Thread by @NuevoBereano

Hace un tiempo comenté el episodio en el que Cristo 𝐜𝐚𝐥𝐦𝐚𝐛𝐚 𝐥𝐚𝐬 𝐚𝐠𝐮𝐚𝐬, y cómo esto era una señal de su divinidad.

Aunque lo mencioné de pasada, me gustaría tratar con un poco más de detalle un paralelismo que hay entre el Dios del AT y el Cristo del NT.

Antes de empezar, creo que es provechoso recordar estas palabras del Señor:

Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, creed a las obras, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.

Juan 10, 37-38

Es decir, la naturaleza de Cristo se revela no sólo a través de lo que 𝐝𝐢𝐜𝐞, sino que también, y puede que más importante, a través de lo que 𝐡𝐚𝐜𝐞.

Pero, ¿qué hizo Cristo en el episodio de la tormenta?

Algo que en el Antiguo Testamento hacía Dios.

Para comprobar esto, quiero le leáis paralelamente una parte del Salmo 107, que habla de la misericordia de Dios y de su obra salvífica, con el episodio de la tormenta tal y como lo encontramos en los Evangelios sinópticos.

Mirad qué interesante.

Porque habló (Dios), e hizo levantar un 𝐯𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐭𝐞𝐦𝐩𝐞𝐬𝐭𝐮𝐨𝐬𝐨 que encrespa sus ondas.

Salmo 107, 25

En esto se produjo una 𝐭𝐞𝐦𝐩𝐞𝐬𝐭𝐚𝐝 tan fuerte, que la barca desaparecía entre las olas; él dormía.

Mateo 8, 24

𝐓𝐢𝐞𝐦𝐛𝐥𝐚𝐧 y titubean como ebrios y toda su ciencia es inútil.

Salmo 107, 27

Él les dice: «¿𝐏𝐨𝐫 𝐪𝐮𝐞́ 𝐭𝐞𝐧𝐞́𝐢𝐬 𝐦𝐢𝐞𝐝𝐨, hombres de poca fe?».

Mateo 8, 26

Entonces 𝐜𝐥𝐚𝐦𝐚𝐧 𝐚 𝐃𝐢𝐨𝐬 en su angustia,
Y los libra de sus aflicciones.

Salmo 107, 28

Se acercaron y lo despertaron 𝐠𝐫𝐢𝐭𝐚́𝐧𝐝𝐨𝐥𝐞: «¡Señor, sálvanos, que perecemos!».

Mateo 8, 25

𝐂𝐚𝐦𝐛𝐢𝐚 𝐥𝐚 𝐭𝐞𝐦𝐩𝐞𝐬𝐭𝐚𝐝 𝐞𝐧 𝐬𝐨𝐬𝐢𝐞𝐠𝐨 y se apaciguan sus ondas.

Salmo 107, 29

Se puso en pie, increpó al viento y dijo al mar:

«¡Silencio, enmudece!». 𝐄𝐥 𝐯𝐢𝐞𝐧𝐭𝐨 𝐜𝐞𝐬𝐨́ 𝐲 𝐯𝐢𝐧𝐨 𝐮𝐧𝐚 𝐠𝐫𝐚𝐧 𝐜𝐚𝐥𝐦𝐚.

Alaben la misericordia de Dios y 𝐬𝐮𝐬 𝐦𝐚𝐫𝐚𝐯𝐢𝐥𝐥𝐚𝐬 para con los hijos de los hombres.

Salmo 107, 31

Los hombres 𝐬𝐞 𝐝𝐞𝐜𝐢́𝐚𝐧 𝐦𝐚𝐫𝐚𝐯𝐢𝐥𝐥𝐚𝐝𝐨𝐬: «¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?».

Mateo 8, 27

Pitre recoge estas palabras de Joel Marcus :

"Aquí la obediencia se tributa al Mesías no sólo por los hombres, sino también por las fuerzas inanimadas. Esta persona no es sólo un hombre, sino una figura cósmica. Si él es el Mesías, el Mesías lleva las marcas de la divinidad".

Resumiendo

En el Salmo hay una tormenta. En el Evangelio hay otra tormenta.

En el Salmo los marineros sienten miedo. En el Evangelio los discípulos tienen miedo.

En el Salmo los marineros claman la ayuda de Dios. En el Evangelio los discípulos claman la ayuda de Cristo.

En el Salmo Dios apacigua la tempestad. En el Evangelio Cristo calma la tormenta.

En el Salmo los actos de Dios despiertan la admiración de los hombres. En el Evangelio Cristo despierta la admiración de los discípulos.

Ahora se entienden mejor las palabras de Cristo:

Si no hago las obras de mi Padre, no me creáis, pero si las hago, aunque no me creáis a mí, CREED A LAS OBRAS, para que comprendáis y sepáis que el Padre está en mí, y yo en el Padre.

Juan 10, 37-38

Y tampoco es extraño que, justo después de que Cristo actuase como lo hace Dios, los discípulos se pregunten:

«¿Quién es este, que hasta el viento y el mar lo obedecen?».

Mateo 8, 27

Gracias por leer.

Hasta mañana.

t.me/BereanoTwitter