La limpieza láser es poética, etérea y espectacular. Es el triunfo de la luz sobre la oscuridad, es limpiar la obra sin tocar la obra, es la magia hecha ciencia y la ciencia que parece magia. Es inocua, es selectiva, es respetuosa. Es una maravilla visual y tecnológica (miniHILO)
Cuando en el año 2000 se inició la restauración de la fachada del Museo de Historia natural de Viena, gran parte de ella parecía estar pintada de negro debido a una combinación de suciedad, contaminación y eforescencias producidas por la meteorología y la humedad.
Para limpiar las esculturas y eliminar esa costra negra que las recubría, se decidió utilizar la tecnología laser Nd_Yag de radiación infrarroja. Básicamente, los pulsos de luz de una duración de unos 6 nanosegundos vaporizan la costra negra superficial sin afectar a la obra.
Este proceso se denomina ablación, y tiene lugar gracias a complejos procesos térmicos, fotoquímicos y fotomecánicos. Los resultados dependen del material a limpiar, de los ajustes en la longitud de onda, de la distancia a la obra, y de la energía, duración y número de pulsos.
La limpieza es muy selectiva, y permite discriminar que capas se quieren eliminar. Cuando el láser actúa sobre la costra negra de la piedra, esta absorbe tal cantidad de radiación que los lazos que unen las partículas de suciedad entre si se rompen, desprendiéndose.
Cuando el láser incide sobre la piedra ya limpia, la radiación es reflejada casi en su totalidad, y el resto actúa mínimamente sobre ella. Para que esa mínima acción sobre la piedra limpia no sea perjudicial, los ajustes del láser y la profesionalidad del CR son fundamentales.
Comparado con otros métodos de limpieza, ya sea micro_abrasión, limpiezas químicas, etc… la limpieza láser tiene la enorme ventaja de que no se toca el soporte, lo que previene la más mínima perdida de volumen e incluso de la pátina durante la limpieza. Todo un invento.
Hoy voy a intentar llevaros al huerto. Quiero que dejéis que los monumentos os hablen, que os cuenten su historia. Un alegato en contra de la reconstrucción mimética de un edificio, de los falsos históricos que acaban ocultando la historia a muchos de sus visitantes. (HILO)
Me pongo en la piel de un turista extraterrestre que viene a este planeta con unos conocimientos básicos de historia. ¿Creéis que los monumentos que veré me darán una idea real de nuestra historia, o por el contrario me darán una imagen distorsionada y falsa?
Pirámides de Egipto. ¡Vaya!, esto debe ser muy antiguo. Se ve claramente la enorme erosión causada por la arena del desierto, y parece que ha perdido el recubrimiento exterior, del que solo se conserva un poco en la cúspide. Tal vez lo reutilizaron para otras construcciones.
¿Qué misterio REAL del siglo XVI, que tiene como protagonistas nada más y nada menos que a Leonardo da Vinci, Miguel Ángel Buonarroti, Giorgio Vasari, e incluso Rubens, ha sido resuelto (o casi) gracias a la tecnología del siglo XXI aplicada a la restauración? (HILO)
¿Y qué motivos pueden llevar a un restaurador, que en teoría es uno de los mayores defensores del patrimonio, a taladrar unas magníficas pinturas murales de Giorgio Vasari, pintor, arquitecto e historiador, y uno de los máximos exponentes del renacimiento italiano?
Todo tiene su origen en 1503, cuando en un momento realmente único de la historia, el gran Leonardo da Vinci y el no menos grande Miguel Ángel Buonarroti coinciden en el Palazzo Vecchio de Florencia, con el encargo de pintar muros opuestos en el Salón de los Quinientos.
Para que os hagáis una idea de lo que supondría restaurar la Gioconda, voy a contaros la que se montó al restaurar “Santa Ana, la Virgen y el niño Jesús”, también de Leonardo y también en el Louvre. Todo comenzó con una reunión de expertos allá por junio de 2009. (HILO)
En 2008 el Louvre ya se planteó la necesidad urgente de la restauración. Los repintes, con hasta 4 y 5 capas que se superponían al original, eran uno de los motivos, pero el motivo principal eran los barnices, con múltiples capas de espesores diferentes y de aplicación desigual.
Estos barnices se encontraban muy alterados, oxidados y habían virado de color, lo que cambiaba enormemente la percepción de la obra. Sin embargo esto no era lo peor. Lo peor era que esas capas de barniz desigual estaban tirando de la policromía, y la estaban levantando.
Todas las crisis nos demuestran que lo importante es buscar soluciones en vez de quedarse quiet@ y lamentarse, así que hoy voy a contaros el que quizás sea el más increíble ejemplo de solucionar una crisis contra reloj. El traslado de Abu Simbel. (HILO)
📷 desmontaje/montaje
Construido por Ramsés II en el siglo XIII a.C., el templo estaba tallado en la roca de la ribera occidental del actual lago artificial Nasser, y parecía estar condenado a quedar sumergido por las aguas, tras el inicio de la construcción de la presa alta de Asuán en 1959.
Tras varios proyectos, en 1964, y a tan solo 14 meses de que las aguas lo inundasen, un equipo internacional de 5 países encabezado por la UNESCO comenzó los trabajos de traslado del templo, desmontándolo y llevándoselo 200 m más alejado de su ubicación y 64 m más elevado.
Hace un año os hablaba del descubrimiento, en la Catedral de Salamanca, de unas pinturas murales aparecidas tras el retablo de Santa Bárbara, y de un proyecto innovador para hacer compatible la visión de ambas obras. Pues bien, ALUCINAD con la solución. (HILO)
Normalmente, cuando se descubren pinturas tras un retablo, las soluciones pasan por desmontar el retablo, o por documentar las pinturas y dejarlas ocultas, o por adelantar ligeramente el retablo para permitir la visión de las pinturas tras él.
Sin embargo, en la Capilla de Santa Bárbara, que está repleta de obras, no sobra el espacio precisamente, y el retablo forma parte fundamental de la historia de la capilla, una de las más famosas de la Catedral, ya que en ella era donde los estudiantes de la universidad…
HILO sobre datos que sustentan el mito de la paciencia de l@s restaurador@s.
1. Los hisopos que se utilizan para las limpiezas apenas tienen 2 cm cuadrados de superficie útil. Para limpiar un cuadro como la Ronda de Noche podrían ser necesarios cerca de 40.000
2. Cuando se elimina un repinte a punta de bisturí, ayudándose de lupas o microscopio, en cada “rascadura” apenas se retiran un par de milímetros. Eliminar el repinte completo de un crucificado de tamaño natural podría requerir hasta 700.000 “rascaduras” (Doy fe de ello).
3. En la restauración del retablo de Isemheim, en vez de eliminar todo el barniz, se rebajo su espesor de los 30 micrones originales (0,03 milímetros), a tan solo 8 micrones, para evitar tocar en ningún momento la pintura original. theartnewspaper.com/news/isenheim-…