1. Lo que segrega no es la PSU, es la calidad de la educación. La única diferencia es que la PSU es una prueba de admisión. Pero si no tienes los aprendizajes de base, que la PSU sí mide, aunque eliminemos la PSU, esos aprendizajes serán necesarios para carreras avanzadas.
2. ¿Podemos encomendar a las universidades que compensen por la falla del sistema escolar? ¿En los cinco años que tienen para formar profesionales? Medicina, derecho, psicología, por ejemplo, son todas formados como postgrado en EEUU, después de 4 años de bachillerato.
3. Chile podría decidir avanzar a un modelo de admisión universal. Pero ¿es razonable cuando no tenemos educación pre-escolar universal? ¿Quien va a financiar la admisión universal? ¿Quién va a pagar los costos de un alto nivel de deserción o de carreras que se extienden?
4. Las universidades han avanzado sistemáticamente en generar mecanismos complementarios a la admisión vía PSU. En nuestra propia facultad, creamos un sistema de admisión intercultural para hijos de inmigrantes y de pueblos originarios, el que se suma a talento e inclusión.
5. Programas de inclusión se han instalado también como propedéuticos y si bien no contamos con muchos estudios públicos sobre su impacto parecen tener resultados promisorios. Estos programas -para su éxito- dependen de una variable clave: asistencia, permanencia en el programa.
6. Asimismo, se ha dado más importancia al desempeño en la educación media, incrementando el valor del ranking en las ponderaciones de muchas carreras, asumiendo que el ranking incrementa la equidad en el proceso de admisión.
7. Estas medidas han funcionado. Por mencionar un caso cercano. En la Escuela de Psicología, que dirigí por 6 años, el porcentaje de estudiantes primera generación universidad pasó de 9% el 2011 a 24,8% el 2015 y 19,1% el 2016. Esos resultados son la suma de todos esos esfuerzos.
8. Y reflejan algo que debiera ser obvio: necesitamos un sistema de ingreso menos rígido, con vías de admisión alternativa, que no descanse sólo en variables académicas, pero que desarrolle mecanismos de compensación a quienes tienen deficits de formación.
9. Las universidades certifican capacidades profesionales. Cuando graduamos un médico, certificamos que sabe. Y el público espera que así sea. Eso requiere que debemos cautelar que esos aprendizajes estén efectivamente presentes y debemos darlos en plazos limitados de tiempo.
10. Por lo tanto, las habilidades y conocimientos de entrada no son triviales. Nosotros necesitamos partir de cierta base y ese es un propósito de una prueba de admisión. El otro es ser un mecanismo de selección ante vacantes limitadas.
11. Por ello, lo que no se puede perder de vista es que las habilidades y conocimientos que se requieren para cursar una carrera universitaria con éxito deben ser provistos a los estudiantes que ingresan y acreditados. Y el proceso de selección debe asegurar fair play.
12. En mi opinión, eso solo es posible con un sistema de admisión menos rígido, con más pluralidad de pruebas, y con más ofertas curriculares. El sistema universitario chileno tiende demasiado a la estandarización en selección y formación. Se toman muy pocos riesgos.
13. Por otro lado, para que un sistema de admisión y formación más flexible funcione y produzca los profesionales e intelectuales que Chile necesita en el futuro es necesario recuperar el valor que tiene la asistencia a clases, y el respeto por el conocimiento y las disciplinas.
14. La normalización de los paros como mecanismo de negociación política para cualquier causa y la idea de que todos tenemos el mismo conocimiento para opinar sobre cualquier cosa (no, no todos sabemos igual sobre medición educacional) son amenazas reales al sistema universitario
15. Un adolescente de 15 años no sabe lo mismo sobre medición educacional y el sistema universitario que un académico con doctorado. Tampoco sabe lo mismo que un experto en cáncer. El conocimiento tiene un valor y ese valor merece reconocimiento y legitimación social.
16. Igualar la opinión de secundarios sobre materias en la que no tienen formación con la de expertos es adoptar la misma actitud que tienen los negacionistas del cambio climático cuando deciden tratar como equivalentes la opinión de políticos con las de científicos.
17. Chile tiene un sistema universitario con un altísimo potencial. Podemos desarrollar un sistema más inclusivo, de excelencia, y con investigación de punta. Pero no si seguimos tensionando este sistema con políticas impulsivas y que responden a presiones de grupos de interés.
18. Las universidades y los académicos hemos estado atentos y hemos ido respondiendo a las demandas de inclusión y de equidad. Para poder seguir haciéndolo necesitamos que cuidemos a nuestras instituciones de medidas de fuerza, de violencia y limitaciones a su libertad.
19. Porque al final del día nuestra responsabilidad es ética: debemos darle a Chile el conocimiento y las personas que le permitirán al país navegar los años inciertos que se avecinan con la crisis climática y social. Con ignorancia, y sin expertos, no habrá modo de hacerlo.
* Errata: Lo que segrega no es la PSU, es la calidad de la educación. La PSU es una prueba de admisión basada en conocimientos. Si no tienes los aprendizajes de base, que la PSU sí mide, aunque eliminemos la PSU, esos aprendizajes serán necesarios para carreras avanzadas.
* Errata a 1: Lo que segrega no es la PSU, es la calidad de la educación. La PSU es una prueba de admisión basada en conocimientos. Si no tienes los aprendizajes de base, que la PSU sí mide, aunque eliminemos la PSU, esos aprendizajes serán necesarios para carreras avanzadas.
