Thread by @inti

Desde hace días, paralelo al interés que Venezuela va despertando en medios y personas de todo el mundo, que se observa una particular perplejidad por parte de tuiteros, periodistas, artistas y militantes de izquierda, con respecto al carácter del venezolano. (Abro hilo 🧵)

Personas con ideología de izquierda o extrema izquierda de Chile, Argentina, España, EEUU y algunos otros países, se enfrentan perplejos en Twitter, y a veces en las calles, con algo realmente difícil de comprender y encasillar: la idiosincrasia venezolana.

Se van creando paradojas y grandes sorpresas, en base a la interpretación equivocada de la realidad de Venezuela y de las personas o características que tienen (o deberían tener) quienes comparten el gentilicio de este país.

Gente formándose una idea de como son los venezolanos, sin tener la más mínima idea.

Personas de izquierda que sacan un arsenal de prejuicios, que deberían estar más cercanos en teoría, a la extrema derecha, que a su humanismo tan autopromocionado. Vemos casos de xenofobia y racismo, basados paradójicamente en la ideología "diferente" que tienen los venezolanos.

Se señala de fachos o golpistas a los desplazados. Los refugiados e inmigrantes reciben epítetos como vende patrias, gusanos (oh!). Las víctimas de un sistema de gobierno corrupto, totalitario, ineficiente, violador de derechos humanos, son tratados e insultados como culpables.

Y tengo varios días notando mucha perplejidad y confusión cuando los venezolanos se defienden, a veces lo hacemos bien, otras caemos en el exabrupto, les respondemos en inglés, con buenos argumentos, con malos argumentos, educados, o groseros, con pasión, con desgano.

Siempre he pensado que es muy difícil encasillar a los venezolanos. Nuestra mayor virtud es nuestro peor defecto. Lo he dicho en otras oportunidades. Ese carácter tropical que tenemos, nos hace enfrentarnos a la realidad con demasiada alegría. Esto no funciona bien siempre.

Nos permite ser bastante felices y resilientes, pero nos quita estructura y formalidad. Que muchas veces son necesarias. Nos tomamos a chiste, cosas que quizás no son un chiste. Esto puede ser malo en muchas situaciones pero nos da resistencia.

Todo esto si hablamos y generalizamos bastante. Cada individuo tiene sus características, y sin hablar de los maracuchos que quizás podrían ser un universo aparte, y se haría un hilo de 1000 tuits. Y no es la idea 😀

Bueno, aquí viene la parte que quizás pueda ser interesante del hilo para muchos. Si han interactuado ya con venezolanos podrán saber que somos muy solidarios, directos, poco conservadores, hablamos mucho, nos gusta la fiesta, somos buenos amigos y tenemos pocos prejuicios.

En Venezuela, antes del chavismo, existió un proceso democrático muy amplio, que duró desde 1958 hasta 1998, cuarenta años en total. Dos partidos se turnaron el poder Acción Democrática (social democracia) y COPEI (democracia cristiana), centro izquierda y centro mmmhhh derecha.

De este periodo de la historia se pueden decir muchas cosas, hay una en particular que a mi me parece fundamental y esta relacionada con el sistema educativo. Se hicieron grandes inversiones. La educación venezolana era de calidad y gratuita, incluyendo la Universidad.

Esto permitió una movilidad social, realmente impresionante. Lo que sumado a la amplitud democrática que se fue creando, permitió que muchas personas y familias pasaran de la pobreza a la clase media. Los sectores profesionales y técnicos del país crecieron de una forma acelerada

Los profesores universitarios pudieron hacer posgrados en las mejores universidades del mundo: en Harvard, en el MIT, en Oxford, la Soborna, etc. Yo hice toda mi formación en el sistema publico educativo venezolano. Creo que gaste en matriculas 200 dólares en toda la carrera.

El acceso a la educación, la movilidad social y ese carácter tropical del venezolano tan poco rígido, creó algo muy chévere, y quizás difícil de replicar en otros países: personas profesionales de primera línea con una humildad, humanidad y empatía, muy desarrollados.

Esto puede ser difícil de explicar. En Venezuela las jerarquías empresariales, e institucionales, existen como en todos los países, pero es relativamente sencillo que el dueño o gerente de una empresa pueda tomarse unas cervezas el viernes con sus empleados.

O que un estudiante pueda increpar al rector de una Universidad en su propia oficina. O que el médico que da charlas en Inglaterra pueda dar su diagnostico y opinión sobre el cáncer de tu abuelita, porque iba pasando por la consulta de un colega.

Y puede que el papá del obrero sea amigo del papá del dueño de la empresa, y que la abuelita sea prima de la mamá del rector, y que el papá del médico sea el obrero que se tomaba las cervezas con el dueño.

Por supuesto, hay un error de temporalidad, pero es la mejor forma de explicarlo. Cuando una sociedad se mueve gracias a la educación, pasan cosas maravillosas e imposibles. Y eso deja marcas en el carácter de la gente que duran por generaciones.

Paralelo a esto se dio otro proceso fabuloso, del cuál no se habla mucho, ni se pone de ejemplo tanto como debería. La educación venezolana empoderó a la mujer, se le dio igualdad de oportunidades para formarse como profesional.

En mi experiencia directa, yo estudie Ingeniería en Informática, en mi grupo de trabajo más constante en la Universidad, éramos 2 hombres y 5 mujeres. Y que clase de mujeres, éticas, profesionales, organizadas, simpáticas, luchadoras. Aprendí más de ellas que de muchos profesores

En muchas carreras, que otros países indicaban que eran primordialmente para hombres, estaban llenas de mujeres, en algunos casos con una matricula del 60 o 70% de los cupos. Esto le dio a la mujer venezolana poder dentro de la sociedad. Lo que se sumo a nuestra idiosincrasia.

Y cuento todo esto porque mucha gente no entiende nada. Si llevamos y generalizamos (cosa que no siempre es exacta) mucho de esto que les cuento, al posible carácter o afinidad política que puedan tener los venezolanos, en general la gente de este país...

...termina siendo de centro izquierda, si tenemos que categorizarlos. Muchos te dirán que no, que son de derecha, o no son nada. La flexibilidad política también es una característica que tenemos, pero al preguntar en que creen o la forma de ver el mundo, estarán allí cerca.

Cosa que nos podría poner a discutir sobre el tema de lo valido, en el mundo de hoy, de las etiquetas izquierda y derecha. Pero eso es otro tema.

Simplificar o confundirse con el carácter que podría tener una sociedad y sus integrantes, por razones ideológicas, y ubicarlos erróneamente en el mapa que tienes en tu cabeza, terminará haciendo que te contradigas, afirmes barbaridades, y defiendas una dictadura.

Lo que ocurre en Venezuela es sumamente complejo y con una serie de aspectos que difícilmente tienen paralelos exactos en la historia, analizarlo con un filtro ideológico, con un estigma equivocado hacia su gente, es un error tremendo.

La gente oprimida del mundo, los desplazados, los refugiados y los inmigrantes merecen la solidaridad de todos, no que sean estigmatizados. Hay que sentir más empatía, invitar un café, conversar y encontrar que cosas nos unen.

Y no tratar de explicar y explicar a los venezolanos su propia realidad, sin antes preguntarles. Puedes tener una opinión, es valido, pero si tu ideología está muy a la izquierda, lo más probable es que no comprendas bien todo lo que pasa.