Thread by @RafaelPoulain

Pongan atención que hoy les voy a contar la historia de Argos, el perro de Ulises.

Hace unos meses les conté aquí en Twitter la historia de la guerra de Troya, si no la han leído pueden leerla acá:

twitter.com/i/moments/1031…

La continuación la conté en Patreon, que es lo que sucede en “La Odisea”, que es la aventura que Ulises (u Odiseo, como muchos le llaman) vivió durante años enfrentándose a monstruos y muchas pruebas para intentar volver a casa: patreon.com/posts/20866439

Pero entre esas dos obras hay un episodio que es sumamente interesante y bello que es la historia de Argos el perro y él será el protagonista de nuestra historia de hoy.

Y nuestro relato empieza poco tiempo antes de la guerra de Troya.

Cuando Ulises (u Odiseo), Rey de Ítaca adopta a un cachorro con el que rápidamente se encariña.

Al cachorro le dan el nombre de “Argos” y desde el primer día, él y Ulises se vuelven inseparables.

Argos y Ulises eran inseparables, incluso cuando el Rey iba a cazar jabalíes o a la caza del corzo, Argos le acompañaba y tras una jornada de caza comía de la mano de su amo mientras descansaban y luego jugaban todo el camino de regreso a casa.

Pero llega la guerra de Troya y Ulises es llamado a combatir por el deber, Argos se prepara para acompañar a su amo, al final su compañía es lo único que Argos conoce desde que nació, pero en las puertas de la ciudad Odiseo le ordena que se quede ya que no lo puede llevar.

Argos llora, Odiseo le abraza y parte a la guerra pero el perro es leal, sabe que su amo está mejor con él, no importan los peligros, no importa la guerra, Argos ira con su amo, y así empieza a seguir la caravana de soldados.

Odiseo le descubre, Argos es regañado por su amo y le obliga a volver al palacio.

Argos es obligado entre llantos a volver, pero todas la tardes, cada que escuchaba el sonido de caballos, Argos corría a la puertas de la ciudad a ver si era su amo.

Pero Odiseo no volvía.

Y pasan 10 años, en esos 10 años tiene lugar la guerra de Troya, con todo lo que ya les conté, y mientras eso pasaba, Argos pasaba los días mirando al horizonte.

Finalmente termina la guerra y Ulises emprende el camino a casa.

Pero ese camino está lleno de aventuras que ya les conte, unos dioses le ayudan, otros le dificultan el camino y debido a eso pasan otros 10 años.

No importaba la lluvia, el sol, el hambre o el tiempo transcurrido, Argos no olvidó a Odiseo, como sí lo hicieron con él, un día dejaron de alimentarlo, dejaron de cuidarlo y vagaba por las calles buscando comida y algo del cariño que su amo le daba.

Cada vez más viejo se acostumbró al desprecio de la gente, a los palos que le daban, a pasar hambre, a las pulgas, y el único consuelo que tenía era cerrar los ojos y recordar a Ulises, su compañero, su amigo, si amo, aquel con el que vivió tantas aventuras y le dio tanto amor.

Los días de caza no volvieron, la juventud tampoco, las fuerzas le abandonaron, y desde un rincón observa cómo no es el único al que la gente humilla, a lo lejos ve a un mendigo siendo humillado por los pretendientes de Penélope, la esposa de Ulises que también espera su regreso.

Algo en el porte de aquel viajero llamaba poderosamente su atención, su corazón se llenó de alegría quizo levantarse, correr, lamerlo, pero no tuvo fuerzas mas que para levantar las orejas, y menear la cola, el supuesto mendigo que estaba siendo humillado era su amo Ulises

Ulises también lo vio y no sólo eso,
en un cuarto lleno de enemigos, Ulises vio que el único que lo reconoció fue su antiguo compañero, él lo miro con profundo cariño y una lágrima se le salió al verlo

Argos no necesitaba más, cerró los ojos para siempre y dejó este mundo feliz.

Ulises ni en la guerra ni en el largo camino de regreso, había olvidado a su amigo, y entonces vivió el resto de su vida feliz, sabiendo que al morir, él le estaría esperando en el otro mundo.

Ojalá muchas mascotas pudieran decir lo mismo, porque muchas personas olvidan que...

Los animales no son juguetes desechables, son compañeros en nuestro paso por la vida, compañeros que definitivamente no nos merecemos pero tenemos toda su vida para demostrarles que somos dignos de su amistad y cariño.

Asi que vayan, abrácenlos, quiéranlos y cuídenlos.

Fin.