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Hablamos de una de las mayores victorias de la Historia del Imperio Romano; considerada por algunos como la IV Guerra Púnica. Analizaremos como se organizó el triunfo sobre sobre el reino vándalo. La #RenovatioImperii ha comenzado. Hilo va damas y caballeros ⬇ ⬇ ⬇ #Historia
A modo de introducción, recomiendo la lectura de este otro hilo, porque si ayudará a entender el proceso de gestación tanto de la #RenovatioImperii como de la ocupación del Norte de África 🌍.
El hecho de transportar un ejército desde Constantinopla a mitad del Mediterráneo, cuando los vándalos dominaban el mar, ya fue un triunfo. El contingente de Belisario fue embarcado por una poderosa armada de 5oo mercantes escoltados por noventa y dos buques de guerra, tripulados
por 30.000 marineros. Esta flota embarcó un ejército de 15,500 hombres, formado por 10,000 soldados de infantería y 5,000 de caballería, con una fuerza menor de 400 soldados destinados a Cerdeña, para proporcionar asistencia militar directa para la revuelta de Godas. De manera
crucial, se acordó de antemano con los ostrogodos que no solo habría comida sino un gran número de caballos disponibles para que la expedición comprados durante su estancia en la costa de Sicilia. La caballería era una mezcla de regulares romanos endurecidos, por las guerras
persas, más la elite bucellarii de Belisario, unos 1.000 jinetes, más 400 herulos foederatii, y 600 Massagetae, nómadas de la estepa. Esta era la fuerza expedicionaria que asaltaria el África vándala.
Escribiendo desde la perspectiva de lo que resultó ser una campaña victoriosa, Procopio jugó con la idea de que los vándalos habían sido corrompidos por la riqueza de su reino del norte de África y habían perdido su ardor guerrero. Procopio escribo, de acuerdo a las normas de la
historiografía grecorromana clásica, y trato de proporcionar una explicación moralizadora de la derrota de los vándalos. En esta visión clásica, los resultados son dictados por las virtudes y los vicios de los principales actores. Los individuos virtuosos generaron buenos
resultados, mientras que el desastre es producto de la debilidad moral. Debemos de tratar con cautela la explicación de Procopio de la derrota de los vándalos, pero no su descripción de los estilos de vida de la élite vándala encuentra coincidencias en otras fuentes.
Los hallazgos arqueológicos de villas suntuosas, así como determinadas imágenes, acerca de la etiqueta ceremonial e incluso la moda de la corte vándala, que imitaban directamente el lujo romano tardío, demuestran que Procopio tenía razón. Los vándalos eran unos fashion victims
Al estudiar la obra literaria de Dracontius con detenimiento, nos deja claro que los vándalos pronto disfrutaron de un estilo de vida decididamente romano. El latín clásico, todavía se enseñaba en las aulas.
Dracontius también confirma la descripción de Procopius de como los vándalos disfrutaban de los baños, el teatro y las carreras de caballos, así como de la caza. El reconocible carácter romano de la corte vándala refleja una evolución interna que no nos debe hacer olvidar el
grado de violencia con que originalmente los vándalos se habían asentado en África. La clave de la victoria para Belisario estaba en eliminar a la élite Vándala Alana, terrateniente y militarizada, que había tomado posesión de los mejores activos agrícolas de la Proconsularis,
hace más de un siglo. El hecho de que esta élite había adoptado muchos elementos del estilo de vida romano y que el reino en su conjunto funcionaba con estructuras administrativas romanas, no cambió los planes iniciales de ocupación.
Resulta imposible en términos militares, sobreestimar la importancia del hecho de que la flota vándala estuviera desplegada en Cerdeña. Después de que Genserico se apoderó de Cartago en 439, Constantinopla y Ravena coordinaron tres intentos serios durante los siguientes treinta
años para reconquistar el reino vándalo. Todos terminaron en fracaso y dos en desastre. El problema era transportar y desplegar un continente lo suficientemente grande al norte de África. La expedición del 441/2 se había concentrado en Sicilia cuando a la par de estaba
organizando la primera de las campañas de Atila en los Balcanes. El ataque 🆚 los vándalos se abandonó, pues las tropas orientales tenían que volver urgentemente al limes danubiano.
En 461 el emperador Maioriano reunió un ejército en Hispania para atacar desde un punto más cercano. Genserico se enteró de la operación y destruyó la flota que aún estaba en el puerto, un desastre que condujo directamente a la defenestración y muerte del emperador.
En 468, una gran armada romana había zarpado desde Constantinopla, al mando del cuñado de León I, el futuro usurpador Basilisco. Navego sin problemas y arribó a la costa del norte de África, pero la armada quedo aislada por vientos hostiles en una costa rocosa en la que no podía
desembarcar, siendo presa fácil para un ataque relámpago vándalo, como así ocurrió. Las pérdidas fueron terribles, y el fracaso de la expedición (costo cien mil libras de oro) llevó a la bancarrota a León I y marcó el final de los intentos de mantener a flote el Imperio Romano de
Occidente. En su relato de la expedición del 533, Procopio destaca los ingeniosos arreglos de señalización de Belisario para mantener a su flota de seiscientos barcos juntos incluso cuando navega de noche y la habilidad de Antonina, la esposa del general, para mantener el agua
fresca en los largos viajes por mar, lo que demuestra que la expedición naval se organizó al detalle. Pero a pesar de todo las tropas estaban aterrorizadas de estar en el mar, lo cual era razonable dado el destino de la expedición del 468. Al final, la ausencia casual de la flota
vándala en lugar de los arreglos de señalización o un suministro abundante de agua dulce fue lo que permitió a Belisario desembarcar a su ejército sin ninguna oposición. Según lo narrado por Procopio, la armada de partió de Sicilia con total confianza. Después de breves paradas
en las islas intermedias de Gozo y Malta, llegó al cabo de Caput Vada (ahora Ras Kabudia) en la provincia de Byzacena, más o menos tres meses después de dejar Constantinopla.
Nunca antes un ejército romano, occidental, oriental o combinado, logró desembarcar sin ser hostigando en las orillas del reino vándalo. Belisario tenía una oportunidad única, y su tarea ahora era aprovecharla al máximo.
Se reunió un consejo de guerra y se presentaron varios planes. Archaelaus, el principal oficial administrativo de la expedición, instó a la expedición a navegar de inmediato hacia Cartago, ya que era el único puerto fortificado que podía ofrecer una base segura tanto para la
flota como para el ejército. Pero Belisario no quería correr más riesgos con los vientos del Mediterráneo y ordenó un desembarque inmediato, para gran alivio de sus soldados.
Rápidamente se construyó un campamento fortificado y se obtuvieron alimentos de los alrededores. El tiempo era esencial, y el general se movía rápido. En tres días, tal vez el tiempo suficiente para superar cualquier mareo y volver a poner en condiciones a los caballos, el
ejército comenzó a moverse hacia Cartago. Una vanguardia de trescientos jinetes fue enviada a unos cinco km por delante del cuerpo principal, y los seiscientos Massagetae se desplegaron como una fuerza de flanqueo aproximadamente la misma distancia a la izquierda.
La infantería estaba en el medio, y Belisario se quedó atrás con el resto de la caballería. Su plan era marchar hacia el norte a lo largo de la carretera principal, en gran parte costera, desde Caput Vada a Cartago, pasando por Lepcis Minor, Hadrumentum y Grasse
La flota tenía que mantener el ritmo en las aguas costeras lo mejor que podía. Al cuarto día del inicio de la expedición, el 13 de septiembre, el ejército llegó a la ciudad de Ad Decimum, y comenzó la batalla. Gelimer había quedado aturdido por la repentina llegada de la flota
enemiga, y sus fuerzas restantes, aparte de los siete mil hombres enviados a Cerdeña, estaban muy dispersos. Él mismo se alojaba en una finca real en el sur de Byzacena. Belisario había desembarcado relativamente cerca por casualidad, lo que aún causó un efecto sorpresa enorme.
La respuesta de Gelimer fue tratar de atrapar a los romanos en una pinza por tres ataques. A su hermano Ammatas se le ordenó ir al sur de Cartago. Ammatas se le dio la orden de ejecutar, al depuesto rey Hilderic, justamente lo que Justiniano y su general deseaban que hiciera.
El mismo Gelimer intentó atrapar a los romanos desde la retaguardia con sus fuerzas, mientras que un tercer cuerpo de dos mil hombres, bajo el sobrino del rey Gibimundus, atacaría desde el flanco occidental.
Un plan sobre el papel perfectamente plausible, pero como siempre en
un mundo sin comunicaciones de radio, la coordinación de las fuerzas dispersas resultó extremadamente difícil, por lo que la primera batalla de la campaña africana fue una serie de escaramuzas aisladas.
Alrededor del mediodía, los trescientos hombres de caballería de Belisarius se encontraron con Ammatas y un guardia que se movía hacia el sur desde Cartago, con el grueso de sus hombres desplegados trás él a lo largo de la carretera en compañías de veinte o treinta, hombres.
El comandante romano, Juan entró en acción y eliminó al hermano de Gelimer casi de inmediato, momento en el que todo el resto de la guardia Vándala huyó, pero no antes de que Ammatas hubiera matado personalmente a una docena de los #bucellarii de Belisario.
El siguiente enfrentamiento se produjo a unas 12 km tierra adentro de Ad Decimum. Gibimundus con sus dos mil hombres se topó con la guardia de Belisario de seiscientos Massagetae, estos derrotaron a sus oponentes, siendo eliminados como fuerza de combate efectiva.
Belisario, inconsciente de todo esto, continuó su avance y, al encontrar un buen lugar para acampar, estableció una empalizada para su Infantería a unos 6 km al sur de Ad Decimum, mientras él mismo avanzaba con el resto de su caballería. Los cuatrocientos heruli, avanzaron
primero, seguidos por ochocientos de los regulares de Belisario bajo Uliaris, mientras que el general mismo se puso a la zaga con el resto, unos tres mil hombres. Después de enterarse del encuentro anterior de Juan con Ammatas, los Heruli se lanzaron a golpear el cuerpo principal
de Gelimer, que había avanzado a Ad Decimum en una ruta paralela a la carretera principal de la costa de Belisario. Los Heruli fueron rápidamente derrotados y huyeron.
Furioso, Belisario dio la vuelta y se dirigió hacia el norte con una fuerza combinada de cuatro mil jinetes para buscar a Gelimer. Procopio afirma es que si el rey vándalo hubiera continuado presionando, podría haber ganado, ya que habría tenido una gran ventaja numérica, pero
al final resultó que no había ninguna batalla, sino simples escaramuzas. Gelimer había encontrado el cadáver de su hermano y, presumiblemente, también había descubierto el destino de su sobrino. Al no tener interés en una nueva batalla, nunca pudieron ordenó una retirada general,
no de regreso a Cartago, lo que le habría permitido al menos atrapar a la avanzadilla de Juan. Cuando la caballería de Belisario avanzó, no encontró a ningún un ejército vándalo dispuesto para la batalla, sino un enemigo en plena retirada. Al anochecer, los Massagetae y las
unidades de Juan regresaron, y Belisario sabía que el camino hacia Cartago estaba abierto. El ejército romano había ganado su primera gran victoria sin realmente planearlo. La infantería nunca abandonó su campamento.
El 14 de septiembre, todo el ejército se trasladó a las afueras de Cartago. Belisario estaba preocupado por una posible emboscada, también quería evitar que sus soldados se aprovecharan del anochecer, que se acercaba rápidamente para comenzar a saquear, aunque no pudo evitar que
algunos barcos se deslizaran en el puerto para participar en un pequeño saqueo privado. No había ninguna trampa, y al día siguiente el ejército romano entró triunfante en la ciudad, Belisario se instaló en el palacio real de Vándalo, que anteriormente era el hogar de generaciones
de gobernadores proconsulares de Roma, para disfrutar de un almuerzo originalmente preparado para Gelimer. Tras una semana del desembarco, los soldados de Belisario se encontraban a salvo en la ciudad más grande del norte de África.
El contraste con las expediciones fallidas de 441, 461 y 468 no podía ser mayor. Belisario cauteloso como siempre y consciente de que la captura de Cartago ya era un premio mucho más grande que el requisito mínimo de la expedición de Justiniano, reconfortó cuidadosamente la
ciudad. En primer lugar reforzó las murallas, envío mensajes a Constantinopla, junto con algún botín selecto, se concentró en ganarse a la población romano-africana. Sus soldados fueron asignados a las viviendas de la ciudad de acuerdo con el procedimiento habitual
Todos los suministros fueron comprados y escrupulosamente abonados. Los saqueadores debidamente castigados. Gelimer comenzó a reorganizar el contraataque. Envió mensajes a Cerdeña para llamar a la flota y sus siete mil soldados de élite de regreso a África. También trató de jugar
la baza diplomática solicitando ayuda externa. Envió una embajada a los visigodos, solicitando ayuda, pero llegaron a Toledo cuanto los romanos estaban anuncando la captura de Cartago. Gelimer trató de reclutar a los bereberes pero estos no estaban muy dispuestos a luchar por
sus antiguos enemigos. A finales del otoño, Gelimer se sintió preparado para renovar las hostilidades. Avanzando hacia Cartago, cortó uno de los acueductos de la ciudad y ofreció recompensas a los campesinos romano-africanos que emboscadas incursiones forrajeras de la caballería
de Belisario. También usó sus contactos dentro de la ciudad para sembrar la disidencia dentro de las filas de Belisario. A los Massagetae se les ofrecieron grandes recompensas por cambiar de lado, pero Belisario actuó rápidamente y abortó la traición.
Empalo públicamente, a unos cuantos soldados para insistir en que, si bien no permitiría que su ejército maltratara o saqueara a la población indígena del norte de África, la deslealtad sería castigada como traición.
Gelimer no tenía ningún deseo de iniciar en una guerra
de asedio 🆚 Cartago, recientemente fortificada, por lo que la iniciativa táctica permaneció con Belisario. El enfrentamiento vendría cuando estuviera listo. Tres meses después de la batalla de Ad Decimum, Belisario marchó con su ejército. La avanzadilla estaba compuesta por el
grueso de la caballería que había triunfado en el enfrentamiento anterior, bajo el mando del mismo Juan. No muy lejos, se encontraba el cuerpo principal bajo el mando Belisario, que comprendía toda la infantería y una fuerza menor de quinientos hombres. Por la noche, Gelimer y su
ejército se concentraron en Tricamarum, a unos treinta kilómetros de Cartago. Los vándalos habían cerrado su campamento con una empalizada fortificada para proteger a sus mujeres e hijos.
El día de la batalla comenzó tranquilamente; alrededor del mediodía, los vándalos salieron
de su campamento y se detuvieron a un lado de un pequeño arroyo. Juan hizo lo mismo con sus fuerzas en la otra orilla, pero antes de que pudieran comenzar los combates, Belisario llegó con la caballería que le quedaba, la infantería lo siguió lo mejor que pudo.
El siguiente movimiento de Belisario fue iniciar un ataque general, cruzando el arroyo con toda su caballería. En todos los frentes, los romanos dieron lo mejor de sí, llevando a sus oponentes de vuelta a su posición inicial con la pérdida de menos de cincuenta hombres, mientras
que los vándalos perdieron ochocientos. A estas alturas, la infantería romana había llegado, y Belisario comenzó a preparar un asalto a gran escala programado para media tarde. Pero no era necesario. A la llegada de la infantería romana en masa, Gelimer se retiró en pánico.
La resistencia colapsó, y los vándalos derrotados, acompañados por sus mujeres y niños, fueron eliminados mientras corrían. Como el campamento vándalo contenía una gran cantidad de riqueza, el ejército de Belisario, perdió rápidamente su cohesión, pasando de la lucha al saqueo
Gelimer siguió huyendo hacia el oeste a lo largo de las ciudades costeras de su antiguo reino. Los romanos partieron en su busca y capturaron el tesoro real. Gelimer huyó hacia el inaccesible Monte Papua en la frontera de Numidia, para marzo del 534, negoció su rendición.
En este punto, la conquista del reino vándalo se convirtió en un operación de limpieza. Las pequeñas fuerzas expedicionaria romanas ocuparon las posesiones de ultramar de los vándalos: Cerdeña, el promontorio más occidental de Sicilia, y una serie de ciudades costeras que
conducen al oeste hacia el Estrecho de Gibraltar. En el verano de 534, el propio Belisario pudo regresar a Constantinopla para contrarrestar las acusaciones de posible traición de su parte, que sus celosos compañeros habían estado murmurando. Regreso con Gelimer y una gran
cantidad de prisioneros Vándalos . Justiniano recompenso a su general lo mejor que pudo. Belisario se convirtió en el primer no emperador en recibir un triunfo formal en medio milenio, un hecho realmente inaudito.
La ruptura de esta tradición enfatiza lo extraordinaria e inesperada que fue la destrucción del reino vándalo, a manos de Belisario, y la importancia política que tuvo para el régimen de Justiniano que se encontraba su momento más oscuro, dicho triunfo. Los ciudadanos de
Constantinopla presenciaron un gran desfile donde Belisario condujo a través de la ciudad a sus soldados, mostró a los vándalos (sobre todo, la cautiva familia real del vándalo), y una gran cantidad de tesoros capturados, aunque la antigua ceremonia fue cuidadosamente
re-coreografiada para subrayar el aspecto general del dominio de Justiniano. La llegada de Belisario a Constantinopla con sus prisioneros marcó la destrucción completa del reino vándalo. Después de diez meses del desembarco en Caput Veda, todo había terminado, y la mayor
parte del ejército no había salido de su campamento. En retrospectiva, es fácil dar por sentada esta asombrosa victoria, pero su naturaleza merece una reflexión cuidadosa, por el papel que desempeñó en el desarrollo de la política de Justiniano. En parte, el éxito de Belisario se
debió al simple hecho de que, esta vez, los romanos orientales pudieron desembarcar un ejército en las costas del norte de África, una hazaña que sus antecesores no habían logrado en tres ocasiones. Hubo otro aspecto importante que la flota vándala no estaba en sus bases.
El liderazgo de Gelimer también dejó que desear, al menos como lo presentó Procopio. Tal vez podamos perdonar sus negociaciones de rendición, ya que cualquiera estaría clínicamente deprimido después de una catástrofe tan asombrosa. Pero parece que se retiró muy rápido en
Ad Decimum para encontrar el cuerpo de su hermano, cuando un liderazgo más decidido podría haber envuelto las fuerzas de Juan. Sabemos que Gelimer era un líder endurecido que había actuado de manera efectiva contra los bereberes. Todo esto nos sugiere que el colapso del liderazgo
de Gelimer fue más efecto que la evidente superioridad en el campo de batalla del ejército de Belisario, como se desprende claramente en la destrucción de la fuerza de flanqueo de Gibimundus y la carnicería de Tricamarum.
El éxito de Belisario (aparte de lo implicó un desembarcó intacto) se encuentra en la transformación del ejército romano del siglo VI. La adopción del arco huno y las doctrinas tácticas que permitían combinaciones más eficaces de unidades de caballería ligeras y pesadas
junto con el mantenimiento de un eficaz infantería pesada (que apenas participó), les proporcionó la victoria sobre los vándalos. El ejército de Gelimer poseía una gran cantidad de caballería, como lo demuestra el hecho de que los cautivos vándalos se convirtieron en unidades de
caballería romana en el frente oriental. Entre las unidades vándalas no hay ninguna mención del uso de arqueros a caballo. Tampoco se menciona un ataque combinado de caballería ligera y pesada. En gran medida, la derrota de los vándalos se debe al hecho de que fueron atrapados
en una guerra del siglo VI con un ejército del siglo V. La revolución estrategica que tuvo la caballería dio a los ejércitos romanos orientales una ventaja abrumadora sobre las fuerzas ahora obsoletas del reino vándalo.
Las consecuencias de esta revelación estaban a punto de sentirse en todo el mundo mediterráneo y en gran parte del Cercano Oriente, la #RenovatioImperii acaba de iniciarse y su éxito viene de la mano de una revolución militar.
Hasta aquí hemos llegado, espero que os haya gustado
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