Quiero empezar este nuevo año con un pequeño hilo sobre las palabras de Cristo en la cruz, que también marcaron el comienzo de un tiempo nuevo.
"Jesús clamó con gran voz: Eloí Eloí, lemá sabaqtaní (que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?)".
Marcos 15, 34
"Jesús clamó con gran voz: Eloí Eloí, lemá sabaqtaní (que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?)".
Marcos 15, 34
"Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?".
Con estas palabras empieza el Salmo 22.
Incluso en la cruz, Cristo citaba la Escritura. Es decir, seguía enseñando. No estamos, así, contemplando solamente el grito de desesperación de una persona que se siente abandonada.
Con estas palabras empieza el Salmo 22.
Incluso en la cruz, Cristo citaba la Escritura. Es decir, seguía enseñando. No estamos, así, contemplando solamente el grito de desesperación de una persona que se siente abandonada.
Para comprender qué está ocurriendo aquí, tenemos que tener en cuenta que, en el judaísmo antiguo, citar el comienzo de un salmo significaba invocar el salmo entero.
Así, en la Mishnah Taanit se recogen una serie de bendiciones que los judíos debían recitar en Rosh Hashana.
Así, en la Mishnah Taanit se recogen una serie de bendiciones que los judíos debían recitar en Rosh Hashana.
Estas incluían el comienzo de una serie de Salmos, así como el final de cada uno de ellos. Por lo tanto, se recitaban el primer y último verso de cada Salmo, indicando que esto era como recitar el Salmo entero.
Vemos que Cristo cita el comienzo del Salmo 22, y si damos por buena esta costumbre, debemos ver qué dice el Salmo entero, especialmente el final.
Aquí viene lo interesante.
En primer lugar, hay que recordar que este Salmo es mesiánico.
Aquí viene lo interesante.
En primer lugar, hay que recordar que este Salmo es mesiánico.
Es cierto que su comienzo es el de un grito de desesperación. Sin embargo, el Salmo no acaba ahí, sino que afirma que Dios no abandona a los que sufren:
«Los que teméis al Señor, alabadlo; linaje de Jacob, glorificadlo; temedlo (...); porque no ha sentido desprecio ni repugnancia hacia el pobre desgraciado; 𝐧𝐨 𝐥𝐞 𝐡𝐚 𝐞𝐬𝐜𝐨𝐧𝐝𝐢𝐝𝐨 𝐬𝐮 𝐫𝐨𝐬𝐭𝐫𝐨: 𝐜𝐮𝐚𝐧𝐝𝐨 𝐩𝐢𝐝𝐢𝐨́ 𝐚𝐮𝐱𝐢𝐥𝐢𝐨, 𝐥𝐨 𝐞𝐬𝐜𝐮𝐜𝐡𝐨́».
Es decir, Dios no abandonará a su Mesías.
Pero, ¿cómo acaba el Salmo 22, ese que Cristo cita, y que habla de la muerte del Mesías?
Con la conversión de los no judíos, y la reunión de todos los pueblos en adoración conjunta al Dios de Israel.
Pero, ¿cómo acaba el Salmo 22, ese que Cristo cita, y que habla de la muerte del Mesías?
Con la conversión de los no judíos, y la reunión de todos los pueblos en adoración conjunta al Dios de Israel.
"Lo recordarán y volverán al Señor hasta de los confines del orbe; en su presencia se postrarán las familias de los pueblos, porque del Señor es el reino, él gobierna a los pueblos".
Salmo 22, 28-29
Salmo 22, 28-29
¿Qué es lo que ocurre cuando Cristo muere poco después de citar este Salmo?
Que un centurión romano, un gentil, un miembro de esas "familias de los pueblos" de las que habla el Salmo, reconoce a Cristo como Hijo de Dios, y la profecía empieza a cumplirse inmediatamente.
Que un centurión romano, un gentil, un miembro de esas "familias de los pueblos" de las que habla el Salmo, reconoce a Cristo como Hijo de Dios, y la profecía empieza a cumplirse inmediatamente.
El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo: «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios». Marcos 15, 39
Esto ni roza la profundidad de todo esto. Tengo una monografía con varios cientos de páginas que estudia el Salmo 22 en el contexto de los evangelios.
Gracias por leer. Y Feliz 2022.
🙂
• • •
Missing some Tweet in this thread? You can try to
force a refresh
