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Notable alineación de los grandes medios "sobre el acuerdo" con el Gobierno y el presunto apoyo empresarial, aunque destacan que no tiene el apoyo de Lavagna y Massa. El esfuerzo para sostener a Macri es semejante al último capítulo de Game of Thrones. Una comparación. Hilo.
El Rey de la Noche no habla. Su objetivo es la aniquilación de la vida humana y la muerte de la memoria en los ojos del muchacho inválido que ve el mundo a través de los ojos de los cuervos. ¿Qué busca el Rey de la Noche? El invierno eterno y la propagación de una masa de muertos 
Este monstruo encarna el miedo y la maldad infinitos. Pero la especie humana tiene monstruos propios tan o más peligrosos que el Rey de la Noche, quien es vencido por una joven asesina romántica llamada Ayra. De mirada oscilante y agilidad felina, Ayra hunde su puñal en él.
De pronto los muertos que reviven por la mano del Rey de la Noche pierden la batalla final por la existencia y la alquimia del ciclo del pánico continuo se paraliza en un tiempo de incertidumbre. ¿Qué viene? Quizá el futuro presagia nuevas batallas con un ejército deshecho.
La vida real es menos épica que las series de HBO. La teatralidad de las circunstancias se disipa en el espejo del cotidiano. La condición humana soportó el siglo más criminal de la historia con apego a la supervivencia. Los hijos del siglo XX somos sobrevivientes avezados.
Los debates políticos y comunicaciones que se dan en esta plataforma y en otras redes son intentos por entender el vacío. En definitiva luchamos para persistir y la filosofía busca descifrar el misterio de vivir con la certeza de la muerte. Por eso El Rey de la Noche. El monstruo
La monstruosidad humana es peor. La manipulación psicológica y emocional de millones de apáticos genera la llegada al teatro de seres peligrosos. Las tapas de los diarios no contienen ni el meo de los gatos. Para eso están las piedras sanitarias. Los diarios son pura basura.
Pensar, pensar en serio, requiere salirse de cuadro y de normativa. Lo que vemos como (real) es la mano del operador puesta en la consola de sonido. Los diarios de la hegemonía financiera instalan una cultura del sometimiento a lo inevitable. La iniciativa es pura resignación.
El Rey de la Noche, ese monstruo muerto por la mano de una joven heroína que había tenido su primera experiencia sexual la noche anterior con un herrero que también fue la Guerra, es mucho más que el brazo estirado de nuestra imaginación. La necesidad de creer es casi religiosa.
A tal punto es así que se nos mueren los héroes. La gloriosa juventud de los '70 cae producto de la enfermedad y del otoño en la puerta del invierno del Sur. La mirada azul del monstruo se posa sobre nosotros y queremos ver los dragones que vuelen por encima de la tormenta gris.
Ni malos tan malos ni buenos tan buenos. Ni santos ni devotos. La palabra está en disputa bajo el cielo de los creyentes y no hay pontífices del bien capaces de estampar el cuchillo con la habilidad mortal de Ayra. El Rey de la Noche es nuestro propio miedo en pesadillas.
Son tiempos de avidez. El desguace de la esperanza que estampó el macrismo en cuatro años y todo lo que significa su decadencia moral nos deja en la fila del hospital y en el mejor de los casos en la cola de la panadería. Necesitamos pasar a una instancia superadora hecha de amor
Se compara a la Argentina con Portugal. Pero la Provincia de Buenos Aires tiene más superficie que Portugal y ese país tiene diez millones de habitantes, aquí somos 44 millones de habitantes en el tercer país más grande de América detrás de EE.UU y Brasil. No es lo mismo.
Hay muchos seres semejantes al Rey de La Noche. El actor que personificó al personaje es un doble de riesgo nacido en Europa del Este. Todos somos de alguna parte y de ninguna. "Las raíces son importantes", dijo la Madre en el film "La gran belleza". Y los flamencos volaron.
