Cada uno de nosotros "entiende" el mundo de una manera que es ÚTIL pero no necesariamente CIERTA en un sentido absoluto y objetivo. Las emociones interpretan y califican las percepciones influidas por el contexto (son ecológicas) y la experiencia acumulada (conceptos). 
Los genes determinan los circuitos pero NO los SIGNIFICADOS. Conceptos particulares como "ira" y "disgusto" no están genéticamente predeterminados. Están integrados solo porque se creció en un contexto social particular donde esos conceptos son significativos y útiles.
Los cambios SOMÁTICOS como la frecuencia cardíaca o salivación son inevitables y automáticos; pero su SIGNIFICADO emocional NO lo es. Otras culturas pueden y tienen otros tipos de significado a partir de la misma información sensorial.
Si no tuviéramos CONCEPTOS que representaran la experiencia pasada, todas las entradas sensoriales serían siempre nuevas o simplemente ruido. No sabríamos cuáles son las sensaciones, qué las causan, ni cómo comportarnos para enfrentarlas.
No somos espectadores PASIVOS de una "película" que nos llega desde afuera y se proyecta en la pantalla en blanco de nuestro cerebro. La "película" es la síntesis de una proyección bidireccional de la que somos tanto espectadores como artífices.
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