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Hilo: Historia del apellido Japón.
A principios del siglo XVII (Era Keicho) se dieron por terminadas las guerras civiles entre clanes y la unificación del país como nación única gracias al Shogun Tokugawa Ieyasu y al Emperador. 
Un samurái y posteriormente damyo de Mutsu (señor feudal que gobierna con autonomía bajo el permiso del shogun) y fundador de Sendai, Date Masamune (1567-1636) conocido como “El dragón tuerto” porque le faltaba un ojo era uno de los señores feudales con más poder del país.
En 1611 un tsunami destrozó el feudo y necesitaba dinero para reconstruir la economía de su territorio y vio en Nueva España la oportunidad de establecer rutas comerciales. El shogunato dio permiso ya que siempre tuvo interes en establecer comerciar con la Corona de Castilla.
Por su parte, las cortes de Castilla no tenían tanto interés en comerciar con Japón sino en llenar Japón de curas y evangelizar a los japoneses (cosa que no lograron nunca), por ello en los acuerdos siempre incluían la condición de enviar siempre más monjes, sacerdotes, etc...
Uno de estos monjes fue Fray Luis de Sotelo, de la orden de los franciscanos descalzos, se ofrece como misionero y en 1603 llega a Japón, donde es muy solicitado por su dominio del idioma. En 1610 conoce a Date Masamune y lo convierte al cristianismo
En el año 1611 permite el cristianismo en su feudo y Sotelo le informa sobre las posibilidades de abrir nuevas rutas comerciales con el Imperio Español debido a su grandeza y concretamente con España.
Masamune impresionado, extendió la misión Keicho hasta España y su primer objetivo fue intentar obtener de Felipe III un acuerdo comercial directo con España y crear una línea anual entre los dos países.
Otro de sus objetivos, sería asegurar la protección de los cristianos en Japón , por lo que tras establecer los acuerdos con España, seguiría su ruta hasta Roma, para pedirle al Papa más presencia cristiana y abrir una diócesis franciscana en Tohoku, al noreste de Japón.
Para llevar a cabo esta misión, envía al samurai Hasekura Rokuemon Tsunenaga a una expedición junto a fray Luis Sotelo con el objetivo establecer rutas comerciales Japón-España y visitar al Papa Paulo V. Escoge a Hasukura debido a que lucharon juntos en numerosas batallas
Date Masamune financia la construcción del galeón Date Maru o San Juan Bautista y zarpa el 28 de octubre de 1613 del puerto de Sendai junto otros 150 marineros y un grupo de samuráis, todos liderados por Hasekura.
En el galeón también se encuentra un grupo de marineros españoles bajo las ordenes de Sebastián Vizcaino, fray Sotelo se encuentra acompañado por otros dos frailes, en total viajan más de 180 personas.
Tras 3 meses de viaje y muertes debidas a plagas de ratas, cucarachas, el hambre y problemas con el tiempo, el navío llega al puerto de Acapulco (México) y fray Sotelo y Hasekura entregan al virrey Diego Fernández de Córdoba dos cartas escritas por Masamune con sus intenciones.
Hasekuray Sotelo acompañados por un pequeño grupo de japoneses cruzan México hasta Veracruz, donde ponen rumbo nuevamente a Europa desde el puerto de San Juan de Ulua en la flota de Indias comandada por Antonio de Oquendo, el 10 de junio.
El 5 de octubre de 1614 llegan a Sanlúcar de Barrameda, recibidos por el conde de Medina-Sidonia y siguiendo el curso del río Guadalquivir se establecen en Coria del Rio. Por otra parte, Sotelo se establece en el monasterio de Nuestra Señora de Loreto (Espartinas).
El 27 de octubre son recibidos por el Cabildo de Sevilla y el conde de Salvatierra, representante del rey en Sevilla. La llegada por primera vez de orientales a Sevilla supuso un hecho histórico en la historia de la ciudad.
Tras su paso por Sevilla, fray Sotelo y Hasekura logran una recepción con el rey Felipe III, que no tenía muchas ganas de recibir a nadie ya que Hasekura no era un familia del emperador de Japón, sino un simple mandado, pero por recomendación del Consejo de Indias los recibe.
Dio la casualidad de que habian llegado a oidos del rey que en Japón habia comenzado una persecucion de cristianos, lo que hizo que no mostrase mucho interes por comerciar con Japón.
Fray Sotelo decepcionado llega a un acuerdo con la corte, al menos para poder seguir su camino hasta Roma que es bautizar a Hasekura, con el Duque de Lerma y la Condesa de Barajas como padrinos, el 17 de febrero de 1615 quedando Hasekura como Felipe Francisco Hasekura.
Tras varios meses de su bautismo, en agosto de 1615, Felipe III permite a Paco Hasekura y a Sotelo partir a Roma para reunirse con el Papa Paulo V. Llegan a Roma el 3 de noviembre de 1615.
El Papa siendo conocedor de la situación política de Japón no puede hacer nada y los remite a Felipe III alegando que “al Papa lo religioso y lo político al rey” y regresan a España en 1616 desilusionados y , sintiendo cada vez más que la misión Keicho había fracasado.
Antes de llegar a Madrid, el Consejo General de Indias decide hacer recortes y da por finalizada la misión debido a su elevado coste, trasladando a Sotelo y a Paco a Sevilla para poner rumbo a Nueva España.
Alegando problemas de salud, no ponen rumbo a Nueva España y se quedan en el Monasterio de Nta Sra de Loreto durante un año más (en verdad tenían miedo de volver a Japón sin resultados) haciendo gestiones gracias a los contactos del hermano de Sotelo y la nobleza de Sevilla.
Pero el hartazgo de la corona de castilla con fray Sotelo, enviando cartas dia si y dia tambien, hace que finalmente los expulsen de España y los suben en un barco rumbo a Japón.
Hasekura permaneció en Filipinas hasta 1620 cuando tuvo permiso para entrar en Japón, el mismo día que comenzaron las persecuciones a los cristianos en el feudo Masamune por lo que tuvo que abandonar el cristianismo tras huir por recomendación del damyo. 2años más tarde murió.
Fray Sotelo desobedeció la prohibición de entrar en Japón y entra oculto en una embarcación de mercaderes chinos, haciéndose pasar por un ciudadano más (eras sevillano hijo, no iba a colar...).
Masamune pidió su indulto al shogun Tokugawa, pero fue rechazado y el 25 de agosto de 1624, fray Sotelo es quemado vivo en la hoguera. En 1867 es beatificado por el Papa IX.
Aunque la misión fracasó y pasó mucho tiempo hasta que hubiese otra relación Japón-España, desde el desembarco de Hasekura y sus hombres dejó una huella que a día de hoy aún está viva.
Algunos de estos hombres decidieron no volver a Japón ya que habían desarrollado vínculos familiares con mujeres de Sevilla, especialmente en Coria del Rio dando lugar, con su descendencia al apellido Japón.
Según los registros del Ayuntamiento de Sevilla, los párrocos se encontraron con dificultades para escribir los nombres de los padres al bautizar a aquellos niños y niñas, por lo que decidieron apellidarlos Japón (Xapón).
Este apellido fue transmitiéndose generación tras generación como huella de unos de los primeros contactos entre Japón y España. Actualmente en España hay 944 personas con al menos un apellido Japón y 11 con ambos (INE).
