Thread by @RCPdesdemicole

"Tengo terror a que algo así me pueda pasar"."Me da mucha ansiedad pensar que mi familiar puede morir de repente".

Mucha gente me ha escrito diciendo que no consiguen quitarse el miedo de encima. Hasta personas que desean ser sanitarios se lo replantean ante estas experiencias.

https://twitter.com/RCPdesdemicole/status/1318465583818694656

"Yo no podría trabajar en eso, hay que valer"... Creo que mucha gente tiene una idea equivocada de sanitarios, rescatadores, policías, etc.

Deben de pensar que nacimos sin miedo a la muerte o a ver morir a alguien. Que lo descubrimos en el instituto y ahí nació nuestra vocación.

Bomberos, polis, rescatistas y demás, no sé.

Pero la mayoría de médicos y enfermeros hemos sido los mayores hipocondríacos y ac*j*nados del mundo en algún momento de nuestra vida.

Especialmente en 3: la carrera, los inicios laborales y delante de algún caso especialmente duro.

Empezamos la carrera llenos de ilusión.

Y poco a poco nos vamos enterando de la existencia de cien mil enfermedades o síntomas que no sabíamos que existían. Y los vamos padeciendo a medida que los describen en cada clase.

Síntomas de cáncer,infarto, diabetes,arritmia,demencia,

leucemia,mononucleosis, meningitis, Schönley-Henoch, Guillain Barre, Takotsubo...

"Un día me tocará una de estas enfermedades. Cuál será?"

Estudiabas una y tenías los síntomas. Al día siguiente tenías los de otra.

La segunda crisis llega cuando empiezas a ver pacientes.

Te das cuenta de que esas enfermedades o lesiones que estudiaste en los libros son reales. De que hay personas que de verdad los padecen.

Por primera vez sientes DE VERDAD que una te podría tocar a ti.

Y el tercer momento es cuando un caso te impacta especialmente. Un conocido,

un amigo, un familiar, un niño, un caso "fuerte".

Todos pasamos por estos 3 momentos. Todos quedamos marcados. Nadie sale indemne de ellos.

Hay quien deja los estudios pensando que "no sirve para esto". Pero los que llegan a trabajar se dan cuenta de la importancia...

...y de la belleza de trabajar ayudando a los demás a vivir, o si no hay más remedio, a bien morir.

Pero el miedo está ahí. Y hay que encontrar el equilibrio.

Hay quien ya parte de unas buenas bases emocionales, y lo encuentra casi sin darse cuenta.

Pero la mayoría tenemos que trabajar mucho en nuestras emociones para conseguir que el miedo no nos ahogue.

No sé ahora; pero en mis tiempos nadie te enseñaba a gestionar esas emociones. Cada uno aprendimos a manejarlas "ahí fuera".

Mi aprendizaje me trajo estas conclusiones:

1. Podrías tener cualquiera de las cien mil enfermedades o lesiones que describen en los libros.

Pero no puedes tener las cien mil. No hay ningún caso descrito en el mundo.

Así que aprende a esperar "a que llegue la tuya" en vez de agobiarte por las otras 99.999.

2. A veces parece que la vida sería más fácil si no supieses que existen esas cien mil enfermedades.

Pero es mentira. Las enfermedades ocurren. Los accidentes ocurren. La muerte es una realidad diaria, continua. Da igual que cierres los ojos o no, que quieras saberlo o no.

3. El conocimiento es poder.

Saber que existen ciertas enfermedades o que pueden ocurrir ciertas cosas no predispone a que ocurran (aunque lo temamos).

Pero sí ayuda a desarrollar mecanismos o comportamientos de prevención. Y entonces sí que podríamos evitar alguna de ellas.

4. Cuando te llega "lo que te toca", por arte de magia el resto desaparece. Te centras por completo en tu lucha real, y dejas "lo imaginario" aparte. 99.999 cosas se borran de golpe.

Y mucha gente dice: "ahora que lo vivo, es totalmente diferente a lo que imaginaba".

E incluso dicen a veces: "fueron peores los miedos pasados sobre cómo sería esta situación que la situación en sí. Ahora que la afronto en la realidad, me doy cuenta de que puedo con cosas que no creía que pudiera manejar".

Pues nos han sobrado 99.999 coma 5 espantos imaginados.

5. A veces pasas la vida con terror a que te toque algo "concreto": un accidente o enfermedad a los que temes especialmente, una muerte...

Pues el 90% de las veces no te toca lo que temías. Te toca algo desconocido o inesperado. O te toca de forma diferente a la que esperabas.

6. Hay cosas que se pueden prevenir. Otras se pueden tratar. Otras se pueden paliar.

Pero hay cosas que son inevitables. Hay muertes inevitables. Aunque estés en el hospital, o haya 3 UVIS móviles a la puerta.

"Si ye pa ti, ni aunque te quites. Si nun ye, ni aunque te pongas."

7. Darte cuenta de que cualquier persona puede tener una enfermedad o accidente o morir a cualquier edad, de cualquier forma, en cualquier lugar...es aterrador. Abrumador.

Pero es la realidad.

Y sólo hay dos formas de afrontarla: negarla o aceptarla.

Si la intentamos negar...

...un día se dejará ver en todo su horror. Y nos pillará desprevenidos; y nos invadirá la angustia y el miedo.

Si sabemos que está ahí, cada vez que se nos muestre sentiremos miedo; pero no sorpresa. Nos ahorraremos el "esto no puede ser". E iremos directamente a afrontarla.

8. Si hay cien mil enfermedades y lesiones descritas, es que hay por lo menos cien mil personas afectadas. Multiplícalo por millones.

"Por qué a mí?" no es la pregunta correcta. "A ti esto. A los demás otra cosa."

Te pase lo que te pase, a alguien más del mundo le habrá pasado.

9. Me va a tocar algo. Seguro.

Pero me puede tocar mañana o dentro de 30 años. O nunca.

Y si es dentro de 30 años, me voy a pasar 30 años viviendo con miedo? Perdiendo oportunidades y tiempo de ser feliz a tope?

Y si es nunca? Toda mi vida asustada para nada?

Qué desperdicio.

10. Y cómo se consigue ser consciente de todo esto y a la vez vivir sin angustia?

En mi caso, negociando con el miedo.

En mi trabajo veo todo tipo de cosas a diario. El miedo está ahí. No sirve de nada hacer como que no está. Porque entonces brotará en el momento menos pensado,

en forma de crisis de angustia o ansiedad, inmanejable.

Este es mi trato con el miedo:

"A: Cuando nos ocurra algo malo OBJETIVO a mi o a mis seres queridos, me permitiré pasar el resto de mi vida llorando y gritando hasta ser capaz de gestionarlo, si lo logro. O no. Ya veremos.

B: Cuando sea testigo de una desgracia, te dejaré entrar un rato en mi cabeza. Lloraré y me angustiaré el tiempo que necesite. Minutos, horas, un dia. Dejaré que salga el terror. Y cerraré la puerta. Te largarás de mi cabeza hasta nuevo evento.

C: Mientras no se den ni A ni B...

...no te dejaré quedarte en mi cabeza.

Te veré pasar. No te negaré, no sirve de nada. "Hola. Ya sé que estás ahí."

Pero me esforzaré en echarte en cuanto te sienta. Y me centraré en disfrutar de todo lo bueno que tengo ahora mismo."

Y a base de trabajarlo, llega el equilibrio.