No es la primera vez que os digo que el Evangelio de Juan es especialmente complicado por los múltiples sentidos que contienen sus versículos.
Parece una constante en su narración, por ejemplo, que cuando Cristo dice algo de sí mismo,
la gente no lo entiende (pensad en su encuentro con Nicodemo).
Por esto hay que estar muy atento a los detalles, porque es muy fácil que se nos escapen verdades teológicas profundas.
En este Evangelio son famosas las frase de Cristo que tienen esta estructura:
Yo soy X.
Es decir:
Yo soy el pan de vida
Yo soy la luz del mundo
Yo soy la resurrección y la vida
Etc.
Sin embargo, no me quiero centrar en estos dichos, sino en otros que tienen una estructura parecida, pero diferente. Aquellas en las que Cristo dice de sí mismo “yo soy”.
Así, sin más. Por ejemplo, en Juan 8, 24:
Con razón os he dicho que moriréis en vuestros pecados: pues, si no creéis que “Yo soy”, moriréis en vuestros pecados».
¿Veis que en esta traducción el “yo soy” lo ponen entrecomillado?
Eso es porque aquí se está utilizando el “yo soy” (en griego “ἐγώ εἰμι”-ego eimi-) en sentido absoluto.
Es decir, a diferencia de los dichos de Jesús que he mencionado al principio, en los que hay un sujeto (yo soy) y un predicado (la luz del mundo), aquí no hay predicado.
Es por esta razón por la que, inmediatamente después, en Juan 8, 25, la gente le pregunta a Cristo:
«¿Quién eres tú?».
Cristo sólo dice de sí mismo que “él es”, sin añadir nada más. Por eso la gente le pregunta: Tú eres, ¿qué?
Ahora, ¿qué significa todo esto?
Ese uso absoluto del ἐγώ εἰμι lo encontramos en la traducción griega del Antiguo Testamento en un sentido sacro. Es decir, para referirse a Yahvé.
El mejor ejemplo lo tenemos en Deuteronomio 32, 39:
"Pero ahora mirad: soy yo (ἐγώ εἰμι) y no hay dios fuera de mí. Yo doy la muerte y la vida, yo hiero y yo curo, y no hay quien pueda librar de mi mano".
Lo interesante viene ahora.
En Juan esta expresión (ἐγώ εἰμι) la utiliza Cristo en siete pasajes refiriéndose a sí mismo (4, 26 – 6, 20 – 8, 24 – 8, 28 – 13, 19 y 18, 5, 6, 8).
En el Antiguo Testamento, tenemos también siete ocasiones en las que se utiliza la misma estructura para referirse a Yahvé.
Pero lo más interesante es que se pueden establecer paralelismos entre muchas de las frases de Cristo y estos pasajes del Antiguo Testamento.
Los iré colocando de dos en dos, arriba el pasaje del Antiguo Testamento y abajo el del Evangelio,
incluyendo entre paréntesis el griego que es relevante para los paralelismos.
No hace falta que sepáis qué significa exactamente el griego, solo fijaos en los parecidos de las palabras que subrayo.
👉Isaías 52, 6
Por tanto, mi pueblo sabrá mi nombre por esta causa en aquel día; porque YO SOY el que hablo (ἐ̲γ̲ώ̲ ̲ε̲ἰ̲μ̲ι̲ αὐτὸς ὁ̲ ̲λ̲α̲λ̲ῶ̲ν̲).
Ahora fijaos en las palabras que Cristo dirige a la samaritana:
La mujer le dice: «Sé que va a venir el Mesías, el Cristo; cuando venga, él nos lo dirá todo». Jesús le dice: «YO SOY, el que habla contigo» (ἐ̲γ̲ώ̲ ̲ε̲ἰ̲μ̲ι̲, ὁ̲ ̲λ̲α̲λ̲ῶ̲ν̲ σοι).
¿Veis el parecido?
👉Isaías 43, 10
Vosotros sois mis testigos —oráculo del Señor—, y también mi siervo, al que yo escogí, para que sepáis y creáis y comprendáis que YO SOY (ἵ̲ν̲α̲ γνῶτε καὶ π̲ι̲σ̲τ̲ε̲ύ̲σ̲η̲τ̲ε̲ καὶ συνῆτε ὅ̲τ̲ι̲ ̲ἐ̲γ̲ώ̲ ̲ε̲ἰ̲μ̲ι̲).
En la reunion de Cristo con sus discípulos, en Juan 13, Cristo dice:
Os lo digo ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda creáis que YO SOY (ἵ̲ν̲α̲ π̲ι̲σ̲τ̲ε̲ύ̲σ̲η̲τ̲ε̲ ὅταν γένηται ὅ̲τ̲ι̲ ̲ἐ̲γ̲ώ̲ ̲ε̲ἰ̲μ̲ι̲).
👉En el mismo versículo de Isaías 43:
(…) , para que sepáis y creáis y comprendáis que YO SOY (ἐ̲γ̲ώ̲ ̲ε̲ἰ̲μ̲ι̲). Antes de mí no fue formado (ἐγένετο) otro dios, ni después de mí lo habrá.
Comparad esto con Juan 8, 58:
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy (γενέσθαι ἐγὼ εἰμί).
En estos dos pasajes se establece un claro contraste entre los verbos “ser” (εἰμί) y "llegar a ser" (γίνομαι).
Un último ejemplo, que esto me está quedando largo.
👉Isaías 42
Escúchame, Jacob; Israel, a quien llamé: YO SOY (ἐγώ εἰμι), yo soy el primero y yo soy el último. (...)Acercaos a mí y escuchad esto: «Desde el comienzo NO HE HABLADO EN SECRETO (ἐν κρυφῇ λελάληκα).
Ahora, si acudimos a Juan 18, cuando van a arrestar a Cristo, y este dice "YO SOY" (ἐγώ εἰμι), los soldados "retrocedieron y cayeron a tierra".
Pero si seguimos leyendo un poco más, en el mismo contexto (su arresto) en el que Cristo dice "YO SOY", leemos estas palabras suyas:
«Yo he hablado abiertamente al mundo; yo he enseñado continuamente en la sinagoga y en el templo, donde se reúnen todos los judíos, Y NO HE DICHO NADA A ESCONDIDAS (ἐν κρυπτῷ ἐλάλησα οὐδέν).
¿Veis el parecido con las palabras de Isaías?
Podría seguir con los ejemplos, pero creo que con es suficiente para que nos demos cuenta de que Juan quiere decirnos algo teológicamente profundo.
Decidme si se ha comprendido más o menos lo que quiero decir.
Un abrazo
Un día de estos hago un directo por aquí y desarrollo todo un poco más. Aquí os he presentado un resumen de una "lección" de entorno a una hora y media.
Os he dejado en la carpeta del Drive un pequeño artículo del sacerdote Raymond Brown sobre este tema. Está en la carpeta "Artículos Varios".
Muchas gracias por leer y por las palabras que me dirigís. Luego os intento responder a todos.
Como se va acercando la Navidad, y a petición de un twittero, creo que sería de provecho que hablase un poco sobre este tema, ya que muy probablemente se va a empezar a mencionar por estos lares.
Como aborda cuestiones que no suelo tratar por aquí, me disculpo si cometo errores. En cualquier caso, os presento mis conclusiones después de unos días de estudio.
Aunque se suele decir que la Navidad se instituyó para sustituir a las Saturnalias,
en realidad el verdadero debate está en si se escogió la fecha del 25 de diciembre como la del nacimiento de Cristo para polemizar con la fiesta pagana del Sol Invicto.
La Iglesia, así, y en palabras del autor que popularizó esta teoría,
Lo que voy a escribir hoy me pareció al principio una curiosidad con poco fundamento, pero a medida que más lo investigo, más me voy convenciendo de que igual tiene más fundamento de lo que parece.
Un pequeño caveat antes de empezar:
Se trata de una lectura muy espiritualizada, y requiere tener una visión sobrenatural de la Escritura, así que los ateos que me siguen (que los hay) quedan avisados.
En Génesis 3, tras la Caída, hay una promesa:
“pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y
su descendencia; esta te aplastará la cabeza cuando tú la hieras en el talón”.
El primer anuncio del Mesías redentor. Iba a tener que pasar un buen tiempo antes de que esta profecía se cumpliera en Cristo. Pero hay una cosa a tener en cuenta:
Os dejo aquí un pequeño esquema de algo que he descubierto esta tarde y que espero que os parezca igual de sorprendente que a mí.
En el episodio en el que Cristo camina sobre las aguas en realidad están ocurriendo muchas cosas.
Sin embargo, fiel a su estilo, Marcos condensa muchísima información en muy pocas líneas.
Estoy hablando de Marcos 6, 48-50. Intentaré ser sucinto, pero es que, repito, aquí ocurren muchas cosas.
Antes un poco de contexto: Cristo acaba de alimentar a una gran multitud milagrosamente. Se despide de la gente, manda a sus discípulos que vayan a la barca y se va a orar al monte.
A la cuarta vigilia (es decir, poco antes del amanecer, todavía oscuro, pero con algo de luz),
Acabo de descubrir una cosa en el Evangelio de Marcos que me ha dejado loquísimo.
Tengo que terminar de ordenarlo en mi cabeza. Ahora vienen unas amigüitas a visitarme. Si no se van muy tarde lo escribo esta noche o lo cuento por Spaces
Nah. Lo intento escribir rápido ahora. Esta bastante bien.
El episodio en el que Cristo calma las aguas de la tormenta se recoge en los tres Evangelios sinópticos, así como aquel otro en el que Cristo camina sobre ellas.
Hay que tener presente, antes de avanzar, que estos pasajes guardan un alto contenido epifánico, es decir, son episodios en los que la identidad de Cristo empieza a sospecharse.
Empieza a manifestar una serie de atributos que lo separan del resto de los hombres, hasta tal punto que pueda parecer que sea algo más:
«¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?». Mat 8, 27
¿Pero quién es este? ¡Hasta el viento y el mar lo obedecen!». Mar 4, 41