Thread by @Undercover_Camo

#RelatoCorto

Lunes de invierno, en #Euskadi a las 6:00 de la mañana hace un frío de cojones como dirían algunos. Una persona con un trabajo normal empezaría hoy la semana, se podría decir que nosotros todavía no hemos acabado la anterior.

Huele a café, ese olor que normalmente gusta por la mañana mientras escuchas la radio o ves la televisión, lo que no gusta tanto es escuchar como ha habido otro asesinato de un compañero, este último 24 años, soltero y su familia más cercana a 700 km, no podrá verles jamás.

Al salir del portal me ato los cordones de las botas que casualmente llevo desatados y con un rápido vistazo miro los bajos del coche. Aun no viendo nada sospechoso, siempre cierras los ojos al arrancar y notar el ronroneo del motor sin ningún sobresalto, un día más ¿o uno menos?

Hoy toca reunión con un Oficial de Madrid, vienen a darnos información precisa según dicen ellos, mientras me dirijo al lugar indicado me pregunto si dicho oficial será de sangre azul o tendrá esa mirada típica de quien pasa por aquí. Una mirada intensa, dura y sin contemplación.

Como siempre, llego antes de la hora establecida y a una distancia prudente del lugar. Segundo café, este descafeinado junto a la cristalera de la cafetería. A los pocos minutos llegan dos vehículos bastante limpios y nuevos, deben ser ellos, no hay dudas. Poca calle han pisado.

Los dos coches aparcan juntos, salen varias personas. Solo un chófer se queda en un vehículo. El chófer sale del vehículo y se acerca al bar, con la ropa que lleva se nota que va armado. Coge un periódico, parece que no aguanta sin ir al baño un par de horas.

Antes de salir pido una botella de agua y cojo una servilleta en la que escribo una frase. Me dirijo al vehículo y en la acera vacío la botella, en menos de un minuto abro la puerta. Coloco la servilleta en la guantera y arrojo la botella vacía en los asientos traseros.

En el piso los oficiales de Madrid sacan varias carpetas con documentación, tras una hora discutiendo varios detalles de personajes nos disponemos a marchar. Cojo una mochila y me cambio en el baño, aparezco como un pintor y meto en la caja de herramientas la documentación.

Extrañados me miran y veo sonrisas en sus caras. ¿Qué ocurre Capitán, no me queda bien? Encantado de conocerle, por cierto me he fijado que su chófer buscaba algo en la guantera, no sé si se le ha olvidado algo en el viaje. La próxima vez que venga le invito a unos "katxarros"

Bajo con mi mono de color blanco desgastado y salpicado de colores. Pongo el maletín de metal en el suelo y me siento encima comiendo un bocata, al poco salen y se montan en los vehículos. Lo primero que hace el Capitán es abrir la guantera y ver la servilleta.

¿Qué pone en la servilleta? "¡Boom! Lo siento Oficial, está muerto. Dígale a su chófer que si quiere ir al baño lo haga antes, le he dejado una botella vacía para cuando quiera mear que no salga del coche. Aquí los despistes matan, le dejo la servilleta como recuerdo del norte".

Me mira mientras una gota de sudor corre por su frente y puedo leer en sus labios "que hijo de puta". Le guiño un ojo y disimuladamente hace el saludo marcial tan característico de la benemérita.