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El Hacker Andrés Sepúlveda vivió todo tipo de presiones durante más de tres años para que se autoincriminara e incriminara a opositores de Santos. Cuando empezó a negarse, fue trasladado a Picaleña y alimentado con comida en descomposición durante casi un año. 
Me pedía desesperado que llamara a los fiscales del caso y pidiera su traslado. La condición que ellos le ponían era continuar con las mentiras pero finalmente Andrés se negó y asumió que Picaleña se convertiría en su centro de reclusión permanente. Perdió más de 40 kilos.
Finalmente por hacinamiento en esa cárcel (y por reunificación familiar) Andrés fue devuelto a Bogotá. Apenas llegó, y a pesar del miedo natural a las represalias, nos autorizó a presentar la denuncia contando la verdad sobre el caso.
Como familia, a pesar de los riesgos que suponía esto para nosotros (Santos todavía era presidente), nos alegró que por fin se supiera la verdad acerca del manejo que Montealegre, Perdomo y principalmente Quintana le habían dado al caso, amenazando a Andrés de maneras increíbles
(Incluso, alcanzaron a decirle, con soberbia, que "podríamos hasta decir en medios que encontramos pornografía infantil en su computador o en el de su hermano. Nadie vendrá a preguntar si es cierto o no, la prensa disfrutará con esa noticia y Uds serán "especiales" en la cárcel")
Para la actual Fiscalía sería muy fácil comprobar que Andrés no tuvo derecho a contar con una defensa técnica y que fue obligado a mentir bajo las presiones descritas. Andres fue condenado, básicamente, por su propio testimonio. Andrés entró a la cárcel con 29 años y hoy tiene 34
Celebramos la absolución de Luis Alfonso Hoyos como propia. Fuimos humillados por la Fiscalía así como lo fue él. Ahora esperamos que la justicia mire hacia Julián Quintana quien siempre fue el encargado directo de ejercer las presiones y amenazas sobre Andrés y nuestra familia.
