Hace un año os hablaba del descubrimiento, en la Catedral de Salamanca, de unas pinturas murales aparecidas tras el retablo de Santa Bárbara, y de un proyecto innovador para hacer compatible la visión de ambas obras. Pues bien, ALUCINAD con la solución. (HILO)
Normalmente, cuando se descubren pinturas tras un retablo, las soluciones pasan por desmontar el retablo, o por documentar las pinturas y dejarlas ocultas, o por adelantar ligeramente el retablo para permitir la visión de las pinturas tras él. 
Sin embargo, en la Capilla de Santa Bárbara, que está repleta de obras, no sobra el espacio precisamente, y el retablo forma parte fundamental de la historia de la capilla, una de las más famosas de la Catedral, ya que en ella era donde los estudiantes de la universidad…
…pasaban la noche “en capilla” antes de examinarse para licenciarse o doctorarse. Si aprobaban salían por la puerta principal de la Catedral donde lo celebraban con los amigos y compañeros, y si suspendían, por una pequeña puerta trasera ignorados por todos.
Con toda esta historia detrás, eliminar o desplazar de manera permanente el retablo del conjunto hubiera sido inviable y una barbaridad (adjetivo que me viene al pelo). Sin embargo, las pinturas descubiertas también son excepcionales, y no podían dejarse ocultas.
¿Qué hacer entonces para poder admirar ambas obras? Pues hace un año ya nos dieron un avance con la presentación de esta maqueta, pero, sinceramente, parecía uno de esos proyectos utópicos que luego la realidad técnica y económica dejan en la cuneta.
Porque el retablo debe tener un peso considerable, y se desplaza completamente fuera del arco, lo que debe ejercer una palanca terrible sobre la estructura y anclajes. Seguro que más de uno ha pasado alguna noche de insomnio haciendo cálculos para que el invento aguante.
Con respecto a la restauración, las pinturas de Santa Bárbara son magníficas, y desde luego, bien merecen el esfuerzo realizado para permitir su visión. El estado de conservación era admirable, y la restauración, integrando las lagunas, las ha devuelto la integridad de conjunto.
La restauración del retablo no se queda atrás, y aunque sufre el hándicap de que las desconocidas pinturas le quitan el protagonismo, nos ofrece la maravillosa oportunidad de contemplar en paralelo la misma historia de Santa Bárbara vista desde 2 épocas distintas.
Tanto las pinturas como el retablo se centran en la vida y martirio de Santa Bárbara, siendo las pinturas un auténtico y maravilloso “comic” medieval que da un repaso a su estancia en la torre, donde abrió una tercera ventana como símbolo de su conversión a la cristiandad…
…y símbolo también de la Santísima Trinidad. También se muestra su enfrentamiento con su padre, su huida a la cueva de la peña milagrosamente abierta para ella, su martirio, el juicio y su decapitación final a manos de su propio padre.
Y no debemos olvidarnos del resto de la capilla, también restaurada en su totalidad. Los sepulcros nos ofrecen una policromía desconocida y oculta durante años por una espesa capa de suciedad, y que sale de nuevo a la luz gracias al trabajo de l@s restaurador@s.
En definitiva, un gran trabajo interdisciplinar que ha devuelto el esplendor a una de las capillas más famosas de la Catedral de Salamanca, y que nos ha descubierto unas pinturas ocultas durante siglos que sin duda serán un atractivo más de este maravilloso conjunto.
Por cierto, me extraña mucho que en una restauración integral de la capilla, aparezcan azulejos sin reintegrar en la bancada. Sabiendo cómo funcionan los fin de obra (siempre a la carrera), apostaría a que les ha pillado el toro (y cuando digo toro, digo inauguración oficial).
