A pedido de mi respetable TL (mentira, fueron dos personas), quisiera compartir con ustedes qué es para mi el liberalismo, recomendando de paso algunas lecturas de fácil comprensión sobre el punto. Empiezo señalando qué definir el liberalismo es una tarea compleja ya que, en su
calidad de tradición de pensamiento, puede ser abordada desde diferentes perspectivas: a) desde la historia de las ideas. Aquí me parecen destacables los trabajos de John Gray (especialmente Las dos caras del liberalismo, Paidós) que distingue el liberalismo de la tolerancia y el
de la autonomía; b) desde la filosofía política. Aquí la preocupación principal es ocuparse del fundamento moral y teórico del liberalismo. ¿Cuáles son sus presupuestos? ¿Cómo se justifica el liberalismo? Yo mismo he revisado este tema en este trabajo👇🏽; dialnet.unirioja.es/descarga/artic…
c) como teoría política. En esta aproximación nos interesan, sobre todo, las tesis normativas que defiende el liberalismo, es decir, cómo considera que debe organizarse una sociedad justa, qué derechos deben reconocerse en una sociedad liberal, qué debe distribuirse y por qué. Un
clásico es el capítulo El liberalismo de Dworkin en el libro editado por Hampshire Moral pública y privada; d) como doctrina política. Aquí se aborda el modo en qué defienden los principios liberales las agrupaciones que se autoidentifican como liberales. Como sospecharán en este
punto el despelote es muy grande. Teniendo esas distinciones como telón de fondo, yo diría que lo fundamental del liberalismo es su compromiso con la autonomía individual y, consecuentemente, con la tolerancia en el plano político, para que se les reconozcan a los individuos las
libertades necesarias para darse a sí mismos, en condiciones moralmente iguales, sus concepciones de vida sin coacción alguna. A pesar de la dificultad de precisar aquello a lo que se refiere el término «liberalismo», puede sostenerse razonablemente que es la teoría moral y
política de la modernidad, el proyecto de construir un marco conceptual, moral y político para una sociedad que se reconoce como individualista. Este proyecto se sustenta en una inédita concepción de la persona que solo pudo surgir como la reacción del hombre y la mujer modernos
a una coyuntura histórica: la desintegración de la cristiandad medieval. El liberalismo se autorreconoce como una indagación de los principios que permitirían la convivencia entre sujetos con concepciones diversas, o incluso opuestas, sobre el sentido de la vida y del mundo.
La noción de la naturaleza humana que caracteriza al liberalismo no es más que un reflejo de la experiencia inequívocamente moderna de seres arrojados a sí mismos, que despojados de toda directriz heterónoma, deben buscar individualmente el sentido a sus vidas. Entendido de este
modo, el liberalismo es, según GRAY, una tradición que engloba una imagen común del ser humano y la sociedad que implica las siguientes tesis centrales: a) es individualista, puesto que afirma la primacía de la persona frente a exigencias difusas o agregativas; b) es igualitario,
en cuanto confiere a todos los seres humanos el mismo estatus moral; y c) pretende ser universalista respecto de su fundamentación y, por lo mismo, entiende que sus principios serían propios de toda la humanidad, trascendiendo las comunidades históricas y culturales específicas.
Con todo, aunque pudiéramos concordar que los autores liberales comparten, en algún sentido, las tesis recién mencionadas, las discrepancias internas podrían tornarse bastante llamativas en muchos casos . Así, por ejemplo, la idea de igualdad consustancial al liberalismo admite
muchas interpretaciones, por cuanto exige que sea definida, previamente, la propiedad que será distribuida igualitariamente: para algunos será el goce de un conjunto de libertades y derechos sobre el propio trabajo y la propiedad, para otros una distribución igual de recursos y
para otros tantos un reparto equitativo de bienes básicos. Tampoco nos ofrece mucha luz el carácter individualista del liberalismo, puesto que también admite variadas interpretaciones, incluso contradictorias. No es lo mismo el individualismo metodológico y moral, por ejemplo.
Dicho eso, en la actualidad, me parece que la mejor versión del liberalismo es el llamado igualitario. Este se caracteriza por: a) una defensa de la idea que la moral se construye fundamentalmente por reglas que serían aceptadas por cualquier agente racional considerado como
libre e igual, dotado de las facultades de comportarse tanto racional como razonablemente y circunscrito bajo ciertas restricciones, satisfaciendo las reglas así determinadas el requisito de mantenerse insensibles frente a los intereses particulares de dichos agentes;
b) postular una prioridad de la justicia y de los derechos individuales como independientes de las concepciones de la vida buena; c) la exigencia de que los principios morales sean indiferentes o neutrales respecto de los fines privados que cada persona pueda darse para sí en
ejercicio de su autonomía, o, de modo equivalente, adhiriendo a una postura tolerante respecto de la moralidad personal; d) entender que los destinatarios de los principios morales son prioritariamente individuos, negando a la comunidad, en principio, la calidad de agentes
morales; y e) el desasosiego, derivado de su particular concepción de los derechos y de las personas como libres e iguales, ante las profundas desigualdades sociales consecuencia de los talentos y las circunstancias sociales inmerecidos y, por lo tanto, por la justificación,
aunque sea modesta, de una redistribución de los recursos y de las oportunidades en forma equitativa. En mi opinión, si una persona no comparte alguna versión de cada una de estas cinco tesis no es liberal. Como se ve, ser liberal no es dejar que cada cual haga lo que quiera. Al
contrario es una concepción normativa, que cree firmemente en ciertos valores, los que incluyen, por cierto, respetar que cada ser humano se de para sí los principios de moralidad privada que considere pertinentes, pero dentro de un marco justo igual y obligatorio para todos. Esa
frase que se suele repetir como lugar común "no es muy liberal hablar de una forma correcta de ser liberal" es una afirmación errada. No existe algo así como ser liberal a mi manera. Defender esa idea espuria implica no comprender el liberalismo y confundir la tesis tolerante
respecto de los ideales de excelencia humana que cada cual escoja en ejercicio de su autonomía con la justificación de tal principio tolerante. Por otro lado, no es liberal tampoco aquel que defiende la libertad o autonomía en ciertos ámbitos, pero la niega en otros. Por ejemplo,
no se puede ser liberal en lo económico y ser un conservador en temas valorativos. No se puede ser supeditar la autonomía moral a la libertad económica pues ésta es expresión de la primera y no al revés. En suma, ser liberal es mucho más que defender la libertad de emprendimiento
FIN.
