Alejandro llega al trono a la muerte de su padre, Filipo, en el año 336 a. C. contaba entonces con 20 años. Su juventud es confundida con debilidad en el poder macedonio y se rebelan muchos de los antiguos súbditos. Alejandro probará que podía desplegar su poderío militar
en cualquier sitio. Durante dos años estuvo luchando en Tracia y en Grecia hasta que pudo pacificar la región y centrarse en el plan que su padre no podía haber llevado a cabo: la conquista de Persia. En el mayo de 334 cruza a Asia con un ejército de unos 40.000 soldados.
Al poco debe enfrentarse a un ejército combinado de varios sátrapas en Gránico, donde obtiene su primera victoria frente a los persas. Posteriormente y tras conquistar Anatolia occidental se enfrenta a Darío III por primera vez, en Issos (c. 333 a. C.), donde Alejandro vuelve a
salir victorioso. Tras eso, se dedica a asegurar toda el oeste al río Eúfrates, lo cual le toma unos 2 años (333-331 a. C.). En ese periodo de tiempo se haría con el control de Egipto (donde se le recibiría con júbilo) y daría lugar el asedio de Tiro:
Tras estas breves campañas, Alejandro se embarca en la conquista de la milenaria Mesopotamia, donde los ejércitos de Alejandro y Darío tendrían batalla por última vez, en Gaugamela.
Alejandro en vez de tomar la ruta sur, que llevaba directamente a Babilonia, ruta que Darío pensaba que iba a tomar, se dirigió por la ruta norte. Alejandro no tenía prisa en tomar Babilonia, por lo que se decidió por esta ruta ya que evitaba el desierto.
Alejandro, por tanto, cruzó el río Eúfrates y después el Tigris, para encontrarse, así, en Gaugamela. Actualmente esta se encuentra a pocos kilómetros de la ciudad iraquí de Mosul. Algo muy relevante sobre la batalla es que es de las pocas que se ha podido fechar con exactitud:
el 1 de octubre de 331 a. C. pues los astrónomos babilonios registraron poco antes un eclipse. Volviendo al campo de batalla, el hecho de que fuera una explanada venía bien a ambos ejércitos, paradójicamente, pues los persas contaban con carros y mucha caballería mientras que
el corazón del ejército macedonio estaba compuesto por la falange de picas, que requiere de un suelo llano para evitar que se descomponga la formación.
Los persas contaban con superioridad numérica, aunque tampoco hay que creerse el millón de soldados que menciona Plutarco,
más bien serían entre 50 y 100 mil soldados (probablemente más hacia el segundo número), mientras que el ejército de Alejandro contaba con unos 40.000 efectivos.
Darío había hecho llamar a tropas de todos los rincones de su imperio, desde sirios al oeste hasta indios al este.
Precisamente su ejército se trataba de una amalgama de escuadrones de muy distintos tipos dependiendo de su nacionalidad donde se resaltan los carros de guerra escitas (de tribus del norte, actualmente Turkmenistán), elefantes indios (unos 24) y caballería ligera y pesada.
El ejército de Alejandro estaba formado por sus componentes básicos: una infantería pesada en forma de falange de picas, hipaspistas (tropas algo más ligeras y de élite), escaramuzadores y arqueros agrianos y caballería (pesada, al mando de Alejandro, los llamados Compañeros,
caballería peonia, una tribu al norte de Macedonia y caballería ligera griega).
Durante la noche del 30 de septiembre, la plana mayor del ejército macedonio se reunió en la tienda de Alejandro para discutir los planes. Parmenión, antiguo general de confianza de Filipo y segundo
al mando, de manera prudente formuló la idea de realizar un ataque sorpresivo de noche contra el campamento persa pero Alejandro, que no se llevaba muy bien con Parmenión y posteriormente lo acabaría matando, le espetó que no quería que la noche le robara la victoria.
Con la suerte ya echada, como diría Julio César, la mañana del 1 de octubre los ejércitos se enfrentaban en esta inmensa explanada.
Darío colocó sus tropas como era usual en los persas: él mismo, en el centro rodeado por los Inmortales, arqueros de Mardia, caballería india y mercenarios griegos. A su derecha se encontraba el grueso principal de la caballería asiática (principalmente siria y armenia)
comandada por Mazeo. Mientras que en el ala izquierda, comandados por Bessos, se encontraba el grueso de la caballería oriental (especialmente bactriana, escita y aracosia). Los carros de combate se distribuyeron por toda la línea persa y los elefantes también (no harían nada).
Mientras que detrás de estas líneas se situarían unidades de reserva provenientes de tribus del Mar Rojo y babilonios, entre otros.
Alejandro viendo que la idea de Darío era sobrepasarle por los flancos con su potente caballería ideó un plan brillante:
El ejército se dividiría por la mitad, el ala derecha sería comandada por Alejandro mientras que la izquierda por Parmenión. Alejandro estaba junto con los Compañeros, la caballería peonia y los escaramuzadores agrianos mientras que Parmenión se puso al mando de los mercenarios
griegos, la caballería ligera y la caballería tracia. Por su parte, el centro estaría ocupado, como de usual, por la falange de piqueros, sin embargo, Alejandro no destinó la totalidad de su falange a la primera línea, sino que, previendo una derrota en uno de sus flancos,
dispuso a parte de su falange en la retaguardia buscando el evitar una carga de caballería por la zona más vulnerable de las falanges.
Entonces, la batalla comenzó.
El primer movimiento lo realizó Alejandro, buscando la iniciativa, ordenó el avance de su falange para atraer a la caballería del flanco derecho. Las falanges de los griegos y persas se enzarzan en una batalla estática y no avanza ninguno (esa era su función principal).
Darío envía a toda su caballería de su flanco derecho a cargar contra el izquierdo macedonio. Parmenión es puesto bajo una presión inmensa pues su flanco era ciertamente débil y además contaba con inferioridad numérica, pero Parmenión aguanta.
Entonces, Alejandro inicia la estrategia que haría renombrada a esta batalla. Moviliza todo su flanco escorándose a la derecha con la finalidad de atraer el flanco izquierdo persa y crear un hueco en su formación. Macedonios y escitas se enfrentan fieramente en el flanco derecho.
Entretanto, Darío lanza a sus carros de combate frente a las falanges macedonias, muy vulnerables a estos. Sin embargo, Alejandro ya había ideado un plan: abrir filas para que los caballos que tiraban los carros se colaran por ellas y abatirlos con flechas después.
Mientras el centro macedonio se deshacía de los carros, Alejandro había conseguido lo que buscaba en su flanco derecho al abrirse un hueco entre el flanco izquierdo y el centro persa. Entonces Alejandro fue a por las falanges del centro liberando a las suyas.
Una vez libres, las falanges de Alejandro avanzaron hacia la posición de Darío, el cual huyó. Sin embargo, este avance había abierto un hueco entre el centro y el flanco izquierdo, por el que soldados persas se colaron en dirección al campamento.
Los soldados macedonios tenían mucho miedo de que saquearan su campamento ya que ahí estaba toda su vida y sus pertenencias, sin embargo, Alejandro les levantó la moral diciéndoles que si ganaban la batalla no tendrían que preocuparse por nada de eso.
A todo esto, Parmenión estaba aguantando pero poco le quedaba para ceder a lo que mandó a Filotas, su hijo, a que hiciera a Alejandro volver de su persecución a Darío. Alejandro, muy molesto (más aún siendo Parmenión quien necesitaba ayuda) tuvo que volver para no perder.
Finalmente, Alejandro ayuda a Parmenión y el grueso de las tropas persas se retiran en desbandada por la huida de Darío.
La batalla era de los macedonios. Tras esto, Alejandro se hizo con Babilonia y Darío huyó al este donde al poco sería asesinado por Bessos, el cual se
autoproclamó Artajerjes V aunque poco duraría.
Alejandro había conquistado Persia.
FIN.
Fuente: "Alejandro Magno: conquistador del mundo" de Robin Lane Fox.
Este hilo cuenta con dos partes: la primera, sobre la campaña de Agesilao en Asia Menor luchando contra los persas que se hará a continuación y la segunda parte, sobre la Guerra de Corinto (inmediatamente posterior a esto) la hará @ProfeLaconio y se enlazará al final de este hilo
Como ya se comentó en el hilo de la batalla de Leuctra, Esparta había alcanzado su tan ansiada hegemonía sobre Grecia. Agis II, rey espartano, muere y hay dudas sobre quién debe sucederle: por un lado está el hermano de Agis, Agesilao y por otro, el supuesto hijo de Agis.
Esparta era una polis bastante distinta de todas las demás y contaba con un sistema de clases sociales muy peculiar.
Comencemos:
La estructura básica de Esparta estaba compuesta por tres grupos principales:
Ilotas: Siervos de la tierra sin derechos ni libertades.
Periecos: Habitantes de la periferia libres pero sin derechos civiles.
Espartíatas: Los ciudadanos espartanos por excelencia con derechos.
La historia de esta batalla no se puede entender sin conocer el desarrollo paralelo de Tebas y de Esparta tras la Guerra del Peloponeso.
Tebas y Esparta habían sido aliados desde el comienzo de la sangrienta guerra que enfrentó a Esparta y Atenas, con la victoria de los primeros. Esparta llevaba siglos enteros queriendo esta hegemonía que, por fin, había alcanzado.
Alejandro llegó al trono en el año 336 a. C. tras la muerte de su padre, Filipo II y, tras dos años de intensas luchas contra los que habían sido sus vasallos para doblegarlos, se dispuso a llevar a cabo el plan que su padre había empezado: la conquista de Persia.
Cruzó a Asia Menor en 334 a. C. donde al poco debió luchar una batalla contra las tropas de varios gobernadores regionales persas (también llamados sátrapas) en Gránico, en la que, a pesar de encontrarse cerca de la muerte y ser salvado, irónicamente por alguien a quien Alejandro
Esta batalla se encuadra dentro de la Segunda Guerra Médica que enfrentó al Imperio Persa (junto con aliados y vasallos, entre los cuales había bastantes griegos) con una coalición de Polis griegas lideradas por Esparta y Atenas.
Jerjes I, rey persa, había concentrado un gran ejército en Asia Menor con el fin de atacar a las polis griegas. Para ello, cruzó por el Helesponto a Europa tras construir puentes sobre él, de ahí se dirigió a Macedonia, que en esos momentos había jurado lealtad al Rey de Reyes.