Thread by @restaur_accion

HILO sobre datos que sustentan el mito de la paciencia de l@s restaurador@s.

1. Los hisopos que se utilizan para las limpiezas apenas tienen 2 cm cuadrados de superficie útil. Para limpiar un cuadro como la Ronda de Noche podrían ser necesarios cerca de 40.000

2. Cuando se elimina un repinte a punta de bisturí, ayudándose de lupas o microscopio, en cada “rascadura” apenas se retiran un par de milímetros. Eliminar el repinte completo de un crucificado de tamaño natural podría requerir hasta 700.000 “rascaduras” (Doy fe de ello).

3. En la restauración del retablo de Isemheim, en vez de eliminar todo el barniz, se rebajo su espesor de los 30 micrones originales (0,03 milímetros), a tan solo 8 micrones, para evitar tocar en ningún momento la pintura original.
theartnewspaper.com/news/isenheim-…

4. El sentado de color en un retablo implica inyectar cola caliente bajo cada lasca y planchar con una espátula caliente. Sentar el color en un retablo barroco, con sus miles de volutas y recovecos, es un proceso de meses que a veces hay que repetir para garantizar el resultado.

5. El estucado y desestucado de pérdidas de preparación supone aplicar yeso en cada laguna, y una vez seco, rebajarlo con bisturí y lijarlo con lija de grano superfino. El estucado de una obra de gran formato puede ser una pesadilla, y suele ser el proceso que menos gusta.

6. Eliminar la cera de velas en un retablo supone deshacer cada gota de cera con calor o con una espátula caliente sobre un papel absorbente. Eliminar la cera de un retablo como el de San Esteban de Salamanca (completamente chorreado) supondría retirar miles de esas gotas.

7. Restaurar un libro de papel implica desmontar el libro por completo y tratar todas las páginas una a una. Cada página se desinfecta y desinsecta, se limpia superficialmente, se seca o humidifica, se baña, se lava, se consolida y se injerta, para finalmente encuadernarse.

8. Descubrir una pintura mural bajo una capa de cal es como eliminar un repinte a bisturí, pero a lo bestia. La cal se retira más fácil, pero las superficies se multiplican x10, x20 o x100…

9. Y si lo que toca es reconstruir una pintura mural, destruida por un terremoto por ejemplo, el trabajo se puede convertir en la resolución del mayor puzzle del mundo. Aquí os dejo un hilo que lo cuenta.

https://twitter.com/restaur_accion/status/1195432748787388416?s=20

10. La restauración de piezas arqueológicas no se queda atrás. Se tienen que reconstruir piezas en las que generalmente faltan fragmentos, que son en 3d (al contrario que las pinturas murales), y que pueden no tener una decoración que de pistas sobre su posición.

11. La restauración de un tapiz (la mayoría de gran formato) conlleva un delicadísimo trabajo de estabilización estructural, con miles de minúsculas puntadas para consolidar tramas y urdimbres, y que no creo que nadie haya sido capaz de contabilizar nunca.

12. Una reintegración de rigatino se realiza a base de múltiples y finísimas líneas verticales muy juntas. En una reintegración como la de la foto, de apenas unos 40 x 15 cm, puede haber unas 6.000 líneas (casi me dejo los ojos para hacer un cálculo).

13. Durante una restauración se recopila toda la información posible. En los retablos, eso incluye la realización de exhaustivas planimetrías que detallan todos los daños e intervenciones, y de calcos de los cientos de motivos decorativos, estofados, brocados o esgrafiados.

Y como la restauración no es una ciencia exacta, algunas cifras son una estimación que depende del estado de conservación, y por supuesto, del restaurador/a de turno. Sin embargo una cosa si es completamente cierta: si no tenéis paciencia mejor no os metáis en esto.