En el cuarto año del reinado de Felipe VI de España, siendo Pedro Sánchez presidente del Gobierno y Jean-Claude Junker presidente de la Unión Europea; bajo el pontificado de Francisco I, vino la palabra de Dios sobre ti que lees este hilo #HilosdelEvangelio #DomingoIIAdviento
Qué comienzo ¿verdad?
He parafraseado el comienzo del Evangelio de hoy para lograr recrear el efecto que el autor del texto quería lograr en su audiencia.
La lectura comienza con un prólogo historico: “En el año decimoquinto del emperador Tiberio, siendo Poncio Pilato gobernador de Judea…” Puedes leerla entera aquí ciudadredonda.org/calendario-lec…
¿Y qué efecto buscaba? Pues en primer lugar especificar que lo que se va a narrar pasó de forma real. No es una historia ficticia, ni una narración piadosa.
Porque la Encarnación es histórica, porque Dios se hace presente en la historia. Hoy, 9 de diciembre de 2018, Dios te habla a ti, me habla a mí, a través de su Palabra.
Dios se hace presente hoy también en tu realidad cotidiana, en tu familia, en tu cocina, mientras viajas, en tu grupo de amigos, en tu estudio, en tu tiempo de ocio…
El autor no pretende tanto datar exactamente el momento en el que ocurrió la historia sino imitar la fórmula en la que el Antiguo Testamento describe a los profetas. Por ejemplo, mira Jeremías bibliacatolica.com.br/es/la-biblia-d…
Pues cuenta el Evangelio de hoy que en aquel momento histórico, “vino la palabra de Dios sobre Juan, hijo de Zacarías, en el desierto. Y recorrió toda la comarca del Jordán, predicando un bautismo de conversión para perdón de los pecados”
Nos está hablando de Juan el Bautista, una figura que se nos hace extraña, porque siendo del Nuevo Testamento parece más del Antiguo. Sus modos, su forma de vestir, de hablar…
Pero del que Jesús dijo que “no ha nacido de mujer uno más grande”.
Y es que la figura del primo de Jesús es importantísima. Su papel es servir, efectivamente, de gozne, de bisagra entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.
Su misión es abrir la puerta, preparar el terreno para que entre el Rey de la Gloria. Como el mayordomo real cuando, en una recepción, anuncia la llegada: “¡Su Majestad, la Reina!” y todos se ponen en pie.
Juan nos está invitando a ponernos en pie, por eso es una figura tan propicia para este tiempo de Adviento. “Levantaos, alzad la cabeza”, decía Jesús el domingo pasado.
Ya te lo expliqué en ese hilo de “ciencia ficción” de la semana pasada. Aquí lo tienes por si te lo perdiste
El Adviento (hoy es su segundo domingo) es tiempo de estar alerta, porque en Navidad, va a llegar nuestra salvación. Pero, y eso, ¿Cómo se hace?
Quiero decir, ¿Cómo estoy alerta? ¿Cómo me preparo? ¿Lleno el garaje de agua embotellada y baterías como si fuera a ocurrir una catástrofe?
No hace falta, porque la llegada de Jesús no va a ser física, al menos todavía (y en caso de serlo de nada te serviría el agua ni las baterías).
La llegada de Jesús va a ser espiritual, que no significa que no sea real. Jesús va a venir realmente a encontrarse contigo, a nacer dentro de ti en Navidad ¿Lo crees?
Si no, ya puedes dejar de leer el hilo. Vete a ver las tendencias del día y mira a ver qué comenta la gente, o los memes…
Pero si crees que el Hijo de Dios, sí sí, ese “por quien todo fue hecho”, te quiere tanto que es capaz de hacerse tan pequeño tan pequeño como para nacer dentro de ti, sigue leyendo porque el Evangelio nos explica cómo hay que prepararse.
Y lo hace recurriendo al profeta Isaías:
“Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos;
los valles serán rellenados,
los montes y colinas serán rebajados;
lo torcido será enderezado,
lo escabroso será camino llano».
“Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos;
los valles serán rellenados,
los montes y colinas serán rebajados;
lo torcido será enderezado,
lo escabroso será camino llano».
Parecen indicaciones fáciles para quien tenga una empresa de construcciones o, al menos, una retroexcavadora. Pero ¿de qué obra de ingeniería nos está hablando?
Claro que no son los caminos físicos sino los espirituales los que hay que allanar. En este sentido, ¿Cuáles son los valles, los montes y las colinas espirituales?
Pues mira yo en mi caso lo veo así. A veces me creo monte, montaña más bien, más o menos como esta... 
Alta, escarpada, helada… Cada vez que me creo superior a los demás, que miro a los demás por encima del hombro, que juzgo y critico me estoy haciendo una montaña alta, inexpugnable.
Cuando eres así, nunca te encontrarás con Jesús que nace bebé, pobre, extranjero y en una cuadra.
La montaña es escarpada, está llena de picos rocosos, de piedras afiladas. Es la forma en la que tratas a los que te rodean, con palabras hirientes, echando en cara lo que hacen mal, no siendo paciente ni misericordioso.
Si tienes poder sobre otros, si eres empresario, gobernante o un simple mando intermedio, sabrás de qué te hablo. ¿Cómo tratas a quienes tienes a tu cargo?
¿O en tu propia familia? ¿Cómo tratas a tu mujer, a tu marido, a tus hijos, a tus padres…?
¿Aprovechas que eres montaña para machacar a otros ya que otros te machacan a ti? Pues amigo, tienes difícil que Jesús nazca, hay que rebajar esa altura, hacer de los picos, piedras romas
La montaña tan alta es fría, helada, el duro hielo la hace impenetrable. Pídele al Señor que si hoy escuchas su voz no endurezcas el corazón. Que tu corazón de piedra se vuelva un corazón de carne.
¿Y los valles? Porque el Evangelio también nos habla de valles
Pues mira, un valle es: “una depresión de la superficie terrestre entre dos vertientes”
Y de eso sabes tú también mucho ¿verdad?
Sabes lo que es estar deprimida, hundida, en el fondo de un abismo, rodeada de montañas que no puedes escalar…
Cuántas situaciones nos sumen en la depresión. Una enfermedad, un problema con los hijos o en el matrimonio, una dificultad económica, el paro o, simplemente, no encontrar sentido a la vida.
A veces, lo tenemos todo pero nos falta todo.
Si te pasa eso, aquí te está llamando el Señor hoy. ¡Levántate porque Jesús puede nacer verdaderamente esta Navidad en tu corazón dando sentido a tu existencia, devolviéndote la alegría de vivir!
Jesús nacerá pobre para que tú, que estás pasándolo mal económicamente puedas sentir que nace para ti, que comparte tu precariedad.
Jesús nacerá desvalido, extranjero, en un portal, para que tú que estás enfermo, débil, que vives situaciones difíciles, puedas sentir que sufre junto a ti.
Jesús nacerá en un lugar sucio y pestilente para que tú, que estás hasta arriba de mierda (sí, esos pecados…) puedas sentir que no tiene asco de ti.
Jesús nacerá oculto, de forma anónima, para que tú, que dudas de Él, puedas sentir que nace solo para ti aunque muchos otros no lo vean
No es tiempo este de Adviento, de estar tristes, sino alegres porque, termina el Evangelio: “toda carne verá la salvación de Dios”
Sí, sí, toda carne. ¿Tú eres de carne o de roca dura? Allana tu camino particular y bienvenido a la Navidad. ¡Ya queda menos! #FindelHilo
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