cómo habla el Antiguo Testamento de los reyes? ¿Cómo se ascendía al trono?

El patrón que vamos a ver es el siguiente: en la vida de los reyes de Israel hallamos la siguiente constante:

𝟏. Son ungidos (implícita o explícita)

𝟐. Hay una demostración de su valía como guerrero y mandatario.

𝟑. Coronación

Para ilustrar esto, veamos el ejemplo de Saúl.

𝟏. Saúl fue ungido por Samuel, un profeta.

Tomó entonces Samuel el frasco del óleo, lo derramó sobre su cabeza y le besó, diciendo: «El Señor te unge como jefe sobre su heredad. Samuel 1, 10

Porque, durante la monarquía, era creencia de los judíos que los reyes eran elegidos por el propio Yahveh.

Este ungimiento, como he dicho, podía ser también implícito, ya sea porque la elección la declara directamente Yahveh, otro rey o un profeta.

Un ejemplo de esto último lo tenemos en Jeroboán:

"Sucedió entonces que Jeroboán salía de Jerusalén y se le presentó el profeta Ajías (…). Estando los dos solos (…) tomó Ajías el manto nuevo que llevaba puesto, lo rasgó en doce jirones y dijo a Jeroboán:

«Toma diez jirones para ti, porque así dice el Señor, Dios de Israel: “Rasgaré el reino de manos de Salomón y te daré diez tribus. 1 Reyes 11

𝟐. Saúl, después de ser ungido, tiene que probar su valía.

Después de ser ungido, Samuel le dice a Saúl.

"Hoy, cuando te vayas de mi lado, encontrarás a dos hombres junto al sepulcro de Raquel, en el término de Benjamín, en Selsaj, que te dirán: “Han aparecido las borricas que saliste a buscar. Tu padre se ha desentendido del asunto de las borricas y está, en cambio,

inquieto por vosotros, preguntándose: ¿qué puedo hacer por mi hijo?”. (…) Después llegarás a Guibeá de Dios, donde se encuentra una guarnición filistea. (…). Cuando te sucedan estas señales, 𝐡𝐚𝐳 𝐥𝐨 𝐪𝐮𝐞 𝐬𝐞 𝐭𝐞 𝐩𝐨𝐧𝐠𝐚 𝐚 𝐦𝐚𝐧𝐨, porque Dios está contigo.

Sin embargo, Saúl no hizo lo que se esperaba de él: no expulsó a los filisteos de Guibeá, sino que atacará a los Amonitas.

Esta es una constante en la vida de Saúl: no hacer lo que se espera de él. Son estás cosas las que propiciarán su caída.

En el caso de David, también vemos que se cumplen estos dos primeros pasos: en primer lugar es ungido por Samuel (1 Samuel 16), y después prueba su valía matando a Goliat (1 Samuel 17).

𝟑. Después de que se hayan cumplido estos dos pasos, se produce la coronación.

En el caso de Saúl:

"Samuel dijo al pueblo: «Hala, vayamos a Guilgal. Allí instauraremos la monarquía». El pueblo marchó a Guilgal. Y en Guilgal proclamaron rey a Saúl en presencia del Señor". 1 Samuel 11, 14-15

Esta parte es más complicada, porque en el Antiguo Testamento no encontramos recogido de forma sistemática el proceso de la coronación.

Sin embargo, un académico se ha dedicado a recorrer el Antiguo Testamento para recoger algunos de los elementos que hay en la coronación

de los reyes (God is King: Understanding an Israelite Metaphor, de Marc Zvi Brettler). Mirad esto, seguro que os recuerda a algo:

- Hay una cena especial
- Se da una corona
- Hay un beso
- Hay ofrecimientos de paz
- Hay ruido
- Hay una plataforma especial

- Hay un acto oficial en el que el rey se sienta en el trono
- Todo se hace en frente de la multitud

¿Os suena? ¿Cómo llevamos esto a los Evangelios?

Seguro que ya habéis establecido conexiones.

Cristo es ungido por Juan en el Jordán, la voz de Dios se oye, confirmando

la filiación divina de Cristo en términos mesiánicos, como heredero de David, ungido por el Espíritu Santo.

Inmediatamente después, Cristo ayuna en el desierto, y prueba su valía enfrentándose con éxito al peor de los enemigos: el demonio.

En cuanto al último paso, la coronación, la Pasión de Cristo es una ceremonia de coronación, ciertamente macabra, pero es una coronación.

En este sentido, es interesante destacar que en el Evangelio de Marcos Cristo nunca es llamado “rey”,

pero cuando llegamos a su juicio y Pasión, vemos que se le denomina así hasta en seis ocasiones.

Los soldados visten a Cristo con ropaje real. Hay genuflexiones , y se le crucifica junto a dos ladrones, parodiando el séquito real. Y, por encima de todo, tenemos una corona.

No deja de ser conmovedor que los que crucificaron a Cristo y se mofaban de él, en realidad lo estaban coronando de verdad, como rey del nuevo Israel.

Como siempre, todo esto es muy esquemático. Hay un millón de detalles que no puedo tratar por aquí.

En cualquier caso, agradezco vuestro tiempo y si gustan compartid.

Que tengáis un buen domingo

IESVS NAZARENVS REX IVDÆORVM

Que tengáis una buena semana.

Pax Christi exsultet in cordibus vestris.