Thread by @DavidBGil

Una de las preguntas que suelen hacerme cuando doy una charla en un instituto es si hubo mujeres samuráis. La respuesta es SÍ.

Os hablo un poco de las 'onna-bugeisha', las mujeres guerreras del Japón feudal 👇👇👇

Lo primero que debemos saber es que toda mujer nacida en el seno de una familia samurái, era una samurái. Es decir, pertenecían a una casta guerrera y, como tal, recibían entrenamiento marcial desde su niñez.

Eran adiestradas en el manejo de la 'naginata', una lanza de hoja curva de difícil manejo, pero devastadora en las manos adecuadas. No se las excluía, en cualquier caso, del aprendizaje de otras armas por las que sintieran inclinación, como el arco o incluso el sable.

Una vez la mujer se casaba y se trasladaba a su nueva residencia, la naginata se colgaba sobre la puerta del nuevo hogar familiar, lista para ser empuñada en el caso de que la mujer tuviera que defender la casa.

El papel tradicional de la mujer samurái en tiempos de guerra era proteger el hogar en ausencia del hombre. Sin embargo, hallazgos arqueológicos recientes apuntan a que su rol durante el periodo Sengoku (s. XV-XVII) fue más allá de lo que hacen creer las crónicas de la época:

Por ejemplo, gracias al análisis de ADN ahora se sabe que un 30% de los restos hallados en campos de batalla como los de Senbon Matsubara o Edosaki pertenecen a combatientes femeninas.

En cualquier caso, está bien documentada la existencia de varias 'onna-bugeisha' que jugaron un papel trascendente en la historia de Japón, siendo el referente más conocido el de Tomoe Gozen (1157-1184?), cuyas hazañas se recogen en 'El cantar de Heike'.

Esta onna-bugeisha tuvo un papel protagonista durante las Guerras Gempei (1180–1185), en las que llegó a comandar a las tropas del clan Minamoto en varios enfrentamientos, atribuyéndosele la ocupación de Kioto en 1184 tras imponerse en la Batalla de Kurikawa.

Las crónicas la describían como «una guerrera que valía por mil, dispuesta a confrontar a un demonio o a un dios» (Heike Monogatari). Y aunque la historia premoderna japonesa debe asumirse con precaución, Tomoe sigue siendo considerada el prototopio de mujer samurái.

Más reciente es la figura de Nakano Takeko, que con solo 21 años participó en la batalla de Aizu (1868) comandando un batallón de mujeres entrenadas por ella misma en el manejo de la naginata.

Takeko fue malherida en la contienda contra las fuerzas imperiales y, al modo de los antiguos samuráis, solicitó a su hermana que le cortara la cabeza para que esta no cayera en manos de sus enemigos.

Como veis, no solo hubo mujeres samuráis, sino que los indicios históricos apuntan a que jugaron un papel más relevante del que les atribuyen los registros de la época.

Pero como lo mío es la ficción, no me resisto a despedirme sin una cita de Yukie Endo, la mujer samurái de #ElGuerreroALaSombraDelCerezo, el personaje que imaginé para homenajear a estas mujeres guerreras:

«No seré una sombra de mí misma. Si la guerra toca a nuestras puertas, que ningún hombre espere que permanezca entre sábanas calentándole el lecho».

Yukie Endo ('El guerrero a la sombra del cerezo', novela publicada por @sumadeletras)