Antes de entender cómo es y para que sirve la arquitectura que se hace en mi país, la arquitectura tiene que interesarme. Tiene que ENTRETENERME. Tiene que DIVERTIRME.
Sin entretenimiento no hay comunicación.
No podemos "acercar la arquitectura a la sociedad" si seguimos hablando solo para arquitectos. Si necesitamos que quien nos escuche haya hecho cinco años de carrera y un master.
No sé que opinas @inaquicarnicero, pero el otro día Ibai entrevistó a Marc Gasol. Estaría guay que no se nos escaparan estas cosas similares que están pasando en la comunicación de nuestra disciplina.
Estaría guay que empezásemos a mirar dónde está la sociedad.
Que la comunicación de arquitectura sea entretenida es un paso FUNDAMENTAL para dejar de precarizar la profesión.
Porque si a la sociedad, a las personas que forman la sociedad, les interesa de verdad la arquitectura, empezarán a dejar de verla como un trámite.
Mi idea es proponer alternativas.
Lo bueno es que esto es solo el primer año que se hace, y aún tenemos muchísimo tiempo para mejorar la comunicación de la arquitectura de este país.
El 6 de agosto de 2013, el reverendo Craig Dixon abrió al público la Catedral Transicional de Christchurch. El primer edificio que se inauguraba después del devastador terremoto de 2011.
Fue una ceremonia doméstica, sin demasiado boato.
A la apertura asistieron algunas autoridades civiles y eclesiásticas y también un buen puñado de vecinos.
Allí también estaba su arquitecto, Shigeru Ban.
En ese momento, bajo la enorme cubierta inclinada de tubos de cartón, recordó una fecha fatídica 18 años antes.
Nuestra historia comienza en el Madrid de mediados de los 60. Una ciudad con SEAT seiscientos, donde se rodaban películas de Conchita Velasco y Tony Leblanc, donde jugaba el Real Madrid Ye-Yé.
Un par de kilómetros al sur del estadio de Chamartin, en la plaza de Colón, la inmobiliaria Osinalde acababa de comprar unos edificios residenciales en la esquina noroeste de la plaza.
Otra cosa que hacen en Wetaca y que a mí me parece guay es que también te llevan a casa materia prima directa de sus proveedores, todos locales: patas de pulpo, entrecots, fruta y un café que tiene muy buena pinta, la verdad.
Como ya dije un día, son una empresa de Villaverde (barrio obrero del sur de Madrid, donde yo vivo, además) y han estado dando de comer en la pandemia a un montón de gente.
En los 60, Nueva York proyectó una mega-autopista y construyó dos Torres Gemelas. Y para ello derribó medio Bajo Manhattan: 24 hectáreas de historia.
Por suerte, alguien fotografió todo antes de caer.
En #LaBrasaTorrijos de hoy, Danny Lyon y la muerte del viejo mundo
HILO 👇
Una mañana de marzo de 1967, un joven fotógrafo de miraba por la ventana de su apartamento del Bajo Manhattan. Acababa de regresar de Chicago y había encontrado un alquiler bastante barato en el sur de la isla.
Al otro lado de la ventana, los edificios empezaban a caer.
La historia de Nueva York está llena de destrucción de la ciudad—de destrucciones, en realidad— llevadas a cabo por la propia Nueva York.
En el capítulo del Triángulo de Hess contamos una de ellas y su (divertido) resultado.
Si ampliamos la foto, vemos que es un trozo de ladrillo encatrado en un pavimento como de asfalto. Si abrimos el campo, vemos que, efectivamente, tiene algo menos de un metro de ancho pero es bastante largo. Unos 30 metros en total.
¿Y esa línea blanca de la derecha?
Resulta que esa banda de algo menos de un metro de ladrillo no está en la calle. Como podemos adivinar por el nombre de la web de la que he extraído la foto, esa banda de ladrillo encastrada en un suelo de asfalto está en un circuito de carreras.