Thread by @Galieno_Augusto

Hoy hablamos de como el emperador Teodosio enfrento el desastre de Adrianopolis reformado el ejército y las capacidades estratégicas de la Pars Orientis. Hilo va damas y caballeros ⬇ ⬇ ⬇ #Historia

La derrota sufrida por Valente el 9 de agosto del 378 sacudió los cimientos del imperio. Las pérdidas habían sido muy graves, algunas de las mejores unidades habían sido destruidas y una gran parte del territorio del Bajo Danubio quedaba a merced de los godos.

El alcance de la derrota de Adrianópolis, no escapó para ninguno de los contemporáneos, cristianos o paganono, ya fuera para Gregorio Nacianceno o para Libanio, demostró inequívocamente la dramática situación que atravesaba el Imperio.

Los primeros informes que recibió Teodosio cuando llego a Constantinopla en otoño del 378, como emperador no eran nada halagüeños. Había caído El magister peditum Sebastiano, 35 tribuni militum y unos 10.000 hombres junto con el emperador Valente.

Teodosio era consciente de tener que hacer frente a una desesperada escasez de oficiales con experiencia y reclutas físicamente aptos para el combate. Un ejército capaz de recoger la gran tradición romana y defender o restaurar las antiguas fronteras tuvo que ser reconstruido

casi desde la nada. Para garantizar la seguridad de la Pars Orientis, era necesario encontrar nuevas soluciones a dificultades militares sin precedentes, cambiando no solo la estructura y el diseño de las unidades, sino también los principios de su uso estratégico y táctico.

Comparadas las legiones de Julio César con las de Teodosio después de más de cuatro siglos de transformaciónes, el equipo y la ropa eran en gran parte diferentes, más numerosas eran las tropas ligeras y la caballería que acompañaba a las legiones, pero seguía siendo una fuerza

cuyo núcleo esencial eran las unidades de Infantería pesada bien entrenada, cuya superioridad táctica sobre cualquier adversario se manifiesta por su orden cerrado. Las otras unidades tenían sobre todo la función de apoyar y proteger a la infantería, algo que no habían podido

hacer en Adrianopolis, o de llevar a cabo tareas importantes pero complementarias, como el reconocimiento, la vigilancia de las líneas de comunicación, el encontrar posiciones estratégicamente importantes del enemigo...

No podemos reconstruir las diferentes fases del cambio que se va a producir entre finales del siglo IV y principios del VI. Tenemos reconocer que el ejército conducido a la victoria por Belisario en Dara es diferente del derrotado en Adrianópolis 150 años antes.

Las legiones de infantería pesada, columna vertebral de los ejércitos de Roma, fueron reemplazadas, que no suprimidas gradualmente por unidades de caballeros armados con lanzas y arco; se redujo el tamaño de los ejércitos; y los mandos militares superiores, divididos entre las

dos armas principales, infantería y caballería, se unificaron en un único mando como eran los magistri utriusque de Tracia, del Oriente, de Illyricum y de cada uno de los✌ejércitos praesentia Augusti, destinados como reserva en Constantinopla a disposición directa del emperador

Al estudiar el despliegue del ejército Oriental a través de la Notitia Dignitatum observamos que parece concebido como una defensa en profundidad estructurada en tres niveles complementarios: más cerca de la frontera encontramos las unidades asignadas a la defensa de las

provincias al mando de la duces, pero que ahora son constituidas como novedad por tropas móviles. Detrás de ellos, escalonados a lo largo de las principales líneas de comunicación que penetran en el corazón del imperio, se despliegan las unidades de lo que podríamos llamar

"ejércitos regionales", bajo las órdenes de los oficiales superiores que llevan, como ya se mencionó, el nuevo título de magistri utriusque para Orientem, para Thracias, para Illyricum y finalmente, ubicados en las inmediaciones de Constantinopla, se encuentran los dos ejércitos

de la reserva, bajo el magistri utriusque militiae in praesentia Augusti, o magistri militum praesentales, las tropas de élite del Imperio Cuando hablamos de la reorganización del ejército por Teodosio, no podemos olvidar que en octubre de 382, ​​se llega a un acuerdo con los

godos, aceptándolos en el Imperio y otorgándoles subsidios a cambio de la obligación de prestar ayuda militar. El foedus con los godos se concluyó a pesar de la fuerte disidencia en la corte, y a menudo fue juzgado por los historiadores modernos, a la luz de lo que sucedió en las

décadas siguientes, como una prueba fatal de debilidad por parte de Teodosio. En realidad, no había otro tipo de solución para el problema godo en ese momento, y la alianza no solo era la salida de la crisis, sino también la única disposición que podía restaurar las condiciones

mínimas de coexistencia pacífica y Desarrollo económico en las provincias del Danubio.
El supuesto vínculo de causa y efecto entre la política germana de Teodosio y el colapso de la Pars Occidentis en el siglo quinto terminó desviando la atención de las disposiciones

estructurales que, en el ámbito estratégico y organizativo, rediseñaron el sistema defensivo romano-oriental durante su reinado. y que por lo tanto constituyen el verdadero punto de partida para la historia militar del mundo bizantino

El arte de la guerra estaba cambiando profundamente desde finales del siglo IV, y Teodosio rico la suficiente capacitará estrategica de percatarse de esos cambios y adaptarse a las nuevas circunstancias. Las confederaciones bárbaras tendían a evitar las grandes batallas, en las

que la organización y la disciplina de las legiones romanas casi siempre podían garantizar la victoria, y tendían a emboscadas y guerras de guerrillas. Confrontación militar con el imperio se transformó en una serie de escaramuzas desconcertantes y prácticamente ininterrumpidas

Para enfrentarse al enemigo y obligarlo a aceptar la batalla, los ejércitos romanos a menudo tenían que cubrir grandes distancias con marchas forzadas para interceptar a las hordas de bárbaros. La novedosa figura del magister utriusque militiae se explica por el reconocimiento,

de Teodosio y sus generales, de la necesidad de un nuevo enfoque táctico, basado ya no en la distinción entre la fuerza de impacto de la infantería pesada y la fuerza de cobertura constituida por las unidades a caballo, sino en la cooperación entre ambas armas.

Igualmente importante entre las novedades expuestas por Teodosio fue el tamaño para los ejércitos. A cada magister utriusque se le asignaron 20,000 hombres, con diferentes proporciones entre caballería e infantería según las necesidades. Desde finales del siglo IV, se percató de

lo difícil que era dar suministros adecuados a ejércitos de 20,000 hombres, ahora en su mayoría a caballo, moverlos dentro de las provincias sin agotar sus recursos y finalmente desplegarlos y controlarlos efectivamente en batalla. La tercera innovación introducida en la era

teodosiana se refiere, más generalmente, a la definición de una doctrina estratégica basada en la defensa en profundidad y en la respuesta flexible a las amenazas presentadas por enemigos externos.

Esto no es una novedad en sentido absoluto: durante el reinado de Constantino, se crearon contingentes de comitatenses a disposición del mando central. Durante el siglo IV, como testifica Ammiano Marcelino , se logró una distribución más compleja de las fuerzas El despliegue de

tres niveles esta documentado por Notitia. Los rangos militares más altos son los de los dos magistri militum praesentales, cada uno responsable de un ejército de aproximadamente 21,000 hombres, compuesto por un porcentaje bastante alto de unidades de caballería (28.6%).

Inmediatamente después de ellos, en el orden jerárquico y lógico del sistema, están las legiones del magistri utriusque, ubicados en los tres sectores principales en los que se había dividido el territorio de los pars Orientis - Oriente, Tracia e Iliria.

Finalmente, en el nivel, estaban los duces responsables de la defensa avanzada de sectores de la frontera, al frente de unos 10.000 hombres, constituidos en gran medida por Tropas a caballo. Tres anillos defensivos que se habrían activado, de acuerdo con la gravedad de la amenaza

a enfrentar, en un desarrollo lógico y coherente de la estrategia defensiva desarrollada desde Constantino. La verdadera sorpresa es la subdivisión de la reserva de tercer nivel, correspondiente a los comitatenses más antiguos, en dos ejércitos praesentales de reserva

Disposición no solo funcional para las capacidades logísticas del sistema militar de la época, sino adecuada para la geográfia particular de los pars Orientis. Constantinopla se asento en un punto estratégico en el que era el centro de comunicación terrestre y marítimo desde el

cual la península noroccidental de los Balcanes y la península sudoriental de Anatolia se extienden en direcciones opuestas. Aunque ambos estaban protegidos por limeas fortificadas, tenían que defenderse en profundidad haciendo uso tanto de los ejércitos regionales como de la

reserva central. En la hipótesis de que fueron atacados al mismo tiempo, el imperio contaba con dos reservas centrales distintas los ejércitos praesentia Augusti. En el peor de los casos, habría sido posible enviar rápidamente estos ejércitos, con su propia organización y

cadena de mando, desde la capital hasta los puntos del Límes amenazados por el enemigo A fines del siglo IV, la Pars Orientis puso en práctica esta máxima Era esencial no arriesgar una derrota similar a la de Adrianópolis, y contar con fuerzas en profundidad en caso de emergencia

La gran estrategia defensiva de los pars Orientis se redefinió durante el reinado de Teodosio y se mantuvo hasta mediados del siglo VII, cuando la expansión árabe cambió para siempre la situación política, religiosa y militar del mundo mediterráneo. Comparado con el modelo de

Constantino, basado en la división entre comitatenses y limitanei, la piedra angular del nuevo orden fue la introducción de un nivel intermedio, con la doble función de resolver crisis locales o, en el caso de amenazas más graves, de dar al emperador tiempo necesario para hacer

que las tropas de la reserva central se muevan y desplieguen de manera adecuada. El sistema de defensa así concebido tenía que ser capaz de hacer frente a todo tipo de dificultades, incluido un ataque simultáneo en los dos frentes principales; A fines del siglo IV, con los

hombres y los medios a disposición del gobierno de Constantinopla, habría sido imposible hacerlo mejor. Y hasta aquí hemos llegado, espero que lo leáis con interés.