Thread by @CarmelaRios

📌 (HILO)

Esta mañana me he cruzado con la historia sobre noticias falsas más deliciosa que he descubierto y me gustaría compartirla con vosotros.

Tenemos que retroceder a 1862 y viajar al lejano oeste americano. Estamos en Virginia City (Nevada) una de las ciudades fundadas para alojar a miles de personas tras el descubrimiento, en 1859, de la veta Comstock, uno de los mayores depósitos de oro y plata del mundo.

En Virginia City la población pasó a superar las 15.000 personas y no se parecía mucho a los estereotipos de las películas de Hollywood. Tenía restaurantes refinados, tiendas de moda, bares con bebidas de importación, escuelas… y dos periódicos.

El Virginia Daily Union competía con el Territorial Enterprises, que fue comprado en 1860 por dos veinteañeros con una idea en la cabeza: practicar un periodismo “audaz y desinhibido” con el que ganar miles de dólares y conseguir una abultada lista de suscriptores.

Goodman y McCarthy contrataron a un joven de Misouri que había fracasado en su intento de hacer fortuna en la mina.
Le pidieron que patrullara las calles, hablara con todos, tomara notas y que, con ellas, volviera a la redacción a escribir vibrantes crónicas de la vida local.

Sucedió que los ciudad no daba siempre para crónicas vibrantes así que el reportero no se lo pensó dos veces Como declaró posteriormente “nunca dudamos en idear hazañas o calamidades cuando el público necesitaba asuntos de gran interés para el desayuno”.

Particularmente celebrada fue su noticia (falsa) del hallazgo del cuerpo de un hombre petrificado en un paraje cercano. Literalmente petrificado. Pegado a la roca al caer sobre sus restos agua que habían creado en cien años un sedimento de piedra caliza. La extracción, imposible.

Aquellas y otras crónicas eran, efectivamente vibrantes. El joven periodista empezó a brillar entre los lectores … y a granjearse enemigos entre sus colegas rivales porque, decían, no sólo inventaba. También robaba noticias, era un flojo, abusaba del whisky y le olían los pies.

Aquel muchacho, con sus invenciones, juegos de palabras y socarronería, pisaba demasiados callos.
Muchos.
En mayo de 1864 pisó el último en Virginia City.

Titular del "Enterprises": una colecta de fondos realizada por piadosas mujeres para veteranos de la Guerra Civil está siendo desviada para otros fines.
Un esposo cabreado pide reparación al periodista en un duelo con pistolas.

Samuel Clemens salió por piernas y abandonó la ciudad precipitadamente. Clemens había pasado 20 meses en aquella redacción. Aunque ya nadie le conocía por ese nombre sino por el que se eligió para firmar sus crónicas.

Mark Twain

“Cuando era joven solía acordarme de todo, tanto si sucedía como si no”, reflexionó Mark Twain sobre esos años en los que descubrió su verdadera vocación: ser uno de los mejores cuentistas de la historia.

FIN.

Pequeña error de edición: Samuel Clemens no “se eligió” sino “eligió”. Mil disculpas.
Y mil gracias, forasteros.