Thread by @AgustinRosety

Los comunistas de Podemos y de IU se querellan @hermanntertsch por citar el art. 8 de la CE

Así es la realidad paralela que nos quieren imponer: los que citan la constitución son rebeldes, los que la violan son demócratas.

Voy a explicar lo que significa este precepto

HILO

“En estos días parece que todos los cómplices de Zapatero, desde el etarra Otegi a los comunistas Iglesias y Garzón, se esfuerzan por hacer inevitable la aplicación del art. 8 para que las Fuerzas Armadas interrumpan un obvio proceso golpista de voladura de España como Nación”.

Por estas palabras, publicadas en Twitter el 2 de enero, @ahorapodemos e @iunida atribuyen a Tertsch delitos de odio, provocación para la rebelión armada y amenazas contra el Gobierno de la nación.

El art. 8 de la Constitución establece que “las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional”

Este artículo tiene que ser interpretado en relación con otros artículos.

El artículo 62 atribuye al Rey el mando supremo de las Fuerzas Armadas.

El ejercicio de esta función ha de entenderse en relación con el art. 56, según el cual el Rey modera el funcionamiento de las instituciones, pero sus actos han de estar siempre refrendados por el Presidente del Gobierno o el Ministro de Defensa, en virtud del art. 64.

Consecuentemente, el art. 97 dispone: “El Gobierno dirige la política interior y exterior, la Administración civil y militar y la defensa del Estado.”

De este somero examen se deduce que en las Fuerzas tienen una triple dimensión: son institución de la Nación y, como tal figuran el el Título Preliminar; pero también son instrumento de la defensa del Estado y ramo de la Administración.

Por este motivo, la misión de las FAS no es, en principio, “hacer” nada, ni menos aún decidirlo: su misión es “ser” garantía para que los poderes constitucionales dispongan de poder que respalde el ejercicio de sus funciones frente a los enemigos de la Nación

Por eso es generalmente aceptado que la milicia es “institución no deliberante, sino obediente”. Sin eso no sería posible la libertad de los ciudadanos.

Ahora bien, tampoco lo sería si el Gobierno conformase una milicia sumisa que facilitase el ejercicio arbitrario del poder

Para evitarlo, se impone a los militares un estricto deber de neutralidad política. Y aquí es donde aparece la vertiente institucional de las Fuerzas Armadas: una organización cuyos valores –honor, valor, lealtad, patriotismo- captan a quienes se unen a ella.

Expresión última de esta institucionalidad es el Mando Supremo que ostenta el Rey como titular de la Corona, símbolo de la unidad y permanencia del Estado.

Es evidente, sin embargo, que tampoco el Rey, como las Fuerzas Armadas, tiene que “hacer” nada o proceder a deliberación alguna, puesto que sus actos son reglados y refrendados por el Gobierno.

Pero ¿qué sucedería en el caso de que el Gobierno subvirtiese la división de poderes y quebrantase la Constitución y la Ley? ¿Quién “guardaría al guardián” si la independencia de los otros dos poderes del Estado hubiese quedado sometida al poder arbitrario del ejecutivo?

¿Qué pasaría si, en ese estado de cosas, los poderes públicos dejasen de defender a la Nación y a los ciudadanos y el Estado se quebrase?

Es ese el escenario que Hermann Tertsch contempla como presupuesto de sus palabras.

Sin entrar en temas “menores”, algunas actuaciones del Gobierno revelan su tendencia autoritaria o, más aún, totalitaria.

Ante todo, Sánchez aspira a permanecer en la Moncloa “como sea”, y ya es sabida la profundidad de su pensamiento: sí o sí, no es no, etc.

Así, la aritmética sobre la que descansa; le exige ceder ante sus socios, es decir, tragar con lo que bolivarianos y separatistas exijan. Las consecuencias sobre la unidad nacional, los derechos y libertades y el imperio de la ley, la pueden ser terribles.

No es un vaticinio, sino un fundado recelo que Hermann, como muchos ciudadanos sentimos ante el espectáculo que contemplamos.

Y es que los socios de gobierno de Sánchez tienen como declarado subvertir el orden constitucional

No hace mucho tiempo, cuando pablo Iglesias no podía imaginar que algún día sería vicepresidente, le escuchamos decir que no reconocía la representatividad de un “parlamentario burgués de mierda” (sic) o fantasear con la instalación de una guillotina en la puerta del sol

Alberto Garzón no disimula su simpatía por la dictadura comunista cubana o por un régimen bolivariano que está masacrando a la población
¿Se imaginan ustedes que un líder nacional de VOX elogiase a Pinochet o a Videla?

¿Qué pasaría si los comunistas alcanzan sus insensatos objetivos?

Llegado el caso, roto el Estado, la misión de las Fuerzas Armadas permanecería, porque las Fuerzas Armadas son la Nación en armas, y la Nación precede a la Constitución.

O dicho de otro modo, si el Gobierno, azuzado por sus socios , quebrase el orden constitucional y el resto de instituciones lo consintiese, las Fuerzas Armadas serían las garantes de que el orden constitucional es prontamente restablecido

En una situación así, muchos se irían a sus casas, otros saldrían de España, como en otros momentos de nuestra desgraciada historia

Los soldados serían los únicos que no podrían quitarse de en medio sin quebrantar el juramento que han hecho a la Nación y, con ello, su honor

La neutralidad política de los militares y su lealtad al Rey es las más eficaz garantía de que estos políticos insensatos no podrán subvertir el orden constitucional

Lo saben y por eso vamos a ver como tratan de socavar el prestigio del rey y de la institución militar

Esto, y no otra cosa, es lo que Hermann ha querido expresar. Sin duda, ha evocado un escenario de pesadilla

¿Cómo reprochárselo? El propio Sánchez declaró que no podría dormir con Iglesias en Moncloa.

Ahora parece que ha conciliado el sueño y somos otros los insomnes

FIN