Thread by @fernando_atria

Hoy en la sala de profesores de la Facultad de derecho, antes de mi clase, me encontré con un connotado profesor de derecho, no precisamente de izquierda, que con cierto aire de suficiencia me preguntó:

"¿Por qué nadie te ha respondido diciéndote que obviamente lo que el cotizante tiene no es propiedad sobre sus ahorros, sino un derecho de crédito cuyas condiciones son fijadas por la ley? Porque que se trata de eso es obvio para cualquier que sepa algo de derecho civil!"

La pregunta es enteramente válida. ¿Por qué no responden eso, y salen así limpiamente del paso?

RESPUESTA:
Es que eso implicaría reconocer que todo el discurso de la propiedad, con la que se han llenado la boca estos 40 años, es falso, ha sido pura propaganda.

Porque lo mismo (=que lo que el cotizante tiene no es propiedad, sino un derecho de crédito cuyas condiciones son fijadas por la ley) vale para cualquier sistema de pensiones, que en todo caso contendrá reglas que especifican a qué pensión tiene derecho cada cotizante.

Que el sistema de AFP reconozca créditos en condiciones legalmente fijadas, entonces, no es lo que distingue a este sistema. Pero nos han dicho que lo distintivo de él, a diferencia de otros que son propiamente de seguridad social, es que los trabajadores son "dueños".

Si concedieran que en realidad no son dueños, sino sólo tienen un crédito en las condiciones fijadas por la ley, quedaría claro que no yace ahí la diferencia específica del sistema de capitalización individual y los sistemas de seguridad social, que se definen por la solidaridad.

¿Donde está, entonces, esa diferencia específica? La respuesta se haría especialmente clara: en el contenido de las reglas que especifican cómo se calcula el crédito al que cada uno tiene derecho: por referencia a la capacidad individual de ahorro.

Eso, en un país en que los salarios son bajos y en que es habitual que los trabajadores tengan períodos de cesantía, implica que las pensiones serán bajas. Pero como la pensión de cada uno depende de la capacidad de ahorro de cada uno, la culpa de su baja pensión es... suya.

Por cierto, cada trabajador no tiene responsabilidad alguna por esas dos condiciones de la economía chilena. Pero el discurso de la propiedad lo hace responsable de su baja pensión.
Ahí, y sólo ahí, aparece la propiedad: para culpar a los trabajadores de sus bajas pensiones.

"Solo ahí", porque hay en principio otra dimensión en que podría aparecer: Si los trabajadores son dueños de 200 mil millones de dólares, ellos podrían usar el poder que les da ese capital en su beneficio.

Podrían fijar, por ejemplo, políticas de inversión que atiendan a las condiciones laborales en las empresas en que invierten, o nombrar miembros de sus directorios, porque son después de todo, "dueños". Pero se les expropia ese poder, que usan los directorios de las AFPs.

La contradicción es flagrante: la propiedad se justifica porque va en el interés del dueño, pero en este caso es exactamente al contrario: es propiedad en lo que va contra los intereses del dueño, pero no en lo que va en su beneficio.

(mi colega me respondió "aah")