Un montaje a conveniencia no es una conferencia de prensa.
Ocupar un atril 2 horas no es dar la cara.
Parlotear en un micrófono no es informar.
Las frasecillas chuscas no son soluciones.
Tirar consignas no es enfrentar problemas.
Exhibir sus traumas y complejos no es gobernar.
Ocupar un atril 2 horas no es dar la cara.
Parlotear en un micrófono no es informar.
Las frasecillas chuscas no son soluciones.
Tirar consignas no es enfrentar problemas.
Exhibir sus traumas y complejos no es gobernar.
El micrófono más poderoso e influyente del país se dedica a parlotear divagando, mintiendo, ofendiendo, atacando, retorciendo la realidad, exhibiendo el humo dentro de SU cabeza.
El show bufo que además para rematar, es el único momento real de gobierno que se puede identificar.
El show bufo que además para rematar, es el único momento real de gobierno que se puede identificar.
El adoctrinamiento y la propaganda son tan poderosas por sencillas. No hay una sola audiencia distinguible para ese ejercicio. No, no es comunicación. Es peor.
Ese show incide inevitablemente en el ciclo noticioso del día, pero va más allá, ofrece elementos de afinidad.
Ese show incide inevitablemente en el ciclo noticioso del día, pero va más allá, ofrece elementos de afinidad.
Quienes profesan una lealtad y fidelidad absolutas e incondicionales a esa figura, que lo tienen en un punto similar a un ente casi divino, infalible, que anhelan ver en él realmente cuanta virtud quisieran en las figuras de autoridad, no habrá manera de sacarlos de ese lugar.
Otros más sostienen esa narrativa por mera conveniencia, por el interés del beneficio que pueda dejarles, aunque sea en el mero ego de creer que están apoyando una causa o una ideología. Aunque ahí tampoco hay mucho que hacer, difícilmente pueden aceptar el error que se comete.
Pero también, desafortunadamente, incide en quienes en distintos grados y formas, coincidimos en las graves falencias de un gobierno totalmente disfuncional y vemos con preocupación, y temor, las consecuencias que esta dejando. Y cómo aún puede ser peor.
Por cierto, estigmatizar a todo y todos los que no son percibidos como favorables a sus delirios, estableciendo diferenciaciones irreconciliables entre grupos sociales solo por causa de simpatía política, es discriminación y es la más vil forma de polarización de nuestros días.
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