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¿Cómo es posible que Madrid, un territorio que no produce gran cosa, que no ha creado grandes empresas y que no parece vivero de emprendedores, tenga un PIB muy cercano al de Cataluña?

Hoy resumen de 3 artículos de Roger Vinton para ViaEmpresa.

Cataluña representa casi una cuarta parte de la industria española, es el territorio que más dinero inyecta en España a través del turismo, uno de los principales componentes del PIB español (el 15%).

Además, Cataluña es líder destacadísima en las exportaciones españolas, aportando una cuarta parte del total estatal, más del doble que Madrid.

El aeropuerto de Barajas, una instalación monumental, la ampliación de la que a inicios del siglo XXI costó 5.000 millones de euros, una obra que aún lastra las cuentas de AENA por las pérdidas que provoca.

Los resultados negativos de Barajas se ven compensados por los beneficios recurrentes del aeropuerto de Barcelona, ampliado con un presupuesto mucho más modesto y que ya está a punto de saturarse.

Se podría pensar que el aeropuerto madrileño tiene unas cifras de pasajeros a mucha distancia de las del Prat, pero Barajas tiene un tráfico anual de 57,9 millones de pasajeros, mientras que el Prat alcanza los 50,1 millones.

La escasa diferencia se invierte si tenemos en cuenta que el 40% de los pasajeros que aterrizan en Madrid están realizando conexiones.

En El Prat, este porcentaje se reduce hasta el 20%.

En otras palabras, Barcelona como destino final está muy por encima de Madrid.

AENA, un gestor aeroportuario centralizado que es una verdadera anomalía en el mundo occidental, continuamente drena recursos del Aeropuerto de Prat para alimentar el resto de su red.

El tren de alta velocidad inicialmente se llamaba como Francia, TGV, tren de gran velocidad, pero los no-nacionalistas terminaron bautizandolo como "Alta Velocidad Español".

La estructura del AVE tiene otro unir cualquier punto del Estado con Madrid, como ya hicieron con la red radial de carreteras.

Es decir, un enfoque de las infraestructuras basado en criterios ideológicos y casi étnicos, más que económicos.

Renfe y Adif, dos empresas hermanas campeonas de la ineficiencia, el mal servicio y la corrupción.

Principales empresas de Madrid, las que más facturan.

La gran eléctrica española, Endesa, tras una guerra de opas que se inició cuando una empresa catalana Gas Natural la quiso comprar, vino el mantra de "antes alemana que catalana", acabó yendo a parar a manos italianas.

Endesa es en realidad es una amalgama de compañías creadas en otros lugares del Estado que progresivamente han ido quedando fagocitadas por esta sociedad de origen franquista.

Dentro de Endesa reposan los restos de las históricas Fecsa, Enher y Hidruña -todas tres catalanas-, y de compañías hidroeléctricas de Baleares, Aragón, Andalucía y Canarias, básicamente.

Este hecho aún pervive en la nómina de clientes de la firma: 5 millones en Andalucía, 4 millones en Cataluña, 1,1 millones en Canarias, 700.000 en Baleares y en Aragón. Y sí, históricamente cero clientes en Castilla.

Con la documentación emitida por la misma empresa: casi un 30% de su capacidad productiva de energía, el parque de generación, está situado en Cataluña.

Fuera de Cataluña, los territorios con más porción del parque de generación de Endesa son en Galicia y Andalucía, con un 15% cada una.

La periferia de la península, con Cataluña a la cabeza, produce una cantidad gigantesca de kilovatios, que luego son consumidos mayoritariamente por los mismos territorios, pero que en medio hacen un viaje inexplicable en la capital del Estado para enriquecer los madrileños.

Repsol, es el resultado de un largo viaje que comienza durante el franquismo con Encasa (Empresa Nacional Calvo Sotelo de Puertollano) y Repesa (Refinería de Petróleos de Escombreras).

La titularidad fue pública durante décadas.

Se privatizó en los años 90.

Por el camino se tragó también parte de los activos de la antigua Campsa (Compañía Arrendataria del Monopolio del Petróleo, SA), fundada durante la dictadura de Primo de Rivera.

Se publicó en el BOE el concurso público para la adjudicación del monopolio, y quien lo gano fue la banca, a través distintos bancos Vizcaya Hispano-Americano, Banesto y Banco Urquijo (hoy dentro de Sabadell, Santander y BBVA).

Aprovechando que el monopolio sólo abarcaba la península ibérica y excluía las Islas Canarias, unos inversores fundaron en 1929 la otra gran petrolera española, Cepsa, con la intención de instalar una refinería en Tenerife.

Actualmente Cepsa pertenece al gobierno de Abu Dabi (60%) y el fondo de inversión Carlyle (40%).

Hoy en día Repsol es una multinacional que tiene el record de facturación de las empresas españolas, 50.000 millones de € y obtiene beneficios de 2.300 millones que provienen de…

…sus actividades de producción y distribución de petróleo y gas, fabricación de productos químicos y refinado de petróleo.

Respecto a las actividades productivas de Repsol las principales refinerías están ubicadas en la periferia (Cataluña, País Vasco, Galicia y Murcia) y suponen el 85% del total del refinado de la empresa.

En cuanto a la extracción de petróleo, de la producción nacional, el 95% sale de los pozos de la costa de Tarragona.

Finalmente, la actividad química de la empresa tiene como epicentro el polígono petroquímico de Tarragona, de mucha más relevancia que el de Puertollano.

Pero a pesar de todo, Repsol es una empresa madrileña.

Aunque ninguna de sus actividades productivas tiene relación con Madrid, la petrolera mantiene su sede en Madrid, con efectos sobre la contabilidad local de las macrocifras que sirven para cuantificar las balanzas fiscales.

Telefónica.

El teléfono, como ingenio revolucionario, llegó muy pronto en Barcelona, sólo medio año después de ser presentado por la empresa Bell, 1877.

La ciudad de Barcelona fue la pionera en la península a disponer de aparatos telefónicos ya hacer pruebas de comunicación.

Una vez más, la modernidad entraba por este embudo en el sur del Pirineo que es Cataluña.

A comienzos del siglo XX, la Compañía Peninsular de Teléfonos, fundada en Barcelona en 1894 por emprendedores catalanes, ya tenía el 50% del mercado de la telefonía, superando a la otra gran compañía estatal, la también catalana Sociedad General de Teléfonos.

Con la venida de la dictadura de Primo Rivera y el afán centralizador de los gobernantes se creó un monopolio estatal controlado por la Compañía Telefónica Nacional de España.

Del esfuerzo ingente que había realizado la Mancomunidad de Cataluña para hacer llegar las líneas a todos los rincones de país, se benefició del Estado español, que expropió toda la red catalana para adjudicarla a Telefónica.

Telefónica es la segunda empresa española por facturación, después de Repsol.

Obviamente, desde entonces la sede no se ha movido de Madrid. En 2018 Telefónica facturó unos 49.000 millones de euros, con un beneficio final de más de 3.300 millones.

Los principales accionistas de compañía son el BBVA (con un 5,25%), CaixaBank (un 5%) y un grupo de fondos de inversión entre los se encuentran los habituales BlackRock, Vanguard o Amundi.

Son unos unos pocos ejemplos explicativos de qué son realmente las empresas de Madrid: Endesa, Repsol, Telefónica, Aena, Renfe y Adif.

Se puede hablar de Loterías del Estado, que factura 9.000 millones de euros anuales y tiene 600 trabajadores en los servicios centrales.

O de Radio Televisión Española, con 6.500 trabajadores, sólo 1.000 descentralizados.

Correos, 2.000 millones de euros de facturación y 56.000 trabajadores, de los cuales unos 10.000 en Madrid.

Iberia, la aerolínea española surgida como monopolio durante la dictadura de Primo de Rivera, está integrada en el mismo grupo que British Airways, bajo capital qatarí.

La gran mayoría de estas empresas están ubicadas en Madrid por decisión política y aportan PIB y actividad económica a la capital.

Algunas grandes empresas son originarias de Madrid, como ACS (que creció gracias al dinero de la familia balear March), Sacyr y OHL, del sector de la obra pública y por tanto con una gran dependencia de las concesiones estatales vía BOE.

Mapfre y Mutua Madrileña (aseguradoras) o El Corte Inglés, pero en general son entidades de sectores maduros.

Cuando la Comunidad de Madrid ha apostado por las nuevas tecnologías, ha surgido Gowex, pero los resultados no han sido los esperados.

En Madrid no hay casos como Grifols, Agrolimen, Danone, Nutrexpa (ahora Idilia y Adam), Damm, Cobega (ahora European Partners), Celsa, Cirsa, Roca, Puig ni tantas otras marcas de prestigio que…

… empezaron como empresas familiares y que a fuerza de años y de arriesgar patrimonio, se han convertido en verdaderos gigantes de sus sectores.

A las empresas madrileñas, hay que añadir las compañías catalanas recientemente fugadas virtualmente por razones políticas, como es el caso de Naturgy (antigua Gas Natural) o Planeta.

En consecuencia, el elevado nivel de vida de los madrileños se fundamenta ante todo en una combinación de apropiación de negocios ajenos y en la superestructura estatal, que genera puestos de trabajo y actividad económica inducida.

Parece innegable el drenaje de recursos de la periferia que tienen como estación final el enriquecimiento de la comunidad de Madrid.

La Comunidad de Madrid se alimenta de la periferia, de nuestro trabajo, de nuestros recursos naturales e incluso de nuestro consumo y desde luego no es la comunidad peor financiada como dicen.

Además está la diferencia de inversión estatal entre Madrid y Cataluña, o la financiación de las autopistas, unas gratuitas y otras de pago, o el desprecio que demuestran Renfe y Adif por su red de trenes en Cataluña.

Cuando se llega a este punto de conocimiento de la realidad, la existencia de catalanes contrarios a la independencia sólo se puede concebir como una anomalía basada en la falta de información.