Thread by @BoixRichter

Europa y Asia han sido el hogar de distintos homínidos durante casi 2 millones de años, pero parece que ninguno de los primeros homínidos llegó a América, sólo ‘Homo sapiens’. ¿Qué poblaciones? ¿Por dónde? ¿Cuándo?

Se desconoce exactamente cuándo los humanos llegaron por primera vez al continente americano, pero el consenso general indica que fue hace relativamente muy poco, hace unos 15.000 años.

Fue entonces cuando un pequeño grupo de humanos se adentró en el umbral de un nuevo mundo. Entrando desde el norte, hacia el sur se les desplegaban 40 millones de kilómetros cuadrados de territorio inexplorado y vacío.

En su avance descubrirían extensos bosques boreales, amplias praderas, densas selvas tropicales y altas cadenas montañosas de norte a sur. Empezaba para la humanidad un viaje épico, pero lo que había pasado antes no era poco.

Todo apunta a que las poblaciones humanas que alcanzaron América lo hicieron a través de Beringia. Este fue un puente de tierra que existió entre el extremo oriental de Siberia y el oeste de Alaska. El territorio estaba donde hoy se encuentra el estrecho de Bering.

Cruzar por ahí implica que la travesía hacia el nuevo continente fue una travesía subártica. No se han encontrado hasta la fecha restos de neandertales o denisovanos por encima de paralelo 55 norte.

Esta línea corta por el norte de Alemania, Irlanda, Lituania, Kazajistán, Quebec en Canada y extensas regiones de Rusia. La ausencia de neandertales y denisovanos por encima de este paralelo no sólo se explican por el frío.

A estas latitudes los animales de caza también era menos abundantes, lo cual sin duda dificultaba su caza. Algunos autores sugieren que fue una serie de desarrollos tecnológicos los que permitieron a los humanos modernos adentrarse en esos mundos.

Uno de ellos la elaboración de una ropa sofisticada que les permitió hacer frente a las condiciones más frías. Al igual que el desarrollo de trampas como solución para capturar unas presas escasamente distribuidas.

Los actuales habitantes del ártico siguen usando dispositivos de caza automatizados que funcionan a todas horas. Las trampas ayudan a una persona a explorar territorios vastos.

A las orillas del rio Yana en Siberia, en el extremo occidental de Beringia, los arqueólogos han encontrado cientos de pruebas de actividad humana de hace 32.000 años. Allí hay herramientas de piedra y hueso, como agujas de coser.

Aquellos primeros habitantes de Yana vivían de la caza de renos, rinocerontes lanudos, aves y liebres. Pero más allá de herramientas también se han encontrado representaciones artísticas de esos pobladores.

Hay cuentas talladas en marfil y hueso, así como marfil decorado que podría haber sido utilizado como peinetas para el pelo, y platos de marfil. Pero también se han encontrado restos humanos.

Fragmentos de dientes de los cuales se ha podido extraer ADN. A partir de éste se ha podido saber que los individuos formaban parte de una población relacionada con los actuales nativos americanos, pero que no son sus ancestros directos.
nature.com/articles/s4158…

La misma información genética ha permitido estimar, a partir de la diversidad genética de los individuos, que la población de Yana debió superar la de 500 individuos. Un dato que ha sorprendido por su aislamiento respecto a las poblaciones más al sur.

Se esperaba que se tratase de una población reducida y asilada genéticamente con altos niveles de endogamía, pero los resultados sugieren que hubo cierta migración desde otros sitios manteniendo su diversidad genética.

Todo y así, no hay evidencias de que aquel grupo de humanos que habitaba la parte occidental de Beringia se adentrara más al este y alcanzara América, a pesar de que entonces Asia y América estaban conectadas por tierra.

Se supone que la población permaneció allí durante generaciones, hasta que hace 30.000 las condiciones climáticas cambiaron. El Último Máximo Glacial hizo que la capa de hielo se extendiera por gran parte de América del Norte.
sciencedirect.com/science/articl…

El hielo llegó a bloquear la ruta al continente a través de Beringia. No fue hasta hace 15.000 años que las condiciones empezaron a mejorar y la ruta se reabrió. La localidad de Yana se abandonó hace 30.000 años coincidiendo con la extensión del hielo.

Pero parece, que otros grupos humanos, quedaron habitando Beringia durante todo ese periodo de hielo. Su existencia se supone a través de unos estudios genéticos, como el llevado por Erika Tamm y Ripan Malhi.

Su estudio genético de nativos americanos y nativos asiáticos orientales, descubrió que entre ambos grupos habían una sutiles diferencias genéticas que debían haberse originado antes de la dispersión por America.
journals.plos.org/plosone/articl…

La idea planteada es que algunos grupos humanos quedaron aislados en Beringia durante la glaciación. Las rutas hacia el sur quedaron cortadas, también hacia el este. Durante 15.000 años estuvieron aislados de cualquier otra población.

Parece un periodo de tiempo suficiente para que la deriva genética les proporcionara, por azar, una huella genética distintiva diferente a la del resto de asiáticos orientales, antes de que migraran hacia América.

Esta idea ha sido denominada como la “parada Beringiana” o “periodo de incubación”, durante el cual fueron diferenciándose genéticamente de sus vecinos asiáticos.

Hoy la idea está aceptada por una parte importante de la comunidad científica, pero nuevos datos van perfilándola. Nuevos estudios genéticos de 2018 apuntan que el aislamiento no empezó hasta hace 24.000 años.
nature.com/articles/natur…

Las peores condiciones climáticas parece que persistieron durante 9.000 años, durante los cuales aquellas poblaciones asiladas en Beringia se aislaron y diferenciaron del resto.
advances.sciencemag.org/content/2/4/e1…

Otros autores están convencidos que aquello pobladores si que se retiraron hacia el sur con el empeoramiento del clima, llegándose a asentar cerca del lago Baikal en Siberia, que está en el paralelo 53.

Allí se ha extraído ADN de un niño de hace 24.000 años, que al igual que los analizados en Yana, estaba relacionado con los nativos americanos, pero tampoco formaba era un ancestral directo de los mismos.
nature.com/articles/natur…

La idea más plausible de momento es la del aislamiento en la propia Beringia, de hecho, hay estudios genéticos que sugieren que algo similar les sucedió a las poblaciones de osos pardos y alces.
nature.com/articles/s4159…

Otra pista sobre el origen de Beringia nos lo ofrece la lingüística, pues parece haber similitudes entre algunos de los idiomas que se hablan en América con el Ket, un idioma que se habla en Siberia al oeste del lago Baikal.

Un árbol genealógico de idiomas indica que el ancestro de este grupo de idiomas debió hablarse cerca de la región de Beringia.
journals.plos.org/plosone/articl…

¿Pero cómo sobrevivieron tan al norte, en un mundo envuelto en hielo? A medida que el planeta se enfrió y se formaron capas de hielo, los niveles del mar descendieron.
onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.100…

Se estima que hace 28.000 años la línea de costa de los mares podían encontrarse 100 metros por debajo de los actuales. Como resultado, miles de kilómetros cuadrados de tierra aparecieron en el mundo.

Entre ellos en el centro y sur de Beringia. Aunque gran parte del subártico se volvió gélido y árido, los estudios de polen antiguo indican que esa región de Beringia fue húmeda y templada, quizá por las corrientes cálidas que llegaban del Pacífico.

El clima benigno de Beringia pudo permitir que miles de personas viviesen en esa isla templada, rodeados de hielo, durante el pico del Último Máximo Glacial. Pero eso supone un gran desafió biológico.

Actualmente, vivir por encima del paralelo 46 ya supone dificultades para obtener la suficiente luz solar para desencadenar la síntesis de vitamina D. Los adultos podemos superar el problema comiendo alimentos ricos en vitamina D, como el pescado azul.

Pero los bebés lactantes no pueden obtener la vitamina D de alimentos extras, de manera que corren el riesgo de sufrir deficiencia de vitamina D, pudiendo debilitar su sistema inmunitario y causar problemas esqueléticos. ¿Cómo sobrevivieron a esa latitud?

Los grupos humanos que posteriormente se extenderían y ocuparían toda América, desarrollaron durante ese periodo subártico unas adaptaciones para sobrevivir que hoy en día siguen compartiendo.

Existe una variante del gen llamado EDAR que afecta la densidad de los conductos lácteos en los senos de las mujeres. Ese aumento permitiría una mayor transferencia de nutrientes, incluida la vitamina D, entre las madres y sus bebés.
pnas.org/content/115/19…

La misma variante proporciona a las personas que desarrollen un esmalte dental interno más grueso en los incisivos. Si se estudia la distribución global de esta característica dental, se ve que está presente en el este de Asia y las poblaciones nativas americanas.

Los resultados sugieren que en los antepasados de los nativos americanos la variante del gen EDAR fue seleccionada por conferirles una ventaja respecto al problema de la vitamina D, proporcionándoles un esmalte más grueso como efecto secundario.

En 2017 se observó que muchas poblaciones nativas americanas tenían versiones específicas de los genes FADS, que les permite procesar mejor la dieta rica en proteínas y ácidos grasos. Unas dietas típicas de las comunidades subárticas.

Una vez más se sugiere que estas variedades fueron seleccionadas en las poblaciones fundadoras de los nativos americanos mientras permanecieron asiladas en Beringia.
pnas.org/content/114/9/…

Las pruebas arqueológicas y genéticas están demostrando que aquel “periodo de incubación” en el cual unas poblaciones quedaron aisladas en Beringia marcaron a los que ocuparían el continente americano.

Hasta hace poco, se pensaba que todo empezó hace unos 15.000 años, cuando el hielo se retiró y permitió a una población adentrarse hacia el este de Beringia. Hoy sabemos que ese “prólogo” fue importante para entender la expansión humana por América.

Los datos reflejan que la población fundadora de Beringia se dividió en dos subpoblaciones nativas americanas al llegar al continente.
science.sciencemag.org/content/349/62…

Uno de ellos, denominado grupo Ancestral A, dio origen a la cultura prehistórica de América: los Clovis. Que se expandió por toda Norteamérica hacia el sur, ocupando América Central y del Sur en los siguientes milenios.

Otro, el denominado grupo Ancestral B, permaneció en la región norte de América del Norte, donde aún hoy se puede encontrar a sus descendientes. Pero la imagen se va complicando a medida que aparecen estudios.

En 2018 un estudio apuntaba a que la población de Beringia se dividió en diversas subpoblaicones durante el periodo de aislamiento en Beringia, antes de adentrarse en América.

Eso implica que no fue un sólo grupo humano y genético el que se desplazó a América, sino que fueron varios. La pista surgió en el ADN de dos niños de hace 11.500 y 9.000 en Alaska.
nature.com/articles/natur…

Ambos pertenecen a un grupo genético que provenía de Beringia, que se separó de los otros grupos hace 22.000 años. Parece que este grupo no ha contribuido a las poblaciones actuales de América, aunque estudios más finos podrían cambiar el escenario.

Parece que este grupo se concentró en Alaska, sin adentrarse más en el continente, y que con el tiempo se desvanecieron ante el empuje de otros grupos que habían bajado hacia el sur y volvieron sus pasos hacia el norte.

Igualmente se descubrió que el pueblo Mixe de México tiene una firma genética diferente a la de otros pueblos nativos vecinos. Se sugiere que hace 9.000 años sus antepasados se cruzaron con un grupo hasta hoy desconocido.
science.sciencemag.org/content/362/64…

Los científicos han denominado a este pueblo, que de momento es un fantasma genético, con el poco atractivo nombre de población UPopA. Parece ser otra subpoblación de Beringia que se originó hace 25,000 años.

Más sorprendente es la población Y que bautizaron en 2015 a partir del estudio genético de los pobladores Suruí y Karitiana del Amazonas brasileño. Estos parecen compartir una curiosa conexión genética con algunos indígenas australianos.

Se propuso que este grupo Y se originó en este de Asia siendo ancestral de los nativos australianos, pero que también contribuyó a América a través de Beringia.
nature.com/articles/natur…

Durante unos años la idea se descartó, pues no había restos genéticos de este grupo Y en el ADN recuperado en Beringia o restos prehistóricos de Norteamérica, pero la idea volvió a resurgir el año pasado.

En este de Brasil se encontraron los restos de una persona de hace 10.400 años. La persona pertenecía a la línea Ancestral A que se expandió hacia el sur, pero al mismo tiempo tiene una huella genética del grupo Y.
science.sciencemag.org/content/362/64…

La ausencia del grupo Y en Norteamérica (de momento), se plantea que estas poblaciones migraron hacia el sur y fue allí donde entraron en contacto con la línea Ancestral A que provenía de Beringia. Hoy su legado parece restringido a algunos grupos amazónicos.

Los pobladores que en su día quedaron aislados en Beringia adaptados a las condiciones subárticas, hace 15.000 años avanzaron hacia el este, donde sus descendientes darían lugar a las grandes civilizaciones de América.

Aún hoy, las poblaciones nativas americanas tienen el legado genético de los pobladores de Beringia, que nos está permitiendo reconstruir la llegada y expansión de los humanos por América.

Muchas gracias por la lectura y feliz año nuevo. Un abrazo a todos los amigos americanos que me pidieron un hilo como éste.

Dejo el enlace a los hilos anteriores sobre las migraciones humanas a Europa. La primera parte de los hilos.

https://twitter.com/BoixRichter/status/1209180522297090048

La segunda parte del mismo.

https://twitter.com/BoixRichter/status/1210554415062691841

Y dejo aquí un complemento que ha hecho @Dumagul sobre las posibles rutas y técnicas empleadas por aquellos pobladores que se aventuraron en el nuevo continente.

https://twitter.com/Dumagul/status/1211721978735931392