Lo primero, sucedió en Polanco; lo segundo, en Metepec.
Pero el lucro político con la violencia continúa.
AMLO lucró con la masacre que dejaron sus antecesores.
Nadie, porque esto no es de una persona o un salvador; ni siquiera una administración o un partido.
Hay que sentar a los gobernantes de todos los partidos y exigirles la solución que necesitamos, no la que les da más votos o poder (o menos responsabilidad, como a los gobernadores de los Estados).