Unos cuantos regalitos que me habéis hecho porque sois la hostia. La hostia
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La magnífica planta urbana de Lisboa de @victorflores. Es una preciosidad y podéis encontrar muchas más en su web: victorflores.es
El paquete de @cortaypegArq, que este año viene cargadísimo, con el Parque de las Ciencias y el Centro José Guerrero de Granada, y la gasolinera Goya de Vitoria.
Repetid conmigo: "No existen los estilos arquitectónicos; existe la buena y la mala arquitectura".
(En realidad, los estilos arquitectónicos, como todos los estilos artísticos, existen como catalogación histórica o historiográfica. Ningún creador "decide" adscribirse a un estilo; decide hacer las cosas como mejor sabe).
(Ningún pintor decide "Pos ahora voy a ser cubista". Un pintor o pintora explora su disciplina con las armas intelectuales, empíricas y técnicas de las que dispone. Y estas armas responden al determinado fragmento sociocultural del tiempo en el que se encuentran).
Como sabréis, Trump ha firmado una Orden Ejecutiva por la que exige que los edificios federales sean "bonitos". Y por "bonitos" quiere decir "pastiches tradicionalistas neoclásicos o neocoloniales".
Veamos en un pequeño hilo por qué esta Orden es profundamente antiamericana.
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No entraré en cuestiones sobre ese concepto tan USA de la libertad. Al fin y al cabo, el que mejor lo definió fue el Fary: "Déjalos que caminen como ellos camelen. Si camelan darle un poquito al brutalismo o camelan darle un poquito al deconstructivismo, pues déjalos".
En realidad, el mejor resumen lo hizo ayer mi querido Barro en este hilo de abajo: "El gusto es libre. Legislar sobre gusto es terrible".
Junto al Cantábrico hay dos grandes piedras de luz. Al principio hubo quien no las quiso pero ahora son un símbolo de Euskadi. Y aunque están sobre la tierra, no pertenecen a ella.
Antes de empezar, un anuncio que me hace un huevo de ilusión:
Este el primer episodio bilingüe de #LaBrasaTorrijos. Lo ha traducido @janireire y se está "emitiendo" en directo en euskera en este enlace del Instituto de Arquitectura de Esukadi
El mar ha sido una de las fronteras más temibles y más intensas a los que se ha tenido que enfrentar el ser humano. Durante siglos fue el límite del mundo, el extremo de la realidad que tan solo unos pocos se aventuraban a cruzar.
Una de las mejores obras de la historia de la música se compuso en un campo de prisioneros nazi. Se tocó con un chelo de tres cuerdas y un piano encasquillado.
Y asombró a todos.
En #LaBrasaTorrijos de hoy, Olivier Messiaen y el Cuarteto para el Fin de los Tiempos.
HILO 👇
Es 15 de enero de 1941 la temperatura es de -15º en el campo de prisioneros Stalag VIII-A, donde la nieve ya es un manto. Dentro del barracón 27, la mano izquierda de Olivier Messiaen flota sobre las teclas de un ajado piano vertical.
Levanta la derecha indicando el comienzo.
1er Movimiento. «La Liturgia de Cristal»
Messiaen siempre se consideró un ornitólogo. Era muy corto de vista y eso agudizó su oído. Desde muy niño, cuando Messiaen escuchaba el canto de los pájaros escuchaba el instrumento musical más bello del mundo.