Los disruptores endocrinos son sustancias que se interponen en el funcionamiento normal de nuestro sistema hormonal.
Hace muchos años que se estudian y los tenemos bien caracterizados. Precisamente por eso no se usan ni en cosmética ni en alimentación. Así que no son algo por lo que debamos preocuparnos.
Estos días, con motivo de la promoción de un libro, se está hablando mucho de disruptores endocrinos en los medios de comunicación.
El autor del libro es un médico que muchos conocemos por su constante alarmismo y sus ideas disparatadas. Es alguien que afirma saber más que las autoridades sanitarias, que el propio sistema de la ciencia.
Anda diciendo en múltiples entrevistas que los cosméticos o los plásticos de los tuppers y los biberones contienen sustancias como el bisfenol A. Esto es incorrecto.
Ni los cosméticos ni los plásticos en contacto con alimentos contienen bisfenol A.
Primero porque está prohibido, y segundo porque desde el punto de vista químico, al transformar el bisfenol A en un plástico, el bisfenol desaparece, se transforma en otra cosa inocua e inerte.
Primero porque está prohibido, y segundo porque desde el punto de vista químico, al transformar el bisfenol A en un plástico, el bisfenol desaparece, se transforma en otra cosa inocua e inerte.
Hay quien sabe mucho de endocrinología y de bisfenol A, pero sabe muy poco de síntesis de plásticos.
No obstante, los plásticos usados en biberones y en contacto con comida ni siquiera se sintetizan a partir de bisfenol A.
Así que tampoco parece saber mucho de regulación sanitaria, ni cosmética ni alimentaria.
En una entrevista de hace poco le preguntaron a este médico por qué en la comunidad científica le tachábamos de alarmista. Él contestó “No son comunidad científica, son aficionados que opinan como podrían hacerlo de fútbol o política”.
A esto yo le contesto lo siguiente:
Este señor es la única voz discordante. Siempre es el mismo. Por algo será.
Ninguna afirmación particular está por encima del consenso científico que representan las autoridades sanitarias.
Ninguna afirmación particular está por encima del consenso científico que representan las autoridades sanitarias.
Me parece terrible que este médico, con su cátedra en una universidad española, ande vendiendo miedo a la sociedad. Pero más terrible me parece que los medios de comunicación le den cobertura.
En temas de salud pública exijo información responsable.
