Thread by @IrvingGatell

1. Dice la Biblia:

"No conviene al necio el deleite. ¡Cuánto menos al siervo ser señor de los príncipes!"

Ahora deja te explico por qué el proyecto lopezobradorista va directo al fracaso.

2. El texto bíblico citado parece clasista, pero basta reflexionar un poco -y nuestra realidad contextual nos ayuda mucho- para entender que lo que dice es completamente cierto.

3. Un "siervo" (alguien de baja condición social) siempre va a tener una capacidad superior a la de los "príncipes" (la gente del poder) para identificar la injusticia social. La gente pobre, mejor que nadie, saben si las cosas van mal o van bien.

4. Pero hay un detalle: Que sepan que las cosas están mal no significa que entiendan por qué están mal. La abrumadora mayoría de los casos, su percepción se limita a que "hay que redistribuir la riqueza".

5. Y es que hay algo que el que tiene poder sí entiende y el de clase social baja no: Cómo se genera la riqueza. Lo que no necesariamente entiende ninguno de los dos es cómo generar riqueza y distribuirla adecuadamente.

6. Las revoluciones fracasan porque, en esencia, son un grupo de gente marginada por el poder que, repentinamente, toman el poder. En lenguaje bíblico, los siervos se enseñorean de los príncipes.

7. Lo más seguro es que los revolucionarios tengan un interés más sincero y genuino en resolver los problemas generados por la injusticia social. Pero la historia ha demostrado que, como norma, no saben cómo. Basta con ver los resultados de cualquiere revolución.

8. Los ejemplos abundan: Francia, Rusia, México, Cuba. Casos en los que hubo una justificación objetiva para la revolución (condiciones de vida insufribles para un amplio sector de la población) pero que culminaron en estrepitoso fracaso.

9. ¿Por qué el fracaso? Porque después de una revolución, el poder queda en manos de dos tipos de personas: Las que quieren redistribuir la riqueza y las que quieren aprovecharse y sacar ventaja.

10. Lo que suele pasar es que los que quieren redistribuir la riqueza piensan que todo es tan fácil como tomar el dinero y repartirlo. Ello pasa por deshacerse de quienes antes tenían el control administrativo de ese dinero.

11. En el imaginario de esta gente, ese dinero es inagotable. Su idea es que la ostentación de los ricos era porque saqueaban la inacabable riqueza del país. Luego entonces, su sueño utópico es usar esa riqueza inacabable para garantizar la felicidad del pueblo.

12. Pero la realidad es que ese dinero se agota muy pronto. Estos benefactores de la humanidad se topan muy pronto con la quiebra, y simplemente no saben qué hacer. En el mejor de los casos, tenían buenos sentimientos. Pero eso no basta para gobernar un país.

13. La norma es que eso genera un profundo descontento social -incrementado por la frustración y decepción-, y eso provoca que poco a poco el poder quede en manos de gente más pragmática, pero menos escrupulosa. Al final, todo queda igual: Déspotas tiranos gobernando gente pobre.

14. Los países más exitosos del mundo han ido por otra ruta. No la de distribuir la riqueza, sino la de garantizar la igualdad de oportunidades.

15. En estos casos, el objetivo no es quitarle al rico para darle al pobre, sino integrar a los pobres a las dinámicas económicas. La razón ese lógica: El dinero siempre se mueve, por lo que sólo hay que construir un esquema en el que los pobres ingresen a ese flujo.

16. Un rico no es rico porque tenga mucho dinero guardado en su casa. Su estatus social existe porque tiene mucho dinero, pero también gasta mucho dinero. Ese dinero que gasta pasa por muchas manos y, eventualmente, regresa a los ricos.

17. El detalle es hasta dónde va ese flujo de dinero. Si tiende a moverse en un núcleo cerrado, se gesta una casta que acapara la riqueza y una mayoría que vive en condiciones precarias. Por eso, la solución no es simplemente quitarle a unos y darle a otros.

18. Si sólo se hace una redistribución arbitraria, tarde o temprano aparecerán los más listos -a veces, los mismos de antes- y volverán a crear su círculo cerrado en el que ellos serán los beneficiados, a costa de una mayoría marginada y pobre.

19. La solución es ampliar el flujo del dinero para que este abarque la mayor cantidad posible de personas, de todos los estratos sociales. Eso empieza con leyes fuertes, políticas fiscales eficientes, prohibición de los monopolios, y libertad económica (libre mercado).

20. Lo podemos ver en los países más exitosos de Europa y Asia. No son países que hayan pasado recientemente por estrambóticas revoluciones, ni lugares donde se le quite dinereo a unos para darlo a otros.

21. Al contrario: Son países con castas empresariales e industriales llenas de multimillonarios que siguen enriqueciéndose. El detalle es que ganan mucho pero gastan mucho, y ese dinero que gastan tiene un flujo que abarca a muchas personas.

22. Por eso, las abundantes clases medias tienen un elevado nivel de vida, y la gente menos pudiente tiene opciones para acceder a la riqueza. Incluso, para volverse millonarios. Es decir, lo único que se ha redistribuido es la posibilidad de trabajar y ganar bien.

23. Esa es la razón por la que el proyecto de López nació condenado al fracaso. Cerrar programas, despedir gente, cancelar contratos, para luego "redistribuir el dinero y darle a los más pobres" es garantía de que, muy pronto, el dinero se acabará.

24. López, un tipo que nunca ha tenido un trabajo realmente productivo, es un ejemplo perfecto del "siervo" en lenguaje bíblico: Alguien que no entiende cómo se genera la riqueza. Por eso cree que todo es cosa de repartirla, algo que "no tiene mucha ciencia" según él mismo dijo.

25. Y es cierto: Hacer las cosas mal y joder al país entero, seguro que no tiene ciencia. Por eso dice la Biblia: No conviene que el siervo se enseñoree de los príncipes. Es el preludio al desastre.

Al tiempo...