Thread by @Guille_Nicieza

¿Sabían que la primera mujer que ostentó en título de almirante fue en el siglo XVI? ¿Que en una expedición por el océano Pacífico descubrió las islas Salomón? ¿Que fue una de las grandes navegantes y marinas de su época? Pues era española: Doña Isabel Barreto de Castro. Hilo.

No se sabe mucho ciertamente sobre la procedencia de Doña Isabel Barreto de Castro, salvo que nació probablemente en Pontevedra en el año 1567. Algunos historiadores apuntan que era nieta de Francisco Barreto, un marino portugués que fue gobernador de la India portuguesa.

Otros historiadores, sin embargo, señalan que sus padres fueron Nuño Rodríguez de Barreto, conquistador del Perú, y Mariana de Castro, ambos naturales de Lisboa aunque de familia castellana. Tenía tres hermanos y tres hermanas. Sea como fuere heredó su pasión por la navegación.

Siendo aún niña, se trasladó con su familia al Virreinato del Perú y, años más tarde, allí conoció al que sería su esposo, el adelantado don Álvaro de Mendaña, gran navegante, con quien contrajo matrimonio en Lima en 1585.

Don Álvaro había llegado a Lima acompañando a su tío Lope en 1563, cuando éste fue nombrado presidente de la Real Audiencia de Lima. Muy pronto, don Álvaro fue nombrado como encargado de varias expediciones por el hasta entonces poco transitado océano Pacífico.

Los españoles habían sabido por boca de los quechuas la leyenda que decía que hacia el oeste se encontraban unas islas llenas de oro. Inmediatamente se compararon estas islas con la Tierra de Ofir, donde estaban las míticas minas de oro del rey Salomón.

La primera expedición parte de El Callao, puerto de Lima, el 20 de noviembre de 1567 y para febrero ya se han descubierto varias islas, volviendo sanos y salvos 2 años más tarde. Las historias de las Salomón muy rápido calan en el carácter aventurero de doña Isabel.

Durante veinticinco años Mendaña intentó hacer un segundo viaje para colonizar las islas Salomón. Aunque tenía la aprobación del rey, se encontró con el rechazo de las autoridades coloniales, descontentas con los resultados económicos de su primer viaje.

Los enemigos de su tío, que había muerto, también conspiraban para que su proyecto fracasara. Fue el nuevo virrey, García Hurtado de Mendoza, IV marqués de Cañete, quien patrocinó la nueva expedición gracias a la influencia de doña Isabel de Barreto, ya esposa de don Álvaro.

Se organizó como una expedición privada donde el virrey aportaba los efectivos militares, en tanto que Mendaña convencía a mercaderes y colonos para participar en la aventura. El objetivo era establecer una colonia en las islas Salomón.

El objetivo también era impedir que los piratas ingleses encontraran un refugio en el Pacífico desde donde pudieran atacar las Filipinas o la costa americana. Se embarcaron unas 400 personas, entre las que se encontraban pasajeros con sus mujeres dispuestos a fundar una colonia.

Acompañaban al general Medraño, su mujer doña Isabel de Barreto y tres cuñados. El piloto mayor de la expedición, y capitán de la nave capitana, era el portugués Pedro Fernández de Quirós. En total 4 barcos: San Gerónimo, Santa Ysabel, San Felipe y Santa Catalina.

El San Gerónimo era la nave capitana, galeón de 200 a 300 toneladas y la Santa Ysabel, la nave almirante, otro galeón. El resto de naves eran de porte muy inferior: el San Felipe una galeota y la Santa Catalina una fragata, de unas 30 a 40 toneladas.

Doña Isabel y otras mujeres se embarcaron a pesar de que no era algo habitual en la época. La expedición constaba de unas 378 personas, 280 de las cuales eran hombres de mar y guerra, entre la tripulación iban 3 hermanos de Isabel y el cronista portugués Pedro Fernández de Quirós

Algunos de estos hombres tuvieron frecuentes enfrentamientos con ella, a causa del carácter riguroso que a ella se le atribuía. Partieron el 16 de junio de 1595, desde el puerto de Paita, en el virreinato del Perú, hacia las míticas islas Salomón.

En un primer momento, la flota descubrió las islas Marquesas, aunque el Santa Ysabel de Lope de Vega, desaparece el 7 de septiembre de 1595, el San Felipe, de Felipe Curzo el 10 de diciembre de 1595 y la Santa Catalina, de Alonso de Leyra el 19 de diciembre de 1595, sin rastro.

Las islas Marquesas se bautizaron en honor al virrey, el marqués de Cañete y durante 10 días exploraron las islas del sur del archipiélago. De nuevo de camino hacia el oeste, pasaron por delante de una de las islas Cook y de una de las Tuvalu.

Llegan a las islas de Santa Cruz, archipiélago del sur de las islas Salomón y al pasar junto a Tinakula, un volcán que se encontraba en actividad, es cuando desaparece la Santa Ysabel. Durante su estancia en las islas Santa Cruz, Mendaña enferma gravemente de malaria.

Fallece el 18 de octubre de 1595 pero antes de morir, nombra a su mujer gobernadora en tierra, y al hermano de ésta, Lorenzo de Barreto, almirante de la expedición, pero Lorenzo muere unos días después e Isabel se encarga del mando de la expedición como: adelantada del mar Océano

Al deteriorarse la situación tras una rebelión de los indígenas causada por el asesinato de su caudillo Malope a manos de soldados españoles, doña Isabel decide abandonar la colonia y poner rumbo a las Filipinas largando velas apresuradamente, para evitar el conflicto.

Por el camino se pierden la San Felipe y la Santa Catalina y sólo llega al puerto de Manila la San Gerónimo, guiada por Pedro Fernández de Quirós el 11 de febrero de 1596. Según las crónicas, la almirante condenó a la horca a un marinero que había contravenido sus órdenes.

En Filipinas se casa ese mismo año con el general Fernando de Castro, caballero de la Orden de Santiago. En 1597, ambos organizaron una expedición que les llevó primero a Acapulco (Virreinato de Nueva España, hoy México) y después a Guañacos (Cpt General de Chile, hoy Argentina).

Posteriormente ambos regresaron a Perú, donde algunos historiadores consideran que falleció doña Isabel en 1622, siendo enterrada en Castrovirreyna. Otras versiones apuntan que retornó a España para reclamar sus derechos sobre las islas Salomón y que falleció en su Galicia natal.

Sea como fuere doña Isabel fue una gran navegante y brillante organizadora, considerada la primera mujer que ostentó el cargo de almirante en la historia de la navegación. Esto representa los arrestos de las damas españolas.

Láminas y cuadros variados.

Gracias por leer.

Para más información les recomiendo el libro “Siempre estuvieron ellas” galería de hispanas memorables, del gran don Javier: @JaviSantamarta

Nota: respecto a los dos retratos de doña Isabel me hacen saber que el primero no es seguro que sea ella, pues aunque encaja por fechas es desconocida la modelo y el autor no está claro. El segundo parece ser sor Juana Inés de la Cruz, aunque hay quien lo usa para doña Isabel.