Thread by @RafaelPoulain

Pongan atención que hoy les voy contar la historia de Enrique VIII y Catherine Howard.

Si han leído los hilos anteriores donde les conté la historia de Enrique VIII, se habrán dado cuenta que de muchas de sus esposas no tenemos una infancia bien documentada.

Pero con Catherine Howard la cosa es diferente, de ella sabemos muchas cosas, la mayoría de ellas malas y bastante documentadas, pero ya llegaremos a eso, por lo pronto si no leyeron la parte anterior de este relato, aquí se las dejo:

https://twitter.com/rafaelpoulain/status/1216943242274660353

Y si ya la leyeron continuemos con la historia de hoy, que aunque no sabemos cuándo nació exactamente nuestra protagonista, sabemos que fue en 1520 y era hija de Joyce Culpeper y Edmund Howard que era nada más y nada menos que ...

El hermano de la mamá de Ana Bolena, pero aunque estaban en lo más alto de la sociedad inglesa, constantemente estaba hundido hasta el cuello de deudas y sus acreedores lo perseguían y acosaban, por eso cuando su sobrina Ana fue coronada, la vida de Edmund cambió.

Su sobrina, le consiguió un muy buen puesto trabajando para el Rey (su esposo) pero cuando Edmund enviudó quedándose a cargo de los 5 niños y niñas producto de su matrimonio, empezó a repartir a sus hijos y así nuestra protagonista se fue a vivir a casa de su abuela en 1528.

Su abuela paterna, la duquesa Agnes Tilney atendía era una casa de huéspedes porque muy nobles muy nobles pero no eran adinerados y la joven Catherine aprendió a trabajar desde pequeña, incluso atendía la casa de huéspedes durante las largas ausencias de su abuela.

Pero no todo era trabajo, a pedido de la joven, su abuela le contrató un profesor de música a Catherine que por entonces tenía 12 años.

Desde entonces ella se esforzó mucho en la música.

La joven y su apuesto profesor Henry Manox, pasaban las tardes encerrados en la habitación de la chica, era claro que la pobre se esforzaba mucho, incluso a veces salía sudando y jadeando de la habitación, pobre criatura, se esforzaba tanto en aprender música.

Bueno pueso mismo que ustedes piensan era sabido por todos los huéspedes, y así estuvieron durante dos años hasta que la relación terminó.

Porque Catherine se encontró con un mejor prospecto, un joven noble que era secretario de su abuela, su nombre era Francis Dereham.

Catherine o Kathryn, como prefieran, tenía 15 años, pero a pesar de su edad venía de terminar una relación con un hombre mayor y sabía perfectamente lo que quería, incluso llamaba esposo a su novio y él hacía lo mismo con ella, ambos estaban profundamente enamorados.

Pero entonces el ex se enteró de los rumores que había sobre la casa de huéspedes y la relación de la joven con otro hombre.
Despechado le avisó a la abuela de la chica a través de un mensaje anónimo, que si iba a la posada en la noche encontraría a su nieta con un hombre.

La abuela se dirigió a la casa de huéspedes, con sigilo se acercó a la habitación de su nieta y la encontró durmiendo desnuda con Francis, los jóvenes despertaron pero la abuela enfureció más al ver que Francis era un hombre mayor, él trató de explicarle pero ella le dijo...

...Que se alejara de su nieta.

Y la cosa terminó con Francis siendo enviado a Irlanda y Catherine de tan solo 17 años, yendo a la corte a servir como dama de compañía de la reina Ana de Cleves.

Se tuvo que separar dolorosamente de Francis, y aceptó resignada su destino.

Pero al llegar a la corte, Ana de Cleves y el Rey ya estaban divorciándose, y Enrique VIII inmediatamente se fijó en Catherine de 17 años, poco le importó al Rey que él estuviera cercano a los 50, de hecho justo eso era lo que le atraía a ella, su “ingenuidad” e “inocencia”.

El rey la amaba con locura, Catherine era muy diferente a todas sus esposas, de entrada ella no era culta ni refinada, y a pesar de eso, el Rey amaba pasar la tarde escuchándola hablar, luego le decía que era la chica más inocente y pura que hubiera conocido y ella ...

Se sonrojaba y le agradecía, a Enrique VIII le causaba tanta ternura que le llamaba “La rosa sin espinas”, consideraba que era bella, pura, fragilidad, inocente y tan delicada que jamás podría dañar a nadie.

Luego del divorcio de Enrique y Ana de Cleves, pasó un tiempo y el 28 de Julio de 1540, Catherine Howard se convirtió en la quinta esposa de Enrique VIII.

Enrique le perdonaba todo a su joven esposa, incluso cosas que no hubiera perdonado a otras mujeres como...

...que lo interrumpieran en público o que lo contradijeran, Catherine hacía todo eso pero el Rey le perdonaba todo, y se loris de ternura.

Todo parecía ser felicidad en la vida de la Reina pero empezaron los problemas el día que conoció a las hijas de Enrique VIII.

Especialmente María, la hija de Enrique y Catalina de Aragón, una chica dura y extremadamente religiosa que odiaba no sólo tener que aceptar el hecho d e que jamás sería reina sino que ahora el puesto lo ocupaba una chica ignorante.

Así que le hizo la vida imposible.

La humillaba en público y constantemente exhibía su falta de modales y cultura, de pronto la imagen de la reina se devaluó y todos menos el Rey la veían como un adorno sin autoridad.

Y por eso todos le dieron voz a los rumores acerca del pasado de la Reina, incluso se sabe que llegó a comprar el silencio de muchas personas.

El colmo llegó cuando sus dos ex novios la fueron a chantajear y terminó dándole trabajo a ambos en la corte.

Ser Reina era lo peor que le había pasado cada día que pasaba se hundía más y más y no sabía si contarle a Enrique u ocultárselo, pero tampoco sabía cómo hacer para acallar los rumores en la corte y bueno, todo era un caos pero el Rey no se daba cuenta de nada de eso.

No sabía qué hacer para olvidar sus problemas, tener amantes había sido una terrible decisión, ahora su pasado la perseguía y no sabía cómo salir de ese problema

Con todo eso se le ocurrió la idea de que era un buen momento para empezar a tener amantes dentro de la corte.

Cuando todo fue bastante obvio un noble empezó a investigar el asunto y llegó a la casa de huéspedes donde tras escuchar todos los relatos de la vida amorosa de la reina y fue a contarle todo al Rey, que tras escuchar todo se levantó del trono y dijo...

Que todos eran inventos de gente que envidiaba la inocencia y pureza de su rosa sin espinas.

Y así sin alguien que le dijera “Amiga date cuenta”, el Rey continuó su apasionado romance negando algo que era evidente para todos menos él.

Catherine se había salido con la suya, incluso le escribió a uno de sus amantes para contarle todo y decirle que ahora sí podrían continuar sin problema su amorío. Pero el joven Thomas Culpeper jamás recibió la carta porque la interceptaron y se la llevaron al Rey.

En ese momento Catherine Howard sintió el verdadero terror.

La encerraron en sus aposentos y le prohibieron ver al rey ya que temían que la chica con sus encantos lograra engañarlo de nuevo.

Empezaron a arrestar a todos los conocidos de la reina y empezaron los interrogatorios.

Enrique escuchó en el juicio cómo los amantes de su esposa confesaron todo lo que había pasado, los testimonios de sus damas de compañía y la de algunos clientes de la casa de huéspedes que relataban la vida amorosa de Catherine desde que tenía 12 años.

El Rey estaba devastado.

Luego de la ejecución de sus amantes y antes de que pudieran arrestarla se escabulló de los guardias que la vigilaban y corrió por el castillo hasta llegar a donde estaba el Rey, ella le rogó y suplicó perdón, le dijo que todo eran inventos de sus enemigos.

El Rey...

Ni la volteó a ver, se siguió de frente y la dejó llorando y suplicando perdón, la joven ha no opuso resistencia cuando la llevaron a la torre de Londres donde la ejecutarían 3 días después...

El Rey juró nunca volver a amar y tener una vida tranquila el resto de sus días, pero estaba muy equivocado, pronto se iría a la guerra y se volvería a casar con una mujer atípica, pero eso se los contaré en otro hilo, por ahora vayamos al final de nuestra historia.

Que termina con la muerte de la mentirosa reina el 13 de febrero de 1542, 21 años tenía al momento de su muerte y su historia nos enseña que …

Hay acciones y situaciones que nosotros mismos vamos dejando crecer por no saber cómo ser honestos.

Por eso jamás olviden que siempre y por difícil que parezca, siempre es más fácil decir una verdad por dolorosa, que mil agradables mentiras.

Fin.