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Volvemos con el tema de la evaluación de ANECA. Como ya dije la semana pasada, el caso de Aguilar no era el único. En este artículo se citan muchos más ejemplos. El sistema de requisitos de la ANECA es un despropósito y quiero agregar algunos puntos
elpais.com/elpais/2019/08…
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No repetiré lo que ya dije hace una semana, sino que me limitaré a añadir algunas consideraciones adicionales.
Si a alguien le interesa mi valoración general del sistema de la ANECA, lo puede encontrar en este hilo:
Si a alguien le interesa mi valoración general del sistema de la ANECA, lo puede encontrar en este hilo:
El problema es que el sistema de acreditaciones de la ANECA es solo uno de los muchos problemas que enfrenta la universidad española, y que nos está llevando al desguace. Seamos muy claros al respecto: la universidad española viene de una tradición científica y docente lamentable
Lo fácil es echarle la culpa al franquismo (que por supuesto es muy responsable), pero lo cierto es que nuestra universidad ya era lamentable para los estándares internacionales antes de la Guerra Civil. Hacía siglos que España había dejado de ser una potencia cultural
En democracia, y con muchos esfuerzos, la universidad española había conseguido alcanzar en promedio un nivel cuanto menos mediocre comparado con los sistemas universitarios de Europa occidental, con algunas puntas de excelencia de primer nivel
En los últimos 40 años se ha hecho un salto espectacular de internacionalización y de formación de nuevos investigadores y profesores, que en mi experiencia son totalmente competitivos a nivel internacional (como demuestran los ejemplos comentados)
Pero todo cambió con la crisis, hace diez años. El principal problema, hoy, de la universidad española es de una falta abismal de recursos. Nuestra sociedad está muy lejos de invertir en el sistema universitario lo que invierten, en términos proporcionales al PIB, los países de 
nuestro entorno. A esta carencia de recursos, se suma q nuestras universidades y nuestras plantillas, tras los traumas del proceso de Bolonia y d los recortes, han quedado paralizadas y con una actitud defensiva, q están impidiendo poner en marcha procesos innovadores ambiciosos
A esto debemos agregar la pesadilla de las agencias de calidad. No se trata únicamente del escándalo de las acreditaciones a catedrático (que también se da, por cierto, en niveles más bajos), sino de la enorme maquinaria burocrática que han puesto en marcha para acreditar...
nuestros programas docentes. Nuestras universidades están teniendo q dedicar una ingente cantidad de recursos (horas de trabajo de profesores y personal técnico), en un contexto, recordemos, de recursos mermados e insuficientes, a pasar por el sistema de acreditación de agencias
q no sirve absolutamente para nada más q para dilapidar dinero público. Alguien debería evaluar la calidad y el impacto real de nuestras agencias de calidad. Y a todo ello se agrega un último punto. Nuestra universidad, a pesar de las mejoras significativas que tuvo hasta 2010,
viene de donde viene. En nuestros claustros de profesores conviven investigadores jóvenes internacionalmente competitivos y reconocidos, con momias, muchas de ellas catedráticos, que no pasarían ni el filtro para ser profesor ayudante doctor el nivel más bajo dentro de la carrera
académica. Algunas de estas momias critican a los investigadores que no obtienen la acreditación de la ANECA por no acumular (a peso) suficientes horas de clase. Pero muchos de estos escándalos se dan con investigadores que han obtenido ayudas europeas extremadamente competitivas
y las momias que les critican no serían capaces ni de rellenar en inglés los papeles que hay que presentar a Bruselas para competir por ellas. Esto también nos pasa. Pero vamos, el principal problema, como ya he dicho, es de infrafinanciación.
