¿Sabías que en la antigua Roma hubo un tiempo en el que el calendario tenía solo 355 días y febrero era el último mes del año?
En este #HiloRomano vamos a hacer un viaje por el calendario romano para descubrir sus orígenes y otras curiosidades en las que (casi) nunca nos fijamos
El calendario romano más arcaico del que se tiene constancia era atribuido por los propios romanos a Rómulo, fundador mítico de Roma. Se regía por los ciclos de la luna y contaba solo con 10 meses y 304 días.
Comenzaba el 1 de marzo, un día dedicado al dios Marte en el que se conmemoraba su dies natalis –el día en el que, según la tradición, comenzó a dársele culto en Roma–.
También es lógico que los romanos, en su época más arcaica, comenzaran el año en un momento que se correspondía aproximadamente con la llegada de la primavera. Este era un punto fundamental en el ciclo anual para cualquier sociedad agrícola.
Los primeros meses del año estaban dedicados a divinidades, marzo a Marte, abril a Venus, mayo a Maia, junio a Juno...
Y hasta ahí.
De julio en adelante la originalidad se la dejaron dentro de la domus.
A partir de julio (Quintilis), los nombres de los meses derivaban únicamente de su posición en el calendario. Agosto (el 6º mes) era Sextilis, septiembre (7º) September y desde ahí, October (8º), November (9º) y December (10º) para completar los diez meses del año.
Los meses de Ianuarius (enero) y Februarius (febrero) fueron introducidos en el calendario, según la tradición historiográfica romana, por el rey Numa Pompilio, que sucedió al mítico Rómulo a partir del año 713 a. C.
Enero pasó a ser el nuevo inicio del año (¡y lo lleva siendo más de 2700 años!). Estaba dedicado a Jano, el dios de las dos caras que protege los finales y los nuevos comienzos como os contaba ayer en este otro hilo.
Febrero, por su parte, fue colocado al final del año para completar los nuevos días añadidos hasta hacer un total de 355. Era un mes dedicado a la purificación antes de entrar en el nuevo año.
También estaba dedicado a los difuntos y por eso, dado que los romanos pensaban que los números impares eran los que más agradaban a los dioses, le dieron un número de días impar. Así alejaban la muerte y lo impuro de los dioses. Por eso febrero tiene, desde su origen, 28 días.
Es difícil establecer en qué momento el mes de febrero cambió su última posición por la segunda que ha conservado hasta nuestros días. Todo parece apuntar a que pudo ser entre los siglos V y IV a. C. cuando se produjo la modificación.
Sin embargo, la correspondencia con el ciclo natural de las estaciones todavía no era adecuada. Para solucionar este problema, ya durante la República, cada dos años se añadía un mes después de febrero –es decir, al final del año– conocido como interkalaris.
A lo largo del periodo republicano, la intercalación fue utilizada con fines políticos, usándose para alargar un mes entero los años en los que a ciertos políticos les interesara. Esto provocó incluso más desajustes entre la fecha civil y el ciclo natural de las estaciones.
Precisamente por eso Julio César decidió crear el nuevo calendario Juliano. Pero antes de poder hacerlo, el año 46 a. C. tuvo que ampliarse hasta los 445 días para reajustar las estaciones. Se le llamó annus confusionis ultimus –el último año de la confusión–.
Los pontífices añadieron tres meses extra al año 46 a. C., uno después de febrero y dos entre noviembre y diciembre, para reajustar el ciclo de las estaciones con el año civil.
Así el 1 de enero del 45 a. C. todo volvió a su curso con la entrada en vigor del nuevo calendario.
El sistema de intercalación cambió. En lugar de añadir un mes se añadía solo un día cada cuatro años. Pero los años bisiestos no tenían 29 de febrero sino que se duplicaba el 24 de febrero –ante diem sextum–, dándole el nombre que conocemos: –ante diem bis sextum = bisiesto–.
En la reforma del calendario que oficializó Julio César en el año 45 a. C. se varió la duración de algunos de los meses del año, quedando exactamente como la conocemos en la actualidad. En lugar de meses de 29 y 31 días, se pasó a tener algunos de 30 y otros de 31.
Los romanos esculpían o pintaban sobre piedra grandes calendarios que se colocaban en espacios públicos de la ciudad. Son los conocidos como fasti y existen más de cincuenta ejemplares conservados de diversas épocas y en distintas ciudades.
Aun así, sabemos que había otros calendarios privados de tamaño mucho menor también en piedra, pintados o incluso en papiros. Con el paso de los siglos, también se crearon calendarios en formato de codex (nuestros libros actuales) como los fasti Filocali del siglo IV.
Los fasti más conocidos y monumentales son los Praenestini que se pueden contemplar en el Palazzo Massimo alle Terme de Roma. @MNR_museo
Los fasti más antiguos que se conservan, y los únicos que que contienen un calendario anterior al juliano son los Antiates Maiores, que además no están esculpidos, sino pintados. Una maravilla única que nos muestra cómo era el calendario antes de la reforma juliana.
En la península ibérica se conservan dos pequeños fragmentos de calendarios romanos. En ambos casos su descubrimiento ha sido muy reciente, en el 2010 en Astigi, Écija y en el 2018 en Gades, Cádiz.
De hecho, hace unos años tuve en mis manos el fragmento de los fasti gaditani, os lo enseñé en directo e incluso lo virtualicé en 3D. ¿Quieres verlo con todo detalle? antiguaroma.com/fasti-gaditani…
A comienzos de 2020 se presentó otro fragmento que podría corresponder con unos fasti de la ciudad hispana de Egabrum pero, ¿es realmente un calendario? Lo comentábamos aquí.
Tras la reforma juliana, el calendario romano se mantuvo sin alteraciones hasta el año 1582, cuando se hizo necesaria una minúscula reforma para mitigar el pequeño error que se había ido acumulando con el paso de los siglos. Es lo que ahora llamamos calendario Gregoriano.
En aquel momento, los países bajo la influencia del Vaticano pasaron del jueves 4 de octubre al viernes 15 de octubre. Los días comprendidos entre el 5 y el 14 de octubre de 1582 nunca existieron en esos países.
A pesar de ello, en muchos otros lugares la reforma tardó mucho más en llegar. En algunos la reforma gregoriana no se aplicó incluso hasta el siglo XX y otros como el calendario litúrgico ortodoxo, todavía se rige por el sistema juliano y va 13 días por detrás del gregoriano.
Y así llegamos hasta la actualidad. Nuestro calendario desciende directamente del de los romanos y se mantiene prácticamente sin cambios desde hace más de 2000 años.
Hay cosas que parecen inmutables pero, como hemos visto, tienen un origen y es increíble poder descubrirlo.
Y por si os ha gustado el tema y os habéis quedado con ganas de más, aquí os dejo mi libro, Un año en la antigua Roma, en el que cuento con calma y profundidad todo esto y mucho más sobre la vida cotidiana de los romanos. amzn.to/2p4LObJ
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Piadoso Jano que cierras las puertas del viejo año y abres las del nuevo, a ti consagramos este día de buen grado.
Si alguna vez te has preguntado cómo celebraban los romanos el año nuevo o por qué comienza el 1 de enero, quédate en este #HiloRomano. #FelizAñoNuevo 2022.
Será especialmente interesante para ti si has oído por ahí que el origen del comienzo del año el 1 de enero tiene algo que ver con Hispania o con el año 153 a. C. #BulosHistóricos
El mes de enero en la antigua Roma estaba dedicado, como marca su nombre –Ianuarius–, al dios Jano. Con sus dos cabezas, era capaz de mirar al pasado y al futuro.
Además, al ser el dios protector de las puertas, cerraba la del año que terminaba y abría del que comenzaba.
#Hoy en el año 192 murió asesinado el Emperador Cómodo, víctima de una conjura. Le estranguló un gladiador con el que entrenaba la lucha.
La conjura para asesinar al Emperador Cómodo no fue tarea fácil, puesto que primero trataron de envenenarle, pero no surtió efecto.
Sin embargo, Cómodo no murió luchando en el Coliseo, ni le mató Máximo Décimo Meridio, por mucho que nos guste la película ;)
Recordemos que, como en el caso de otros emperadores autocráticos, la narración histórica de su reinado está ampliamente empañado por la ideología de los senadores que la escribieron en su contra.
Para que la Navidad no se convierta en sinónimo de #BulosHistóricos, os traigo un #HiloRomano con datos de la investigación más actualizada al respecto del origen de esta celebración.
Este es mi regalo para todas y todos los amantes de la antigua Roma.
¡Feliz Navidad!
Vamos a hablar de la Navidad en la antigua Roma, el Jesús histórico, el cristianismo primitivo y otras festividades romanas relacionadas, como la del nacimiento del dios Sol.
Tómate este hilo solo o en compañía.
Lo importante es que lo disfrutes.
Este es un debate académico interesantísimo en el que, como en toda investigación histórica, con el paso de los años se ha llegado a diversos consensos generales.
Lo que yo os presento aquí no es más que el estado actual de la investigación en este campo.
¡IO SATVRNALIA! ¡Felices saturnales a todas y todos! Celebrad, bailad, jugad, cantad y vivid; hoy es el mejor día del año.
Pero, sobre todo, no relacionéis esta festividad romana con la Navidad o con el solsticio de invierno, porque no tienen nada que ver. #HiloRomano
Hoy en Roma celebraban las saturnalia, una antiquísima festividad (atestiguada desde el s. V a. C.) dedicada al dios Saturno. En su origen, esta fiesta traía el descanso que llegaba al terminar la siembra. Saturno era el protector de los cultivos sembrados durante el invierno.
La fiesta comenzó celebrándose solo el 17 de diciembre pero se alargó oficialmente hasta el día 19 en época de Augusto. La complejidad del cambio del calendario juliano hizo que la gente no supiera exactamente qué día celebrarla, por lo que terminó por festejarse durante más días
Pompeya vuelve a sorprendernos de maneras que parecen imposibles.
Voy a mostraros un hallazgo que se acaba de producir y que me maravilla a tantos niveles que no se ni por donde empezar…
Vamos a hablar, en este #HiloRomano, del lado más humano de la ciudad del Vesubio.
Como vemos en las imágenes que ha compartido hace solo unas horas @Agenzia_Ansa, acaba de salir a la luz una estancia que contiene tres lechos en los que dormirían varias personas.
Lo más interesante de todo, es que seguramente se trataba de esclavos.
Rara vez tenemos ocasión de contemplar la vida cotidiana de los romanos con este nivel de detalle, pero las probabilidades todavía se reducen más cuando hablamos de los esclavos, cuyas condiciones solían ser mucho más precarias. Por eso, un hallazgo como este es excepcional.
Este es el lugar más impresionante que NUNCA has podido visitar en POMPEYA.
Acompañadme en este nuevo #HiloRomano a descubrir algunos de los elementos más increíbles hallados en los yacimientos del área vesubiana.
Hoy es un día importante, los gestores del Parco Archeologico di Pompei @pompeii_sites nos han invitado a entrar en uno de esos lugares que siempre están cerrados y a los que muy pocos han podido acceder.
Vaya desde aquí mi más sincero agradecimiento hacia ellos.
Paseamos por las calles pompeyanas, todavía vacías a primera hora de la mañana.
Nos dirigimos hacia la Regio VI, en la zona alta de la ciudad. En la llamada insula occidentalis encontramos una casa convertida en laboratorio de investigación arqueológica.