Existe la esperanza que la crisis que ha catalizado el #COVID19 genere el final del euro tal como lo conocemos. Los debates en el ecofin y el eurogrupo demuestran que existe una barrera mental construida durante tantos años que es imposible de superar
Las instituciones pueden cambiar, pero la esclerosis de las europeas hace que cualquier desviación de la ortodoxia sea imposible. La posible activación de cualquiera de los mecanismos del MEDE (ESM) con condicionalidad en el caso del #COVID19 es el paroxismo del neoliberalismo
La eurozona es un error mayúsculo y una camisa de fuerza que es completamente paralizante y contrapoducente cuando se requieren acciones rápidas y contundentes. El recurso al ESM es completamente inecesario y aceptarlo es volver a la rueda del hamster
La mutualización de riesgos no es solo inalcanzable sino completamente contraria al espíritu para el que se constituyo el ESM, que es imponer la disciplina de los acreedores y mantener las burbujas de activos que sostienen esa disciplina.
Cargar con deuda que se debe pagar ante todo, para condenar a las economías satelites a una infrainversión y una infrautilización de sus medios que en útimo término se convierte en una expropiación, siendo el caso de Grecia el más evidente.
La paralisis del gobierno español que solo toma medidas timoratas y se enfrenta a una crisis de solvencia de libro, por contracción simultánea de oferta y demanda, como una crisis de liquidez que se soluciona endeudandose más, es definitoria de la ausencia de rumbo y criterio
